Obsesiones que matan

20. No soy lo que querias que fuera

» No es decepción, solo miedo a que te estés perdiendo de un mundo mejor «

Las manos no paraban de temblarme, debía tocar la puerta, pero no podía hacerlo. Una mano se posa en mi hombro y me da la suficiente valentía para hacerlo, extiendo la mano y toco. Esperamos unos minutos y la puerta se abre por mi mamá.

Si, ella. Decidimos hacer las cosas bien y viajar a Vancouver para darles la noticia de mi embarazo. Me mira y luego a la persona que me acompaña, con solo ver su estatura sabe de quien se trata, del poste de luz.

—Lo siento mucho, pasen.

Se hace aun lado para dejarnos pasar y nos sentamos en el sillón de la sala, papá se asoma del jardín y también se sorprende, hace un mes había estado aquí. Era demasiado pronto para volver. Los dos se sientan frente a nosotros con la misma expresión de interrogación.

—Hola —soy la que rompe el hielo— se que no hace mucho vine, pero ya los extrañaba. Por cierto, él es…

—Ran —se apresura a decir mi mamá— eres un más guapo de lo que dijo Becca.

Mis mejillas arden, porque lo que le conté en el supermercado era algo que tenia que guardarlo como si fuera un secreto de vida o muerte. Ran parecía muy complacido por lo dicho.

—Si soy yo, me halaga sus cumplidos, usted también es muy bella, tiene un enorme parecido a Becca. Es un gusto conocerlos a ambos.

Se levanta y le estrecha la mano a mi papá y besa la de mamá que parece embelesada por él, sí, eso siempre pasaba cuando lo conocían. Nos volvemos a sentar en un absurdo silencio, papá se aclara la garganta.

—¿Ustedes dos están saliendo? —papá es directo a la hora de preguntarlo.

Ran toma mi mano y él mismo responde.

—Así es, somos una pareja, pero no hemos venido hasta acá solo para anunciarles eso. —los ojos de papá se clavan en los míos.

—Becca —exige una explicación.

Tomo aire a grandes cantidades, Ran sostiene mi mano dándome apoyo y los otros dos están atentos a cualquier cosa que vaya a salir de mi boca.

—Estoy embarazada.

Cierro los ojos cuando su puño golpea con fuerza la mesa de centro, todos nos ponemos de pie cuando papá se lanza sobre Ran y lo toma del cuello de la camisa.

—Te plantas en mi maldita casa, te presentas y solo para decirme que has embarazado a mi hija, ni siquiera te conocía antes de hoy.

—Papá suéltalo por favor.

—Amor cálmate, deja que los chicos se expliquen.

—¡Que me van a explicar! Que eres un maldito que hasta hace unas semanas no tenia una relación formal con mi hija y ahora solo pretendes venir y que aceptemos que este embarazada. ¿Con que fin? Ella tiene un futuro por delante y no como una madre, sino como una profesional.

—Lo se señor y mi intención no es hacer que ella deje todo eso, no lo planeamos, pero tampoco nos arrepentimos, voy hacerme cargo de ellos son mi familia ahora y si he venido hasta aquí es para hacerle ver que no voy a salir corriendo, me quedare a su lado. Y si eso no es suficiente promesa, entonces déjeme casarme con ella.

Lo suelta y Ran se tambalea por la fuerza con lo que lo hizo, me interpongo entre ellos dos.

—Papá hablemos civilizadamente, si estoy aquí es porque quiero hacer las cosas bien desde el principio.

No me mira solo se dirige a su habitación y cierra la puerta con fuerza, no puedo evitar ponerme a llorar. Ran me abraza.

—Debo de hablar con él, o no me perdonara que lo decepcione de esta manera.

—Iré contigo.

—Será mejor que dejes que ellos hablen solos —mamá se dirige a Ran— tenerte enfrente solo lo hará enojarse más. No te preocupes, Becca es su debilidad, no le hará daño.

Me mira esperando una decisión de mi parte.

—Esta bien, yo hablare con él. Tú puedes quedarte con mi mamá.

—Claro que sí, serás mi ayudante de cocina hoy. Prepararemos una comida deliciosa para que se nos pase estos malos momentos.

Suelto su mano y camino a la habitación. Cierro la puerta atrás de mí, papá se sienta en la orilla de la cama y yo a su lado, las lágrimas se me caen como un rio sin detenerse. Se que está molesto, esto no es nada de lo que él espera de mí.

—Lo siento mucho papá, sé que te he decepcionado. Tal vez pienses que estoy echando a perder mi vida para darle vida a otro ser humano.

—Detente, no digas más. No estoy decepcionado de ti, eres mi bebé Becca. Y es una sorpresa grande saber que ahora tu tendrás a tu propio bebé que cuidar. Siempre te imagine como una gran abogada, con una enorme casa y todos los lujos que tal vez aún no he alcanzado a darte, siendo tan independiente y radiante, siendo tan tú.

—Pero no significa que deje atrás esos sueños papá, simplemente tardare un poco más en cumplirlos y crecerá otro sueño más grande.

—¿De verdad amas a ese chico? sabes que puedes detener esto si lo deseas y volver con nosotros, papá siempre te estará esperando. Aun si tienes miedo del futuro yo me encargare de todo, si esto es demasiado peso para ti solo debes dejarlo en mis hombros.




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