Obsesión

Capítulo 16

Cuando desperté al día siguiente todo lo ocurrido parecía irreal. No fui a la universidad porque no pensaba volver jamás, nunca podría sentirme tranquila sabiendo que él estaba junto a mí en la misma sección. Antes de que todo este caos empezara lo único importante para mí era terminar mi carrera y ahora no me importaba en lo más mínimo. Isaac no paraba de llamarme pero ni siquiera me acerqué a mi teléfono, me sentía demasiado dolida y una parte de mí tenía muchas cosas que reprocharle mientras que la otra prefería no saber nada más de él.

Mis padres tenían una cita muy importante en el juzgado que no podían cancelar así que me dejaron sola y lo prefería así porque necesitaba silencio. El cielo estaba muy nublado y como era de esperar comenzó a llover, tenía puesto un pantalón negro y una blusa negra manga larga que me cubría hasta las muñecas, mi cabello estaba suelto y me puse unos zapatos cómodos.

Me senté en mi escritorio y me puse a ver las gotas de lluvia a través de la ventana mientras me perdía en mis pensamientos. Me sentía muy deprimida y no sabía qué hacer para sobreponerme, no quería pensar en lo que había descubierto pero no podía evitar hacerlo, Isaac era la primera persona a la que le planteaba todas mis dudas e inquietudes, él conocía perfectamente todo mi dolor y se burló de mí en todos los sentidos.

Mi teléfono sonó de nuevo a mis espaldas y se me escapó una lágrima que me apresuré a limpiar. ¿Cómo pudo hacerme esto? Lo amaba con todo mí ser y rompió mi corazón en mil pedazos. Los relámpagos iluminaban el cielo y me hacían sentir más miserable, eran cerca de las once de la mañana así que bajé las escaleras y fui a la cocina, no tenía apetito pero el almuerzo ya estaba listo y solo necesitaba calentarlo. Mi mamá no tardaría en llamarme para preguntarme si había comido y se daría cuenta al instante si le mentía así que me senté en el comedor e intenté comer mientras oía música de fondo. Sentía un dolor muy fuerte en mi pecho que no se iba con nada que hiciera, ¿Hasta cuándo iba a seguir así?

Pude oír que la lluvia se detuvo y empecé a comer sin ganas cuando repentinamente escuché a alguien tocar la puerta. Mi corazón empezó a latir muy rápido e imaginé lo peor, me deslicé fuera de mi asiento y me acerqué a una de las ventanas de la sala, ¿Qué se supone que iba a hacer si era Isaac? Me armé de valor y moví ligeramente la cortina para averiguar que se trataba de Ezra y Margaret. ¿Cómo sabían que no estaba en clase? Me puse a reflexionar un momento y no tarde en llegar a la conclusión de que mi mamá los había contactado. Suspiré y me prometí a mí misma que hablaría muy seriamente con mi mamá. Abrí la puerta y deje a pasar a los chicos, Margaret llevaba puesto un hermoso vestido azul que resaltaba sus curvas y se veía como una muñequita de pies a cabeza, era demasiado linda y encima de eso poseía una personalidad muy cariñosa. Ezra tenía una camisa blanca que resaltaba sus músculos y un pantalón café, era un hombre muy atractivo así que no necesitaba esforzarse mucho con su vestuario.

‒Hola ‒los saludé.

‒Hola Kim ¿Cómo estás? ‒diciendo eso Margaret me abrazó.

‒Más o menos ‒admití.

Ezra parecía un poco pensativo así que llegué a la conclusión de que mi estado debía ser muy deplorable.

‒Te trajimos tu pastel favorito ‒afirmó mientras me lo entregaba.

‒Muchas gracias, no tenían que molestarse.

‒Me preguntaba si podíamos cooperar para almorzar juntos, ¿Te parece? ‒sugirió Margaret.

‒Es una buena idea. Ya tengo lista la comida, pueden venir.

Los tres fuimos a la cocina y nos sentamos a comer juntos. Por un lado era positivo tener compañía para no sumergirme aún más en mi miseria. Los chicos dejaron a un lado sus teléfonos y comenzaron a hacerme plática. 

‒Te estuve llamando para avisarte que vendríamos pero no me contestaste ‒explicó Ezra.

‒Lo siento, es que dejé mi teléfono arriba. ¿Mi mamá los llamó verdad?

Ezra y Margarte intercambiaron una mirada.

‒Así es, ¿Cómo lo sabes? ‒preguntó él.

Sonreí sin ganas.

‒Intuición.

‒Ella está muy preocupada por ti así que me llamó y me pidió que estuviera atento a cualquier cosa. Queríamos visitarte desde hace mucho tiempo así que quisimos aprovechar ésta oportunidad, esperamos no estarte molestando ‒explicó Ezra.

‒Para nada, ustedes siempre son bienvenidos aquí.

‒Cocinas muy rico Kim, tengo que aprender de ti ‒comentó Margaret.

‒Gracias por tu halago.

Los chicos fueron muy amables conmigo y parecían genuinamente preocupados, incluso insistieron en lavar los platos, en un momento dado Margaret quiso ir al baño así que me quedé a solas con Ezra.

‒Tenías razón.

Ezra estaba viendo su teléfono pero levantó la vista al oírme.

‒¿Sobre qué?

‒Sobre Isaac ‒admití con pesar‒ Resultó ser todo lo que no esperaba que fuera.

‒Siento mucho oír eso, te mereces algo mejor. Lo bueno es que ya te diste cuenta de sus tendencias controladoras, eso es lo importante.

Eran más que tendencias controladoras pero no pensaba hablar de eso con él. La lluvia había cesado y comencé a sentir un poco de calor así que me subí las mangas hasta los codos y me olvidé por completo de esconder mis heridas.




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