Al verla irse después de llamarme Cristobal fue el momento en que mi corazón se rompió por completo ver que mi propia hija dejaba de llamarme papá que ya nisiquiera le interesaba estar conmigo.
Regrese a casa con la cabeza baja mientras sentía que mis ojos me ardían por las lágrimas que estaba tratando de contener, al entrar esperaba encontrar a mi esposa tomando un baño o preparando un desayuno para irse a trabajar pero lo que encontré en la casa fue lo que más me daba miedo el silencio, la casa estaba sumergida en un silencio absoluto.
Llame a Sofia para saber si se había ido al trabajo mucho más temprano o si solo estaba huyendo de mi, al escuchar el teléfono esperaba todo que me mandara a buzón que me colgara que me contestara de manera indiferente pero ahora que entiendo lo que hice y que las puedo perder escuchar la voz de la mujer que aun amo me haría conformarme.
-Cristobal que ocurre_ Sofia contesto de manera tranquila pero seca
Al escucharla me sentí como si no hablará con mi esposa, suspire de manera pesada sintiendo un inmenso deseo de tenerla de decirle que aun la amaba y que deseaba volver a ser lo que eramos antes_ mi amor donde estás pensé que hoy trabajabas desde casa.
Escuche por un momento una caminadora antes de que ella me respondiera eso me hizo pensar el lugar en el que estaba; al recordar aquella noche donde intente hacerle el amor en la ducha, ella finalmente respondió_ vine a hacer ejercicio, que pasa le ocurrió algo a Liliana.
-no, solo que pensé que podíamos desayunar juntos como antes_ le decía mientras seguía sintiendo el peso de la soledad que ahora reinaba en mi casa.
-yo termino en una hora pero si se trata de Liliana solo espérame unos minutos y llegare pronto_ su voz sonaba tranquila pero mezclada con algo de preocupación.
Al escucharla sentí como la sangre se me estaba congelando, no me parecía extraño que Sofia amara a nuestra hija pero el hecho de que ya no se preocupara por mi o si quiera pensara en que la estaba esperando en casa me hacía sentir tristeza pero a la vez rabia_ no, no es por ella lamento haberte interrumpido.
Colge el teléfono y subi a mi habitación tocando y sintiendo con mis manos la ropa de Sofia mientras inhalaba como un loco el perfume de su ropa; la hechaba tanto de menos y sentía la fuerte necesidad de demostrarle qué aun podía hacerme sentir, pero al mismo tiempo me sentía encabronado de pensar que había dejado de quererme qué ahora nada de mi le importaba y que solo seguía aquí conmigo por nuestra hija; ese día salí de la casa como si mi alma estuviera siendo arrastrada por el diablo y llegue al lugar que menos esperaba me estacione frente a la casa de Virginia donde estaba en una disputa conmigo en la que me decía que debía irme pero a la vez quería tocar la puerta y lanzarme encima de Virginia sentir por un momento la piel de una mujer aunque no fuera la mía.
Al calmarme y tener la mente fría finalmente logré calmar mis bajos instintos teniendo la voluntad que necesitaba para salir de ahí volví a casa echo un completo caos mental, me sentía nervioso y que estaba a punto de explotar.
(que estabas a punto de hacer, eres un completo pendejo Cristobal quieres recuperar a tu esposa y lo primero que piensas es ir a la casa de otra mujer; sofia nunca te lo perdonaría la perderías a ella y a tu hija todo por una puta calentura no puedes volver a ver a Virginia esa mujer y su hija ahora arruinaron tu vida)_hablaba entre susurros sin darme cuenta de que Sofia estaba parada detrás mi escuchando mis lamentos y arrepentimientos.
Al querer ir a mojarme la cara con agua fría para bajarme la calentura vi a Sofia parada detrás de mí con una toalla envuelta en el cuerpo observandome con tristeza al escuchar mis palabras_ mi amor yo no es lo que piensas.
Ella tenía su ropa en la mano la cual sujeto encerrandose en el baño, al tocar la puerta pude escuchar como trataba de contener sus lagrimas lo cual me hizo sentirme peor de lo que ya estaba_ mi amor porfavor ábreme hay que hablar; te juro que nada paso ni siquiera toque a la puerta, me arrepentí antes de bajar del auto por favor mi reina te lo pido escúchame_ me sentía un completo imbecil por lo que dije, quería arreglar las cosas pero antes de que pudiera abrir la puerta con la llave del cuarto mi teléfono sonó, mi jefe me llamaba para decirme que necesitaba hablar conmigo sobre el nuevo proyecto de condominios en la ciudad.
-ire enseguida_ salí de la casa observando como mi casa se iba haciendo cada vez más pequeña con la distancia.
Ese día me quedé en la oficina esperando que el trabajo me distrajera, me sentía avergonzado de lo que paso no sabia que hacer ni como podía arreglarlo, sofia sentía que le estaba poniendo el cuerno y esta mañana mis palabras la hicieron llorar.
Llegue esa noche viendo como las luces de la casa aun estaban encendidas, al entrar encontré a Liliana guardando los platos_ princesa y tu mamá.
-Esta en la biblioteca_ Liliana me hablaba de manera cortante y sin voltear a verme.
Toque a la puerta escuchando la voz calmada de Sofia_ pasa pequeña.
-no es Liliana mi amor soy yo, podemos hablar_ me acerque viendo como sofia me observaba con enojo mientras se levantaba alejándose de mi.
Al ver el odio que me tenia comencé a sentir tristeza pero a la vez molestia, al ver como se alejaba y me daba la espalda no resistí tomar su brazo acercandola a mi pecho.
Al tenerla tan cerca de mis labios no resistí un segundo más y termine besándola pero en este beso había algo más que dulzura era deseo, lujuria; al sentir como me daba golpes en el pecho algo en mi me hizo olvidarme del dolor haciendo que le aprisionara entre la pared y mi cuerpo, olvide por completo como era respirar mientras con mis manos sentía la piel de sus brazos, al final ella dejo de resistirse y se dejó llevar por mi.