Habían pasado 3 años desde que me dedique por completo a mi familia pero las cosas no siempre regresan a lo que eran durante este tiempo me dedique por completo a hacer felices a las mujeres más importantes de mi vida aunque no siempre lo lograba.
Me aleje por completo de Virginia y su hija tratando de olvidar aquel accidente que casi acaba con mi matrimonio, pero las cosas eran cada vez más complicadas; ivana encontró la escuela en la que mi hija estudiaba y termino cambiándose sin decirle a Virginia que seguía sin prestarle mucha atención.
Ambas comenzaron a tener más de un problema y Sofia tenía miedo de que esa muchacha volviera a intentar lastimar o incluso matar a nuestra hija; al recordar el accidente de Liliana en las escaleras de la escuela pensé que lo mejor era cambiarla pero estaban casi a final de curso y era algo imposible.
Había mantenido mi promesa de llevar y recoger a mi hija de sus clases pero Ivana siempre llegaba antes a mi auto haciendo que cada tarde terminara en una discusión.
-papá que bueno verte puedo preparar la comida hoy, te quedaras.
Verla subir a mi auto y escuchar esa palabra de su boca me causaba dolor de cabeza_ Ivana deja de llamarme así, te deje muy claro a ti y a tu madre ya no formó nada en sus vidas; por favor baja de mi auto.
-pero siempre te he llamado así porque ahora sería un problema_ ella estaba a punto de llorar mientras bajaba la cabeza.
Ese tipo de actitudes comenzaron a enfadarme hasta que vi entre los niños a mi hija riendose con una de sus amigas, baje del auto hablándole para llamar su atención_ Liliana.
Ella giro para verme acercándose con sus amigos, los cuales se miraron de manera extraña al ver a Ivana en mi auto.
-hola señor Roblez buenas tardes.
Sonreí al ver a una de sus compañeras, era la primera vez que me presentaba a sus amigas y eso me hizo latir un poco el corazón_ buenas tardes niñas.
Liliana solo observaba a la camioneta mientras me miraba con enojo_ me iré con fabiola pensábamos ir a la plaza si no te importa.
-yo puedo llevarlas niñas_ le decía mientras le sonreía
Liliana tomo a su amiga y me dirigio una ultima mirada_ no está bien podemos irnos solas.
Liliana se fue sin despedirse de mi, entre a la escuela completamente furioso pidiendo que llamaran a Virginia Lopez; Ivana me seguía llamándome papá y diciendo que no me molestara con mamá acto que me hizo enojar mas de lo que ya estaba haciendo que le gritara en frente de la directora y una maestra.
-escúchame bien Ivana yo no soy tu padre, no tengo ninguna obligación contigo y tampoco con tu madre; deja de llamarme papá y deja de molestarme_ después de eso la deje en la oficina pidiéndole a la directora que llamara a su madre.
Al salir no me di cuenta de las miradas de niños y padres de familia que me seguían mientras subia a mi auto manejando como un completo desquiciado a mi trabajo.
Al llegar complete mi esquema y revisando el plano del lugar en el que se haría el edificio aunque mi cuerpo hacia el trabajo mecánicamente mi mente seguía en mi familia, no dejaba de pensar en mi hija la manera en que se fue y el como me hablaba como si fuera un completo desconocido, termine mi trabajo y me dirigí a casa; quería meterme en agua fría para bajar el estrés y la rabia que sentía.
Al entrar creí que Sofia estaría en el trabajo pero no esperaba la sorpresa que tenía involuntariamente para mi, abrí la puerta viendo el torzo desnudo de mi esposa mientras su trasero estaba minimamente tapado por un encaje de color negro, entre cerrando cautelosamente la puerta mientras me acercaba a ella; coloque mis manos en su cintura sintiendo la tela de su traje mientras hundía mi nariz en su cuello su perfume de durazno y el shampoo de cerezas era exquisito; me estaba volviendo loco al tenerla en mis brazos.
Sabía que mi hija no estaba en casa y desde aquella platica sentía tantos deseos de hacerla mía, gire su cuerpo hacia mi haciendo que cayera sobre la cama; al ver el traje completo de encaje donde podía ver el nuevo cuerpo que ella comenzó a trabajar, abrí mi camisa observando los ojos de confusión que tenia.
-Cristobal que haces_ me decía mientras ponía sus manos en mi pecho queriendo apartarme.
Tome sus manos alzandolas sobre su cabeza y besando sus labios, en algún momento sentí como separaba sus piernas haciendo que mi pantalón se acomodara en ella; me levante abriendo el cierre y sacando mi hombría para poder hacerlo como hace mucho tiempo no ocurría, entre con calma mientras ella gemia en mis labios.
No recordaba la última vez que me sentía así; comencé a moverme mientras escuchaba los intensos gemidos de mi mujer; al sentirla no lo resistí y termine destruyendo su encaje negro mientras mi lengua exploraba su boca y mis manos palpaban la suavidad de sus pechos, comencé a sentir como movía sus caderas mientras aun estaba hundido dentro de ella termine explotando sintiendo todo el placer del mundo.
Me recosté a su lado tomando su cara para besarla y acercarla a mi_ eso fue increíble, no sabes cuanto deseaba esto.
Sofia toco mi pecho mientras intentaba levantarse de la cama_ esto fue mala idea
-me vas a decir que no te gusto_ me coloque encima de ella haciendo que su mirada la presionará.
Sofia bajaba la vista hacia mi cuello girando ocasionalmente los ojos hacia la pared_ mi reina no sabes mentir mírame a los ojos y dime que no eran tus piernas las que temblaban al sentirme o tus manos las que arañaban mi espalda al sostenerme.
Ella se quedó callada mientras aceptaba el beso que le daba me coloque encima de ella mientras me quitaba mi pantalón; sofia intento irse levantándose de la cama pero un solo roce de mis dedos en su cuello la hicieron cambiar de opinión_ dime que no lo deseas como yo; dime que ese día en el estudio no sentías ganas de arrancarme la ropa y tomarme como tu hombre.
Sofia se quedo callada viendo hacia mis labios, no lo pensé ni lo imagine tome lo que era mio y disfrute cada segundo más aún cuando ella dejó de pensar y tratar de resistir; al verla sobre mi no pude evitar sonreír mientras mi mente me llevaba al cielo; coloque mi rostro sobre sus pechos recordando lo suaves que eran, mi cuerpo se sentía en la gloria mientras mi mente estaba en un cielo al que ella me llevo con sus propias manos.