Obsesión Carmesí

C A P Í T U L O 19

Tiempo después los oficiales llamaron a los padres de Raquel para informarles sobre lo sucedido, ellos llegaron muy preocupados por ella y hicieron un acuerdo con los oficiales para que Raquel no saliera de casa mientras llevaban el caso de Hector.

Pero eso no era lo más preocupante, minutos antes de que mi padre y yo nos fuéramos hacia casa las autoridades que estaban tras la búsqueda de Hector dieron el aviso de que había escapado.

Según lo que el agente Damian de comentó a mi padre, ellos siguieron el rastro de Hector hasta muy dentro del bosque, llegaron al límite que colinda con el bosque de nuestro pueblo, pero según lo que vio uno de los oficiales, Hector llegó al límite de un peñón, no lo lograron detener y este se lanzó hacia el mar.

 

Si bien tienen rodeada la costa, aún no tienen rastro de él.

Me sentí muy intimidada, ¿qué pasaría si él decide buscar a Raquel y a mi para vengarse?

No no siempre íbamos a estar bajo cuidado, y es muy escurridizo, ya lo sabía yo al encontrarlo de manera imprevista muchas veces.

 

Cuando mi padre salió de su oficina iba cargando con muchos papeles, sus gafas se querían caer del bolsillo.

Caminamos hasta el auto y salimos directo para la casa, esta vez él iba manejando.

Dio un largo suspiro, yo sabía que iba a empezar a decirme cosas por haber hecho lo que hice.

 

-No sé qué decirte Meredith. Estoy muy enojado contigo por haber escapado de tus clases y haber envuelto a Raquel en todo esto, estoy muy enojado por que hayas ido a esa casa sin mi permiso y sin haberme consultado primero. Pero también estoy muy contento de que estás bien y de que pudiste manejar muy bien la situación.

 

-Tuve mucho miedo papá, pensé que no iba a salir de esa, me preocupé mucho por Raquel, le pudo haber pasado algo por mi culpa. Fui allí por que quería ver si encontraba algo, sentía que los agentes no estaban investigando muy a fondo y quería ayudar un poco. 

 

-Tienes que entender algo Meredith, eres muy valiente, lo sé muy bien. Pero no te puedes meter en asuntos de los oficiales, si ellos no estaban investigando inmediatamente es por algo, se necesitan muchos permisos y personal autorizado para hacer algo así. Quiero que la próxima vez que quieras hacer algo así me lo digas primero, ¿está bien?. 

 

Miré hacia el bolso en mis manos, podía sentir en puño de cartas bajo mis manos, sabía que tenía que decirle, pero si lo hacía, nunca me iba a enterar de lo que ocultaban. 

 

-Lo prometo papá. 

 

No hablamos más por el resto del camino, al llegar a casa me bajé del auto para abrir el garaje, cuando vi que mi papá estaba dentro de este me volteé para cerrar el gran portón. 

Choqué con la mirada de Nicolas, se veía muy molesto, pero no sabía por qué. 

 

-Hola Nic, estábamos preocupados por ti, los chicos y yo no sabíamos si estabas bien , Aldo no sabía nada de ti desde anoche... -iba a seguir hablando pero me cortó lo que le estaba diciendo. 

 

-Tranquila Meredith, estoy bien. Mi tío aún no me ha asesinado-. Dijo de manera cortante. 

 

-Nic, yo lo siento... 

 

-¿Puedes por favor dejar de decir todo eso que te has inventado?. Raquel habló con Aldo y le dijo muchas cosas que tú le habías contado, incluido cuando mencionaste que era el asesino de las chicas del instituto. Pensé que hablabas en serio, pero solo estás tratando de llamar la atención. 

 

-¿Cómo puedes decir eso?, Raquel también lo vio, no es algo que me estoy inventando. 

 

-No me vuelvas a hablar nunca más Meredith, no puedo creer que estés diciendo eso de mi familia. 

 

-Pero tu tío ha estado involucrado en eso, pregúntale a los oficiales. 

 

-Yo sé muy bien quién es mi tío, Meredith. 

 

Sin decir más dio media vuelta y se fue. 

No me podía creer todo lo que me dijo. Es cierto, por un lado es su tío de quien hablamos, pero él también debió dejar que me explicara mejor. Nicolas siempre me comprendía muy bien y nunca se había comportado de esa manera conmigo, fue muy extraño de su parte. 

Varias dudas se implantaron en mi cabeza pero las dejé ir. No quería complicar mi vida más de lo que estaba. 

 

Entré a mi casa, mis padres se me quedaron mirando. 

 

-¿Qué sucede cariño? 

 

-Nada, Nicolas se ha enojadado conmigo por que ando diciendo un montón de mentiras acerca de su tío-. Respondí de muy mala gana, pero la verdad es que me estaba cansando de todo este juego del gato y el ratón. 

 

Caminé hasta mi habitación, coloqué la mochila en la cama cuidadosamente. Me aseguré de que no hubiese nadie dentro, revisé muy bien bajo la cama, en el baño, el guardarropa y cerré muy bien todas las ventanas, prensé las cortinas con pequeños chinches al rededor de la ventana y le puse varios avalorios al alrededor, si alguien quería entrar tenía que hacer mucho ruido. 




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