Obsesiones que matan

21. Lo eres todo

» Y a pesar de todo seguimos en esto ¿lo ves ahora? tú estás hecha para mí. Es innegable «

Marzo 4, 2021 jueves 3:38 am

Pequeños sollozos salían de mi boca, mientras me removía en todo mi lugar, hacía mucho calor, mi frente estaba bastante sudada, hasta que por fin pude levantarme de esa pesadilla que estaba teniendo, aún era de noche, ni siquiera de madrugada. Con un sobresalto logro abrir los ojos viendo toda la habitación sumida en la oscuridad de la noche y una única persona a mi lado.

—¿Estás bien mi ángel? —pregunto Ran con preocupación, su mano examina mi rostro y su pulgar limpia mis mejillas.

—Si, solo tuve una pesadilla —le di una leve sonrisa para tranquilizarlo— nada del otro mundo.

Estos tres meses han sido “Buenos” aunque no diría que los mejores de mi vida, aún sigo encerrada, debes en cuando salgo con Ran, no he visto a mi familia más de tres veces desde que el me secuestro, solo fuimos para que ellos no se preocuparan dónde estaba yo, de paso les dije que me había mudado con Ran y que esperábamos un bebé, todos se alegraron ninguno sospecho de nada, y aunque lo hicieran ahora más que nunca no puedo irme de su lado

Pensé que todo iría de mal en peor pero parece que el hecho de saber que será papá lo hizo cambiar aunque sea un poco, es más paciente, cariñoso, siempre está atento y aunque ahora más que nunca no me deja hacer nada, pues ya no es algo que me moleste demasiado, empecé a cambiar con él, a abrirme talvez si lo trato bien, él pueda tenerme más confianza y dejar que salga y que poco a poco todo vuelva a la normalidad

Como dije, lo amo, si, el a veces me da miedo aún, pero no puedo solo irme con mi bebé y dejarlo sólo, eso no es algo propio de mí y no quiero apartar a mi bebé de su papá. Además, el empezó con las terapias; sé que no cree en eso, pero al menos lo intenta. por donde lo viéramos ya era un gran avance.

Confiaba en que todo sería mejor en un futuro.

—¿Segura? —cuestionó limpiando mi frente con una toallita para después tocarla —tienes fiebre, esto no me gusta nada —se levantó y después de un momento volvió a la habitación.

—Seguro solo es el clima.

—Toma esto, mañana iremos al doctor, quiero que revise si todo está bien —dijo y tome la pastilla que había traído junto con el agua.

—Está bien —antes de dormir me puso un paño en la frente para bajar la temperatura, apago las luces y volvimos a tratar dormir, el acaricia lentamente por debajo de mi polera mi pancita ya abultada de cuatro meses, eso me relajo y pude volver a dormir

La mañana llego en un abrir y cerrar de ojos, Ran no dio paso atrás con lo que dijo por la noche. Estábamos en el consultorio del doctor en busca de un diagnóstico.

—Bien, creo que todo está en orden, la fiebre que experimentaste ayer solo fue por el cambio de clima, de igual manera fue buena idea venir para que eso no le cause problemas a tu bebé —dijo el doctor apartando su estetoscopio

—Gracias doctor, ella no quería venir, pero solo así me quedaría más tranquilo yo —dijo Ran— ¿podemos saber lo que será nuestro bebé? —pregunto y yo lo voltee a ver, había cierto brillo en sus ojos

—Claro, podemos hacer una ecografía —dijo con una sonrisa.

Ya me encontraba recostada en la camilla, el doctor pasaba su aparato por mi estómago, Ran apretaba suavemente mi mano creo que él está más nervioso que yo al saber que será nuestro bebé, nunca me había puesto a pensar que quiero que sea, creo que venga lo que venga estará bien para mí, los tres mirábamos la pantalla donde mostraba dentro de mi vientre

—y bien que será nuestro bebé doctor —pregunto ansioso.

—Vaya, vaya, creo que no será un solo bebé —ambos lo miramos confundidos

—Como que no será uno —pregunté haciendo una mueca de confusión

—Felicidades ustedes van a tener dos y tal parece que es una niña y un niño. Mellizos —dijo feliz el doctor

Sonreí ampliamente, dejando que las lágrimas resbalaran por mis mejillas estaba sumamente feliz tendría dos hijos, podría cuidar de ellos y hacerlos personas de bien –gracias nena– susurro Ran al darme un beso corto, él también estaba realmente feliz.

—Oigan eso, son los latidos de los bebés —dijo el doctor llamando nuestra atención— van hacer unos bebés muy sanos y fuertes.

—Cómo su mamá —dijo en un hilo de voz.

—Felicidades a ambos, iré a imprimir estás fotografías y podrán recogerlas en la recepción, fue un gusto atenderlos hoy.

—Gracias doctor.

Cuando el doctor cerró la puerta me volví a sentar en la camilla lista para irnos.

—Puedes creerlo, son dos. Es un alivio no tener que esperar tanto para que nuestra familia crezca.

Ran se miraba sumamente emocionado, era contagioso su emoción, cuando baje de la camilla me acerque a abrazarlo. Se estaba esforzando y agradecía eso.

—Tienes un número específico de niños que quieras. —Él se quedó pensando su respuesta y su tardanza solo me daba la pauta que sería un número abrumador.

—Creo que dos están bien. Quería más de uno porque así no se sentiría solo el primero, pero no demasiados porque sería poner en riesgo tu salud. Me siento afortunado y satisfecho con los dos que vienen.




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