— YAMILETH —
Solté un suspiro y volví a lo mío.
Darle uno que otro beso.
Por mi mente solo corría el: “te odio Luka”.
Que asco me da que me toque con esas manos, las mismas que una vez me tomaron con “cariño”.
Poco a poco, y entre sus caricias me quitaba la blusa.
Yamileth — no puedo
Salí de esa situación y fui a la puerta tratando de huir.
Pero de todas formas me siguió y me jalo con su agresividad, lanzando mi cuerpo a la cama.
Yamileth — por favor Luka, si dejamos esto aqui te juro que no le cuento a nadie... Solo déjame ir
Negó.
Y entre mis lágrimas volvió a unir esos labios medianos con los míos.
Yamileth — no quiero
Hablé cuando intentaba de nuevo quitar mi blusa.
— EFRAÍN —
Corrí, corrí todo lo que pude.
No puedo permitir que un hombre toque a Yamileth.
Si lo hace, yo mismo lo mato.
Al llegar a su casa, me di cuenta que las puertas estaban abiertas.
Y sin hace ruido subí las escaleras hasta su habitación.
Yamileth — por favor Luka, si dejamos esto aqui te juro que no le cuento a nadie... Solo déjame ir
Sus sollozos y esa voz entre cortada me parte el corazón.
Yamileth — no quiero
El muy imbécil solo metió seguro por dentro.
Tomé las llaves de repuesto que una vez me dió Yamileth.
Y hay fue cuando entre.
Yamileth me vio, solo le hice señas de que no hiciera ruido.
Caí a su espalda.
Efraín — maldito imbécil
Empezó una pelea.
Lo tome de su camisa y lo avente al piso.
Parte de su nariz quedó mal, ya que sangraba por esta.
Luka — ¿¡Creés qué me dejaré vencer tan pronto!?
Se levantó.
No somos de la misma edad, pero si de la misma estatura.
Efraín — ¡Te metiste con lo más valioso que tengo, Y CREES QUE NO TE HARÉ NADA, YO MISMO PLANEO MATARTE!
Luka — ¡Pues hazlo, quiero sentir como das tus golpes de poco hombre!
Hablo en las misma que yo.
Me quedé un momento quieto.
Luka — como lo sabía, no sabes ni golpeal a un hom---
Solté el primer golpe en su cara.
Y seguido uno en el estómago.
El segundo le había sacado el aire.
Pero se levantó y golpeó mi cara.
Mi labio partido hizo que saliera sangre.
Y el roce en mi mejilla quedó roja.
Le di otro golpe en la cara.
Su mirada quedó volteada.
En ese instante le di otro en el estómago.
Luka — tus golpes ni duelen, ¿Sabés cuales duelen más?
Sin previo aviso me paso una de sus piernas por debajo he hizo que cayera al piso.
En ese instante recibí varios golpes en mi estómago.
Yamileth — ¡Ya Luka, déjalo en paz!
Entre mis ojos cerrados pude ver cómo ella trataba de detenerlo, lo jalaba de su brazo.
No puedo más.
Me duele.
— YAMILETH —
Yamileth — ¡Ya Luka, déjalo en paz!
Traté de jalar de su brazo.
Pero es imposible que lo deje.
Mis labios temblaban del miedo.
No puedo... No puedo permitirme ver cómo mi amigo está tirado en el piso mientras este imbécil lo mata con golpes en su estómago.
¿¡Qué hago!?
...
Jale de su brazo hacía mi y en un acto repentino lo bese.
Entre aquel beso saque las llaves de su pantalón.
Luka — déjame estar contigo
Susurró después de separarse de mi.
Asentí.
Poco a poco me acerque a la puerta y el venía conmigo.
Yamileth — si, si podemos estar juntos, pero primero vamos a tomar agua, de seguro estás muy cansado, después vamos a la habitación y seguimos
Asintió.
Salió primero el.
Bajamos a la cocina, mientras el tomaba agua, yo tomé el celular de basé de mi casa.
Entre los números había el de Cristóbal.
Rápido le mandé un mensaje.
10:00 pm. — Cristóbal ven rápido necesito tu ayuda
Escuché como venía Luka y fui a apresurarme dónde el.
Luka — ya tome agua
Yamileth — vamos ven
Trataré de estar normal.
Como si lo que estuviera pasando fuera una simple noche entre el y yo.
Tome su mano y subimos hasta una habitación.
En ella se acercó a mi y entre caricias me llevo a la cama.
Tomé de la mesita de noche las llaves de esta habitación.
Salí corriendo y cerré detrás mío la puerta.
Luka — ¡Yamileth, déjame salir ahora mismo de aquí o juro que te mato!
Fui a la otra habitación.
Tengo el corazón en la mano.
Siento que en cualquier momento podría desmayarme.
Ví a Efraín tirado en el piso.
Chequé su pulso y está estable.
Su corazón aún tiene los latidos.
Yamileth — por favor Efraín, no me dejes a mi sola
No sabía que hacer.
¡Soy una tonta, no se cómo salvarle la vida a mi amigo!
Su respiración es complicada.
Yamileth — no, Efraín, sigue respirando
Cada vez se le complicaba más y más.
Me acerque a el y a tan solo segundos de darle respiración despertó.
Efraín — Yamileth
Escuché su voz.
Yamileth — aquí estoy
Abracé su cuerpo golpeado.
Efraín — me duele todo
Yamileth — tranquilo, le voy a hablar a una ambulancia
Asintió.
Tomé mi celular, que solo se rompió la pantalla, bueno unos rasguños.
[…]