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Kiss me, again.
Presente.
No sabia como describir todas las emociones que tenía de la noche anterior. Parecía una montaña rusa de emociones, había pensado que estando con Ian no podía estar tranquila, pero realmente la culpa no era de él a final de cuentas.
Ojalá pudiera olvidar todo fácilmente.
Me había levantado del sofá dándome cuenta que había dormido toda la noche en la sala de cine, pero no conseguí a mis amigos al lado mío. Suspiré y empecé a caminar perezosamente a mi cuarto. La casa casualmente se encontraba impecable, en el camino agradecí en no conseguirme a mis hermanos, realmente no quería hablar con ninguno de ellos, no tenía ánimos de hablar con alguien en este momento. No duré mucho poniéndome el pijama, quitando el maquillaje, cepillándome y cepillando mi cabello que estaba hecho un desastre.
Mi decidí hacer un moño desordenado mientras me veía en el espejo de mi cuarto, realmente mi rostro delataba lo cansada que me encontraba, y sinceramente en estos momentos no me importaba, aun asi decidi colocarme mis lentes para que no fuera tan obvia las ojeras en mi rostro. Mi móvil vibró en mi escritorio mientras se alumbraba la pantalla dejando ver algunas notificaciones.
Llamada pérdida de Lander Andrew.
Tienes un Skype perdido de Landy.
Lander A.
—¿Podemos hablar, Kiara? Perdón por gritarte y tratarte de esa forma.
Lander A.
—Sabes que te amo, por favor contesta.
Suspire pesadamente al ver que me estaba llamando nuevamente. Realmente no quería hablar con él, sabía que iba a inventar un montón de excusas para que lo perdonara, aunque no tuviera ninguna pelea en un año de relación con él, ya había vivido esto con alguien más.
Si, hablaba de Brett. Había perdido la cuenta de cuantas veces me había engañado, pero sin importar lo mal que se comportaba y lo manipulador que era, siempre lo terminaba perdonando, no podía dejarlo ir tan fácil.
Pero con Lander era distinto, pensaba que los engaños y mi trauma con mi antigua pareja no me afectara con él, pero siento sincera, Brett había dejado una marca muy grande en mí, un miedo impresionante que ni yo misma sabía cómo quitar.
—¿Qué quieres? —Hablé al responder su llamada mientras empezaba a guardar algunas cosas en el cuarto de mi madre.
—Dios por fin contesta, mira yo…
—Lander. —Interrumpí—. Sé directo, si te conteste es para que me dejaras tranquila todo el día.
Escuche un suspiro por su parte, en el fondo solo quería abrazarlo, pero cada vez que recordaba verlo con otra chica me hacía sentir tan insegura.
—Perdón, Kiara, es en serio. —Confeso—. Perdón, ayer no pensé lo que estaba haciendo, solo la besé porque me estaba muriendo de celos al ver que mi novia estaba con su vecino el cual ella siempre le ha gustado, pensé que si lo hacía no iba a dar tantos celos, ¿Sabes? Yo pensé que así podría solucionarlo.
Me quedé en silencio unos segundos.
—Nunca habíamos tenido problemas, Lander. —Hable sentándome en la enorme cama de mis padres—. Pero no era la manera, no hacía nada malo, más bien me ayudó con mis nervios hablando de mis películas favoritas ¿y que hacía mi novio mientras? Se besaba con una chica en mi propia casa.
—Kiara, te estoy pidiendo disculpas, quiero que…
—Y yo no te las acepto, así que no me llames, ¿bien? Y el lunes no quiero que aparezcas por mi casa.
Y finalmente colgué. Suspiro lanzando mi teléfono a un lado de la cama con cierta frustración. No quería tratarlo así, en el fondo pensaba que podría haber una solución para esto, y que mi relación con él no terminaría de la noche a la mañana, pero no tenía cabeza para pensar en cómo solucionarlo, solo me sentía dolida. Mire mi fondo de pantalla el cual era una foto nuestra que nos tomamos en año nuevo, el cual la pase en la playa con mis amigos y mi novio.
—Kiara a punto de llorar por un chico, que extraño, pensé que eras más fuerte para esas cosas. —Escuche.
Por un momento me asusté porque estaba claro que no había nadie en casa, pero al notar que estaba parado en el marco de la puerta con sus brazos cruzados en su pecho, me asusté más de lo que pensaba.
Estaba aquí.
—¿Qué haces aquí? —Me levanté de un brinco empujándolo—. Mis hermanos te van a ver y no quiero problemas.
Alejo mis manos de su pecho.
—No hay nadie, acabo de ver a tus hermanos salir.
Mi cuerpo se relajó por un momento.
Realmente me preocupaba que me vieran con Ian, no quería más problemas de los que ya tenía. A los segundos me percate de nuestra pequeña cercanía, mientras el miraba mi rostro con mucha cautela, como era de costumbre.
Seguía sin entender porque sus ojos grises me miraban tanto.
Editado: 02.11.2024