¿obsesión?

•4

— YAMILETH — 

Ví a Efraín. 

Efraín — tenemos que irnos, mis clases están por empezar y te paso a dejar y ya me voy 

Sostuvo mi mano.

Yamileth — es que 

Efraín — es que nada 

Jalo de mi mano. 

Pero sentí otra mano en mi brazo. 

Efraín — eh, disculpa, pero quién te creés

Se puso delante de Luka. 

No puede ser. 

Cuando esté hombre empieza a decir algo, no hay nadie que le calle esa boca, y sobre todo, se va a los golpes si es necesario. 

Ya perdí la cuenta de cuántas veces se a peleado el y Cristóbal por alejar a los hombres. 

Suele ser un poco, ¿Celoso? 

Ahhh. 

Efraín — si nos disculpas nos tenemos que ir 

Me dió una de esas miradas. 

Cómo diciendo que más tarde le explicaré. 

Luka no decía nada, absolutamente nada. 

Simplemente tenía su mirada clavada en los ojos de Efraín. 

Mantenía un perfil fijo y firme. 

Y Efraín, el por su lado me tenía la mano agarrada.

Efraín — vámonos 

Pero volvieron a jalar ambos de mis dos brazos. 

Efraín — bueno cual es tu problema hombre

Sentí como Luka soltaba mi mano. 

Después de unos segundos de verle los ojos y darme cuenta que son de un color agradable, se fue desapareciendo. 

Si, se había ido.

Efraín — saliendo de clases quiero una maldita explicación

Asentí. 

 

[…] 

 

La clase me aburría. 

En realidad todo me aburre, ver a las mismas personas, los mismo que no se callan ni por dos segundos. 

La profesora ya les puso un alto, pero aún así siguen haciendo un ruido que me deja atónita. 

Quisiera callarle el pico al hombre ese que está a mi lado. 

Pero no puedo. 

Al final yo tampoco podía prestar atención. 

Por lo mismo que ellos no dejan concentrar en nada. 

Así que empecé a hacer dibujos. 

Varías flores y al rededor abejitas. 

 

[…]

 

Por fin se terminaron las clases. 

Cristóbal  — bu

Alargó la letra U. 

No me asusté ya que estuche sus pasos y risas detrás mío. 

Yamileth — ya sabes que no me da miedo nada 

Se posicionó a un lado mío. 

Seguido tomo mi mano. 

Aveces es raro en el ya que no le gusta el contacto físico, más bien es de palabra no de tacto. 

Pero Efraín si, a él si le gusta dar abrazos. 

Muy raro; un amigo es alegre pero no le gusta dar abrazos, y otro es malhumorado pero le encantan los abrazos y el contacto físico. 

Que raro. 

Cristóbal  — eso quiere decir que si voy a tu casa y te jalo las patas no te da miedo

Negué rotundamente. 

Yamileth — no, así que mejor yo te jalo las patas a ti, así no me volverás a hacer preguntas ineptas

Me duele la cabeza. 

Cristóbal — que traes, te noto rara 

Empezó a caminar para atrás, mientras iba de espaldas, y se posicionó enfrente mío. 

Yamileth — tuve un día falta, primero Efraín llegó y me vio con un nuevo amigo, y después quería saber quién era, aparte mis compañeros que no se callan ni un segundo

Puse una cara de desagrado. 

Cristóbal — y quién era ese amigo

Se puso a mi costado. 

Su tono de voz había cambiado. 

Yamileth — un amigo, tu lo conoces

Cristóbal — yo no conozco a imbéciles que se hacen llamar tus amigos

Rodé los ojos mientras soltaba un aire de desesperación. 

Ahora resulta que el también se pondrá sus moños. 

¡Es qué acaso quieren acabar con mi paciencia!

Yamileth — no sigan jodiendo con sus enojos, ya hay que madurar

Me fui por un rumbo diferente a el. 

Y sin siquiera darle una mirada para atrás, me desaparecí de su vista, y el de la mía. 

 

[…] 

 

Llegué a casa y un montón de mensajes estaban en la pantalla de inicio de mi celular, y llamadas que no contesté. 

Ví uno de ellos en la pantalla y decía. 

4:58 pm. — no entiendo porque tiene que haber otros tipos en nuestra amistad, solo somos Efraín tu y yo, los demás salen sobrando

Los ignore. 

No planeó seguir con la discusión. 

Subí a mi habitación y tire la mochila en el piso. 

Seguido me avente yo a la cama. 

¿Por qué no quieren que haiga otro hombre?, ¿Tienen miedo que deje nuestro grupito?

Uff. 

Yamileth — aveces no entiendo a los hombres

Volví a levantarme y fui al baño a cambiarme. 

Si seguiremos peleando no voy a ir está tarde a jugar voleibol. 

 

[…]

 

— LUKA — 

 

Me senté en mi cama. 

Y recordé lo maravilloso que es pasar una noche con esa niña. 

Sonreí a la nada, como si de un bobo se tratara. 

Salí de mi concentración, una puerta azotando fue lo que escuché.

Ví a mi hermano pasar echo la misma furia. 

Decidí ir con el. 

 

Luka — ¿Sucede algo? 

Pregunté con un tono de compresión. 

Cristóbal — no nada 

Ví como sacaba su computadora. 

Luka — cuéntame

Cristóbal — es que Yamileth se está viendo con otro hombre

Pase muy fuerte mi saliva. 

Luka — ¿Y eso en que te afecta? 

Me logré sentar a un lado de el. 

Cristóbal — pues no sé, pero es mi amiga

Se notaban a kilómetros esos celos que se carga el jovencito. 

Luka — no creés que merece ser feliz, y que tal vez está encontrando el amor

Negó repetidamente . 

Cristóbal — no puede 

Lo ví con duda. 

Luka — ¿Por qué? 

Cristóbal — porque le pediré que sea mi novia, pero eso será en unos días, ya cuando se nos baje el coraje a los tres 

Trone mis dedos. 

Luka — entiendo, pero ponte las pilas que ya a de aver uno que va rápido

Me levanté y salí de su habitación. 



#996 en Thriller
#509 en Misterio
#6736 en Novela romántica

En el texto hay: obsesión enfermiza

Editado: 15.03.2024

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.