04.♥︎. ¿Y esa sonrisa?

CAPÍTULO IV: ¿y esa sonrisa?

LIAM COWEL

¿Debería ir? No creo que sea buena idea.

No quiero que piense que soy agobiante e intenso, me acuesto en mi cama, cerrando los ojos un momento, pero pensándolo bien, no creo que sea mala idea. Rápidamente me doy un baño, y al salir camino hacia mi closet, eligiendo una camisa blanca, bermuda negra y unos zapatos, me perfumo, mientras tanto me observo en el espejo pasando mis dedos por mi cabello.

¿Que estas haciendo Liam?

¿Sera buena idea?

Sin pensarlo tanto agarro mi móvil para guardarlo, el sonido retumba en mis manos y la pantalla se ilumina.

Llamada entrante.

- Hola mochi, - habla a traves de la linea, coloco los ojos en blanco al escuchar ese estupido apodo. - ¿Como estas? - Entrecierro los ojos, sospechando de que tanta amabilidad no es gratis

- No tengo dinero - respondo algo divertido, no me va a sobornar esta vez.

- Liam - arrastra mi nombre, sonando Dramatico -¿Por qué piensas que te llamo solo cuando necesito dinero?

-Te conozco como la palma de mi mano, Diego -Ríe - No seas ridículo ¿Que quieres?

- Un Favor -, sabia que necesitaba algo - Presentame a alguien.

- ¿Quien soy yo?, ¿cupido?- le expreso de forma burlona.

- Solo para esta noche - exclama.

- ¿Por qué hoy?- pregunto sin entender lo que quiere decir. Observo mi reloj y son las diez de la mañana.

- ¿Es en serio Cowell?- me quedo en silencio dandole a entender que no se que quiere decir.

- ¡Cielos, Liam!, ¡es día de fiesta! - oh, es sábado, cierto - Así que muévete, ven a mi casa.

No quiero entrar en detalle, pero era muy obvio que ahora no tenía tiempo, él no iba a dañar mis planes.

- Ahora no puedo.- Es lo único que digo.

- Claro que si puedes o sino...- piensa - Voy a buscarte.

- No seas tan molesto, estoy ocupado - le suelto, no estoy para sus estupideces. Dejo todo en orden y me apresuro a tomar las llaves del departamento, junto con las del auto. Salgo del piso, y mientras camino al estacionamiento puedo visualizar rápidamente que es un día fresco y brillante. Entro a mi auto y por un momento se me olvida lo que voy hacer. Recuesto mi cabeza en el volante, hundiéndome en mis propios pensamientos.

En primer lugar, tengo que tener claro lo que haré con el resto del día.

Tengo dos opciones:

1# Ir a ver a mamá.
2# Invitar a salir a la bonita rubia.

Es facil primero iré por la primera opción. Después veré que hago, lo que no entiendo, es ¿por qué estoy nervioso?

O sea, la conocí hace unos días. Creo que es normal que quiera invitarla a salir, en plan de amigos ¿Cierto?

<< Caminar >>

¡Por Dios! ¿que estas haciendo, Liam?

Le resto importancia a mis pensamientos y enciendo el auto direccionandome a casa de mi mamá. El viaje se me hace extremadamente corto, tal vez por los pensamientos sin respuesta que carcomen mi mente.

Estacionó el carro y me encaminó a la casa de mi madre, que luce un poco cambiada después de tanto, recuerdos de mi niñez pasan delante de mis ojos, sin duda tuve una divertida infancia.

Me adentro a la casa, y lo primero que veo es a Paul picando unos vegetales y mi madre bebiendo ¿Café?, me acerco y tomo asiento en el comedor. No la saludo, solo espero a que se de cuenta de mi presencia, tenia tiempo que no la veía, desde que llegué. Tampoco e hablado con ella, de modo que quería hacerlo especial, solo fui a ver a mi padre y me llamó simplemente para ayudarlo pero no me quejo. Y mi tía porque le prometí el año pasado que este año iba hacer el profesor suplente en su academia. Mentiría si digo que no los extrañé.

Eran unos ocho meses sin ver a mi familia, y pues, llegué a mi ciudad natal hace una semana con mi amigo; Diego, en toda esta semana no he hablado con mi madre, quería hacerlo especial, que se sorprendiera mucho y me llenará de su amor de madre. Eso quería.

Finalmente ella se da cuenta de mi presencia, y sorprendida, se levanta y corre a mi lado dándome un fuerte abrazo, me coloco de pie y le devuelvo el abrazo, un abrazo lleno de amor.

Mi madre siempre será lo más preciado y bonito de mi vida.

- Mi amor... Te extrañé tanto - comienza a llorar, llenando mi cara de besos - Estas más alto, muy guapo - Pasa la mano por mi cara.

- Yo también, Mamá - le sostengo la cara para que me mire a los ojos, le limpio las lágrimas y le beso la frente.

La suelto y de la nada me da un golpe y después otro y otro, me tapo con mis manos y la miro extraño.

- ¿Que te paso? ¿No me extrañaba?

-Yo te puedo extrañar mucho, Liam cowell - Me da otro manotazo - Pero eso no quita - Me da otro manotazo y me cubro, riendo - ¡Que fueras a ver a tu papá primero que a mi!

- Mamá... Él necesitaba mi ayuda y quería que nuestro encuentro fuera especial, - pone una cara de dramática, mientras se sienta en la silla.- Te prometo que cuando vuelva a venir, seras la primera que veré.

- Eso espero, ¿En donde te estás quedando?

- En mi nuevo departamento... -Volteo a ver a Paul, un amigo de mi madre, su enamorado, que siendo sincero no lo tolero ni un poquito- Hola, Paul.

- Hola, Liam...

- Hijo, sabes que esta es tú casa y te puedes quedar aquí, cuando tu quieras.

Esta mujer no se cansa de repetir lo mismo cada vez que vengo. Siempre se sale con la suya, pero esta vez espero que no sea así.

- Mamá, ya soy independiente - Respiro hondo - No quiero causar ninguna molestia.

- No es molestia, eres mi bebé mayor.

-¿Tienes galletas?-, cambio de tema.

Pone los ojos en blanco y respira profundo, se levanta, y en uno de los gabinetes de la cocina saca galletas, Paul le facilita el jugo de naranja, lo que hace que haga un mueca, ¿por que tanta confianza?

Evado la situación y el tema qué estaba hablando mi madre, salgo de la cocina y me lanzo al sofá de la sala de estar. Me coloco mis audífonos dejando que la música de Yellow inunde mis oídos pero... Una sonrisa se escapa de mis labios, porqué mi mente me trae nuevamente aquella chica, en estos días he tratado de bloquearme pero me he rendido, no dejo de pensar en ella. También me hace sentir un poco estúpido, la he visto como tres veces en mi vida, es linda, no lo niego pero hay algo más. No se que es, no puedo describirlo.