-03-
El vecino de ojos grises da vibes de ser un vampiro.
—Le colocamos la portada y ya tenemos el trabajo terminado de química. —Hable.
Maddi asintió terminándose la tercera barra de esas integrales, vaya que si le gustaban esas cosas, según ella le quitaba la ansiedad y eran muy ricas, pero yo nunca las he llegado a probar.
—¿Qué harás este fin de semana?
—Además de trabajos de la secundaria, nada.
—Pues, los chicos y yo pensábamos ir…
—No. —Interrumpí sabiendo lo que me quería decir—. No pienso ir a un club o una fiesta.
Me vio indignada mientras se colocaba sus zapatillas.
—Kiara, nunca salimos los cuatro o por lo menos tú.
—¿Yo? —Pregunté mientras recogía un poco mi habitación.
—Sí, si no estás en tu cuarto, estás en el trabajo, pero no pasas de ahí.
Abrí mi boca para protestar, pero ella me interrumpió dándome un hermoso discurso del motivo por el cual no salía de mi casa.
—O peor aún, leyendo por…—Pensó—. Se me olvido cuantas veces te has leído la saga de crepúsculo, pero desde que somos amigas veo estos libros por toda tu casa.
—¿Hasta en el cuarto de James? —Volví a preguntar con una sonrisa divertida.
—Hasta en el cuarto de James.
Lo dijo tan rápido que no sabía al principio lo que acababa de decir hasta que a los segundos analizó cada una de sus palabras y me dio una mirada asesina, en cambio yo solté una sonora carcajada y ella por su parte, un golpe suave.
—Deja de bromear con eso.
—¿Qué? —Canturree—. Es muy gracioso ver cómo te gusta mi hermano.
—El cual no me presta atención ni cuando lo saludo —Comentó.
Entre cerré mis ojos mientras me sentaba a su lado.
—Claro que te saluda, solo que la verdad no sé qué le ves a James, es una mierda, y sin ofender.
—Es tu hermano.
—¿Y? Lo llevo soportando diecisiete años de mi vida, tengo que admitir que es una gran tortura.
—Es un puto regalo del cielo, Kiara. —Defendió.
—Vive con él un año.
Empecé a buscar mi tenis los cuales había tirado en alguna parte de mi habitación y por suerte los conseguí. Me los empecé a colocar mientras me sentaba en el piso y veía a Maddi.
—Viviría como la persona más feliz del mundo e incluso, sería la persona más feliz si tuviera tres hermanos como los de Kiara Foster.
Rodee mis ojos.
—No son la gran cosa.
—¿Qué no son la gran cosa? —Me vio sorprendida— ¿Kiara, acabas de ver a tus hermanos? Incluso Luke tiene el rostro perfecto y tus hermanos mayores son los que más mencionan en el pueblo, no seas estúpida.
—Porque lo hicieron con mucho cariño del resto, son unos idiotas.
Entorno sus ojos y yo solté otra carcajada mientras me levantaba del suelo y me apoyaba del escritorio que daba a mi ventana. Deje de prestarle atención a Maddi para prestarle atención a la ventana que se encontraba al frente de la mía, la de mi vecino claramente.
Sus ventanas estaban cerradas y de igual forma sus cortinas de color gris, siempre estaban así, pero lo curiosos fue ver su luz encendida y una sombra que claramente era él.
Estaba bien hasta que apareciste Ian, mi vida era tranquila, ¿Qué me estás haciendo?
—Kiara.
El cabello caía como una pequeña cascada en su frente debido a que tenía su cabeza hacia abajo.
—Kiara.
Me parecía tan sorprendente, su luz nunca estaba encendida, podría ser una casualidad, claro que sí, pero…
— ¡Kiara!
Me sobresalte volviendo la atención hacia mi amiga, la cual, al giré a verla y se acercaba a pasos curiosos y con el entrecejo fruncido.
—Se nota que me prestan muchísima atención, Kiara.
—Perdón, en serio, pero…—Volví a ver la ventana.
—¿Quién es?
Se acercó de la misma forma curiosa.
—Ian Thompson.
—¿Su cuarto es ese?
Asentí.
—Supongo que sí, aunque nunca lo he visto abrir esas cortinas. —Me apoyé desde mi escritorio.
—Me sorprendió verlo esta tarde.
—Fue muy extraño, ¿no crees? —La vi con mi entrecejo algo fruncido.
Alzó sus hombros mientras seguía viendo la ventana.
—O quizás fue una mera casualidad, es lo más probable.
Yo seguía pensando que era muy extraño, que aparezcan así de la nada e incluso él haya subido algo a sus redes sociales. Sí, me dirán, que idiota eres, puede ser casualidad. Pero en mi vida, las cosas no pasan solo por casualidad, tiene que haber una razón tras la acción.
Editado: 02.11.2024