Obsesiones que matan

Extra 1: Soy parte de ti

» Mirando en el espejo como tal vez me encuentre esta noche, Pido una mente mejor. Luego entra en la vista a través de mi tercer ojo. Nunca me había dado cuenta, Pensé que había elegido mi diseño, Pensé que estaba roto todo el tiempo «

Voy a la habitación de los niños, con un bolso para meter todo lo que aún me falta. Lo siento seguirme como lo ha hecho toda la bendita mañana, el debía entender que no estar juntos por un par de horas era necesario.

Cada uno merecía un tiempo para sí mismo.

—¿Estás segura? Si lo que quieres es salir, podemos ir de viaje los cuatro. ¡Unas vacaciones! Ir a la playa, a acampar. ¡visitar otro país!

Cierro la bolsa y me volteo a verlo con los brazos en jarras y una ceja enarcada.

—Ran cariño, vamos de vacaciones por lo menos tres veces al año porque tú insistes en la recreación familiar conjunta. Quiero algo normal, nada de lujos y extravagancias.

—¡Vayamos a acampar!

—Y quiero un tiempo sin ti —Deja de sonreír, puede que haya sido cruel con lo último— Estamos juntos muchas horas y todos los días. Tengamos un momento para cada uno ¿sí? porque no pasas el día con Reimon, casi nunca vas a la empresa, eso no es justo para tu hermano.

—Pero se lo compense. Traje a una de mis mejores amigas para que este con él. ¿Quién hace eso? solo un buen hermano.

—Ran... solo será un viaje a dónde mis padres, ellos no miran a Tayler y Arley desde las fiestas. Será solo un día.

—¡veinticuatro horas! Becca, ni siquiera vamos a dormir juntos abrazados toda la noche como siempre. Eso es un castigo celestial.

Me río y me acerco a él para tomarle de los costados, el me abraza por la cintura. Ni con tacones podía igualar su altura.

—Y eso hará mejor el reencuentro. Vas a extrañarnos tanto que te encantará vernos. ¿Qué es lo que tú siempre me dices?

—Que me pidas todo lo que desees.

—Y nunca te pido nada, pero hoy sí. Y quiero un día para mí, con mis papás y mis hijos. Sin mi maravilloso pero sobreprotector esposo.

—¿Por qué usas esa carta justo ahora?

—Porque sé que no te puedes negar. —le doy un beso en los labios— Te amo, pero ahora ayúdame a meter a los niños en el auto y con las cosas.

Suspira rendido y me roba un beso antes de apretarme la cintura, sabía que esto no le estaba gustando, pero con los años había entendido cada una de sus tácticas y como usarlas contra él. Cosa de esposos... supongo.

—Esto me lo tendrás que pagar mi ángel.

—Cuando tú quieras, amor mío.

Toma la bolsa con la cosa de los niños y sale de la habitación, escucho como los llama para subirlos al auto. Él nunca me niega nada después de todo.

RAN

Cierro la puerta del auto por ella, me reclinó contra el marco de la ventanilla. La observó colocándose el cinturón de seguridad y acomodar el espejo retrovisor para ver a los niños sentados en la parte trasera.

Arley lleva una muñeca abrazada mientras en la otra mano un caramelo que le deja la boca verde. Tayler mira atento su libro de dibujos, algunos se pueden colorear y eso es lo que más le gusta. Becca me voltea a ver y acaricia mi barbilla con cariño.

—Dime que me amas otra vez. —Le atajo la mano para mantenerla en mi mejilla un poco más.

—Te amo.

—Una vez más, no me basta aún.

—Ran te amo, te amo. Mil veces más... te amo.

—Ahora ya está mejor, cuida de nuestros hijos.

—Con mi vida.

—Y yo te protegería a ti con la mia. Buen viaje mi ángel.

—Gracias cariño, no hagas nada malo mientras no estamos. ¿Entendido?

—Entendido.

—¡Adiós papi! no estés triste. Volveremos pronto. —Me grita Arley desde el asiento.

—Está bien mi princesa... Tayler.

—Cuidare a mami y Arley por ti papá.

—Así se habla campeón.

Los dos se despiden agitando las manos, Becca me tira un beso volador por la ventana. Los miro salir por el portón que los guardias abren para ellos.

BECCA

Después de algunas horas incesantes una siesta de los niños y varias playlist terminadas, el viaje a dónde mis padres, llega a su fin frente a su puerta. Aún me golpea el recuerdo de cuando vine aquí solo para huir de Ran.

—Mami ¿ya llegamos?

—Arley ya preguntaste eso todo el camino. Me aburres —se queja Tayler, Arley solo se encoge en su asiento.

—Arley ya llegamos, Tayler solo está de mal humor por levantarse muy temprano ¿sí?

—Está bien mami.

Mis papás salen a recibirnos y ayudarnos con nuestro equipaje de veinticuatro horas. Ellos estaban felices de ver a mis niños, aunque Tayler era bastante aprensivo al contacto físico.

—Becca gen, acompáñame arriba. Tengo una sorpresa para ti. —mamá llama mi atención con la palabra sorpresa.




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