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Una fiesta con los vecinos, ¿qué puede pasar?
—Necesito a alguien que me cubra, Luke. —Hablé viendo como mi hermano cerraba el casillero y me veía sin mucho ánimo.
—No puedo.
— ¿Qué? ¿No puedes ayudar a tu dulce hermana que te ama mucho?
—No me amas. —Me vio con obviedad.
—Sí, es verdad. —Baje un poco mi voz y él empezó a caminar—. Peeeero —Alargue la palabra—. Te he prestado todo este tiempo mi computadora, solo es por hoy.
Se detuvo, quitando sus audífonos para verme algo cansado. Llevaba puesto una sudadera negra, junto unos pantalones de color beige anchos y sus converse favoritas. Del cabello no se podía hablar mucho, ya que su cabello seguía siendo un desastre juntó su cara amargada.
—De todas formas, ni la uso.
— ¿Quieres que les diga a mis padres que te escapas de casa y que llevas una chica a dormir a tu cuarto?
—Eso es mentira.
—Sí, claro, y a ti no te gusta la hermana de mi ex novio. —Sonreí.
Me miró entrecerrando los ojos.
—Me estás chantajeando.
—No tengo problema en decirle a mis papás que metes a chicas a altas horas de la noche. —Lo mire apenada—. Eso no les gustara, Luki Puki.
Soltó un suspiro irritado.
—Bien, te cubro hasta las cuatro de la mañana.
Sonreí para luego girarme y empezar a caminar en busca de mi casillero, el cual estaba a unos pasillos.
Gire en el pasillo mientras veía unas cosas en mi libreta, la cual estaba desordenada a los apuntes importantes de exámenes, realmente ponerme al dia con todo me estresaba con facilidad ya que aquí eran muchas más materias, y la idea de estar pensando en una universidad para aplicar el proximo año me estresaba también. Torpemente tropecé con alguien y gracias al cielo no se me cayó nada al suelo.
Subí mi cabeza y pude ver un cuerpo masculino el cual iba con una sudadera blanca junto a una cadena. Subí más para ver de quien se trataba y pude ver una sonrisa en sus labios.
—Vecina, debes de estar pendiente.
—Hola, Thompson. —Sonreí un poco y como de costumbre sus ojos eran claros.
Me separe un poco sosteniendo las carpetas a lo que él no dudo en agarrar rápidamente. Lo miré confundida, pero a la vez agradecida que me ayudara con aquellas carpetas que pesaban más que mi alma.
—Gracias.
—No hay de qué, ¿Dónde está tu casillero?
—En el otro pasillo. —Respondí.
—Bien, te acompaño.
Empecé a caminar a su lado y la gente empezaba a saludarlo más que todo las chicas, él les respondía con una sonrisa o un saludo de manos, pero jamás pronunciaba una palabra, lo que se me hacía curioso.
Llegué a mi casillero el cual abrí rápidamente y él me fue pasando las carpetas una por una.
— ¿Vas a ir hoy a mi casa?
—Quizá. —Respondí.
Agarre una última carpeta para guardar y cerrar el casillero. Note que me veía apoyándose del casillero de al lado. Me veía con curiosidad en su mirada, buscando nuevamente algo en mi rostro o quizás detallando, me pregunto a mi misma porque me llegaba a mirar de tal manera.
— ¿Cómo has estado? —preguntó a los segundos con mucha tranquilidad.
Alce mis hombros.
—He podido estar peor, si supieras.
— ¿No te habla? —Frunció su ceño a lo que negué y el chasqueo su lengua—. Que idiota, pero por algo está en la banca.
— ¿Qué hace en la banca?
—Mala conducta, y lo pasaron a la banca. —Comentó viendo el techo con una pequeña sonrisa.
¿Qué habrá hecho Ian? Algo me decía que tenía algo que ver.
Hice una línea en mis labios al escuchar el timbre sonar indicando que empezaban las clases. Pero tenía este primer bloque libre, así que estaría rondando por todo el instituto en busca de qué hacer.
—Tengo libre, ¿Tú también? —preguntó empezando a caminar a lo que lo seguí asintiendo un poco—. Qué bien, bueno te diría para ir a la cafetería por un desayuno, pero mi hermana no te va a soltar en toda la hora.
—Igual no sabías si quería comer contigo.
Giro para verme y pude notar un poco de diversión en su mirada, pero aun así tenía un aire de cansado, la verdad es que me sorprendía porque siempre cargaba un aire divertido, pero solo iba con sus manos metidas en los bolsillos y sus ojos llenos de pesadez y cansancio.
—Solo era amable.
— ¿Te encuentras bien? —Pregunte.
Me vio, pero antes se acercó un poco más para susurrar en mi oído.
—Nos vemos en la noche, ahí viene tu hermano y tu exnovio.
Y al decir eso se fue por el otro pasillo. Quedé confundida porque supe muy bien que estaba evitando mi pregunta, pero yo misma sabía que él no estaba bien. Gire a ver el pasillo y venían Logan hablando con Lander el cual iba con uno de sus brazos en el hombro de la pelinegra con una sonrisa encantadora.
Editado: 02.11.2024