Katherine Vazquez, apenas 18 años de edad, cabello color cobre, piel pálida y estatura media. Su cuerpo fue desmembrado y su cuero cabelludo contaba con una pequeña parte sin cabello. Tenía un corte bajo su mejilla y en los labios.
Varias marcas similares a letras estaban esparcidas por todo su cuerpo.
Eso era lo que más se escuchaba hablar entre los demás estudiantes. El curso lectivo apenas había continuado hace unas dos horas, todos los estudiantes se encontraban caminando de un lugar a otro sin rumbo definido, se escuchaba a los chicos comentar acerca de cómo la chica fue hallada hace apenas unas horas.
Iba con Nicolas, ambos estábamos buscando el aula de biología, los otros chicos nos esperaban allá.
Para resumir un poco los acontecimientos, Katherine era una compañera, con la cual no teníamos lazos muy fuertes ya que el grupo era muy grande y también por que no vivía muy cerca de nosotros así que la amistad realmente no surgió.
Pero era un poco desconcertante escuchar acerca de ella.
-Sabes, yo estaba viendo la televisión cuando pasaron la noticia, pero no imaginé que fuera ella de quien hacían referencia -. Dije al mismo tiempo en que cambiaba el bolso de hombro, estaba empezando a sentir el peso de los libros.
-Me parece un poco extraño, es decir, ella ni siquiera era de salir a esas horas de la noche, sus padres no sabían que no estaba en casa, eso es lo que me parece extraño, es como si la hubiesen citado en algún lugar -. Su rostro en ese momento expresaba curiosidad.
Y bueno, a mi la curiosidad me llamaba muy seguido.
-Bueno, según lo que escuché comentar a unos chicos en la entrada, los oficiales dijeron que aún no encontraban el celular de ella.
En un extremo del último pasillo había un pequeño altar en conmemoración de la chica, me acerqué un poco para observar.
¿Por qué una chica tranquila (al perecer de las personas que la habíamos visto o conocido) terminaría en esa situación?
-¿Crees que el encargado del homicidio de Katherine sea el mismo asesino de las últimas muertes en los alrededores?
-Chicos, lo que yo sé es que no hay huellas, así que lo están relacionando con el mismo, y yo la verdad me estaría preocupando un poco, a sido a una chica de nuestro pueblo y peor aún, de nuestro colegio -. Siseó Simon, al momento en que ponía ambas manos en nuestros hombros.
-¿Y eso nos quiere decir que...
-Que está más cerca de lo que pensamos-. Finalicé lo que estaba diciendo Nico.
Seguimos caminando hasta llegar a la puerta del aula, Simon la abrió dándonos paso, a lo que vimos a Raquel levantar una mano desde los asientos, ya nos tenía guardado unos al rededor de su mesa, ella se encontraba, sentada junto a Aldo.
Nos colocamos en los asientos respectivos y nos pusimos al corriente con algunas cosas.
-Yo ya tengo a mis sospechosos -. Dijo Aldo, cerrando con su mano un círculo al rededor de su ojo formando una lupa -. Se me hace sospechoso el conserje, siempre metido en esa bodega misteriosa -. Nos miró con sus ojos entrecerrados.
-No seas idiota! -. Le dijo Raquel y a los segundos se escuchó un golpe en la cabeza de Aldo -. Obvio el conserje solo va a pasar metido allí, si es donde tiene sus herramientas de trabajo.
-¡Ya sé Raquel!, solo estaba tratando de animar el ambiente-. Masculló mientras se pasaba la mano por la cabeza.
Los demás nos reímos, ellos se llevaban mejor de lo que pensaban. Pero eso solo lo percibíamos nosotros.
Las primeras horas las pasamos juntos, llevamos todos las mismas clases, así que siempre estamos en el mismo lugar .
Al momento del almuerzo solíamos salir a comer afuera, pero el día no se prestaba para eso, aparte de la lluvia que había afuera, estaba también el pesado ambiente en todo el lugar, así que nos encontrábamos sentados en una mesa del comedor colegial almorzando una pizza y batidos.
Me encontraba mirando mi mano izquierda, suelo usar unas pequeñas pulseras. En realidad solo son tres, una es negra, otra plateada y la última azul. Todas tienen diferentes dijes, una media luna, una estrella y un cuarzo blanco.
Lo que sucede es que la pulsera del cuarzo no estaba.
Miré alarmada hacia el suelo, empujé la silla con fuerza haciendo un sonido de chirrido y me puse de pie buscando por todo el lugar, pero no estaba, lo peor es que no me había dado cuenta de que se había caído.
-¡Rayos chica! Casi me dejas sin tímpano-. Murmuró Nicolas mientras se tapaba los oídos.
-¡Lo siento! Pero me he dado cuenta que he perdido la pulsera con el cuarzo -. Me estaba empezando a sentir mal, no lo podía perder, sería como perder una parte de mi vida.
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Editado: 29.06.2018