Después del juicio y saber los años que esa niña tendría mi mente no tenía paz a pesar de todo sabía que ninguna sentencia podría regresarme a mi hija.
Al salir del juzgado me acerque a Sofia sin importarme lo que me decía mi hermano o Mateo quería estar cerca de ella pedirle perdón por lo que hice_ Sofia, por favor vamos a hablar.
Ella paso de mi lado abrazada por sus padres quienes me impidieron acercarme a ella, salí corriendo detrás de ella viendo como subían a un auto; mis padres quisieron detenerme pero ya nada me importaba no quería perder a Sofia, la seguí hasta la morgue donde ella estaba firmando el acta de defunsion de nuestra hija.
-hija ya hable con una funeraria me dijeron que se encargarian de todo; pero tu que quieres hacer.
Sofia veía a su madre sin poder contener su dolor_ la cremare, yo no puedo mamá; no puedo enterrar a mi hija, no quiero que ella esté en un ataúd.
Su madre lo acepto mientras intentaba llevarla a la funeraria, al girar y verme su madre la abrazo más fuerte tratando de protegerla_ Sofia, aunque tu no me quieras ver así Liliana también es mi hija y sabes que apoyaría lo que tu decidas pero no puedes sacarme de esto; yo amo a mi hija y quiero estar en sus últimos días.
-no estuviste para ella cuando te necesito, no mereces estar ahora; Liliana es mía y yo decidiré que hacer ahora que me la has arrebatado_ Sofia se soltó de mi agarre dándome la espalda.
Mateo llego a la sala y evito que siguiera a quien yo seguia viendo como mi esposa_ Cristobal será mejor que la dejes.
-Mateo; Liliana también es mi hija ella no puede sacarme así, tengo derecho de saber en donde la velarán_ trataba de quitarme las manos de Mateo de encima, quería seguir a Sofia decirle que cambiará de opinión.
Al final llegue al crematorio donde ella ya había firmado todo y estaban por incinerarla, mis padres y hermanos llegaron conmigo queriendo darme un consuelo que nunca tendría.
Me quedé en la funeraria sin tomar ni comer nada solo viendo a lo lejos como la mujer que amo recibía en sus manos la hurna con las cenizas de nuestra hija; me acerque con un prendedor para cabello en forma de lirio, aunque sabía que me echaría no podía irme sin antes darle un último regalo a mi princesa_ se que no quieres verme, pero ella también es mi hija y tengo tanto derecho como tú.
Los padres de Sofia la apartaron quitandole la urna de las manos; la acomodaron en el nicho donde el nombre de mi hija está de frente y unas flores que adornaban su lugar.
Al estar frente a sus cenizas mis rodillas empezaron a temblar sintiendo que estaba a punto de derrumbarme; tuve que sostenerme con las últimas fuerzas que me quedaban dándole el último adiós a mi pequeña, coloque en frente de su urna un prendedor de cabello plateado en forma de lirio dejandole mis últimas palabras_ Feliz cumpleaños princesa.
Cerraron el nicho sintiendo como el mundo comenzaba a caer sobre mis hombros, gire levemente mi rostro esperando ver a Sofia pero lo único que vi fue a mi hermano quien tocaba mi hombro queriendo darme animo.
-debemos irnos Cristobal_ Ricardo me levanto llevándome a casa donde aquel cachorro me recibió con alegría aunque lo deje durante todo el día ese dulce animalito me recibía con alegría y los ojos llenos de amor.
Ricardo lo alzó en brazos y al encender la luz su mirada lo llevó a aquella caja plateada adornada con un moño color lila sobre la mesa, tomo aquella cajita acercandola a mis manos_ se que nada de lo que hagas hara que mi sobrina regrese, pero se que ella hubiera amado este regalo tanto como los amo a ustedes, ella no pudo conocerlo pero ahora este pequeño te tiene a ti y quizás este sea el ser que te ayude a tener esa redención que tanto quieres tener.
Tome la caja sacando con cuidado el collar rosa claro con la placa plateada qué tenia el nombre del cachorro (nala) coloque el collar en su cuello viendo como se movía tan alegre y feliz a pesar de haberlo dejado solo; al verlo pensé en las palabras de mi hermano_ eres lo único que me queda de una vida que amaba con todo mi ser.
Había pasado unas semanas de la muerte de mi hija y durante ese tiempo nunca deje de llevarle flores frescas a su nicho, siempre que iba me quedaba de pie hablando con ella_ mi princesa no sabes cuanto te extraño; si pudiera volver el tiempo te juro que lo haría estaría contigo en todo momento, muchos me dicen que debo olvidarte y olvidar a tu mamá pero yo no puedo; tu madre es la mujer que más amo y aunque se que ella me odia y nunca dejara de culparme por tu muerte yo la sigo amando y después de perderlas la vida ya no es la misma, llegar a casa y ya no verlas me duele demasiado.
Salí del lugar escuchando los ladridos de nala me hacía soltar una pequeña sonrisa aunque seguía sin poder volver a mi vida el tener a esa pequeña cachorra me daba algo de fuerza para seguir.
Durante ese tiempo el padre de Sofia toco a la puerta de mi casa, pero no era para hablar o pelear conmigo_ solo vine por las cosas de mi hija y de mi nieta, no te preocupes no me llevare nada que le hayas dado tu.
Lo deje entrar viendo como tomaba las maletas de Sofia y guardaba todas sus cosas, aunque mi corazón quería impedir que las tomara guardando en el una pequeña esperanza de poder hablar con ella de que pueda perdonarme, mi cabeza me decía que debía dejarla ir aunque no podía o quizas no quería escucharlo_ como esta Sofia.
-como podría estar una mujer que le llevo flores a su hija de 14 años a un nicho en lugar de a su graduación escolar_ decía sin verme a la cara guardando rápidamente y sin ningún cuidado las cosas de Sofia.
Al terminar tomo otras maletas del closet se dirigio a la habitación de Liliana; al ver que quería entrar y tocar las cosas de mi hija algo me hizo detenerlo.
-señor Cardenas yo se que Sofia amaba a nuestra hija y entiendo que querrá tener algo de ella pero no quisiera que tocara esa habitación es muy preciada para mi_ le decía sin soltar la maleta en su mano.