-19-
Uno vuelve a donde fue feliz, ¿no?
Las desapariciones seguían.
Pero dejaron de ser chicas para empezar a ser chicos al azar, no había algo que dijera que podría ser Ian. Ahora el pueblo se encontraba más asustado y la mayoría se iba fuera de él.
Luego de aquella noche, a la mañana siguiente no pude dejar de pensar lo que había visto en mi ventana aquella noche, intenté buscar la forma de saber si Ian y Adam se conocían, pero no conseguí nada. Sabía que le preguntaba a Adam no iba a decirme.
Los días pasaron y no salí de mi casa, no iba al instituto y mucho menos a la cafetería, no quería salir mientras intentaba buscar la forma de hablar con mi amigo para dos cosas.
La primera; hablar sobre los golpes, si su padre era agresivo con él y porque no lo decía.
La segunda; sacarle información, aunque sea un poco.
Los días pasaron y llegó el día que mis padres regresaron, comía cereal mientras escuchaba a mis cantantes favoritas del momento, Lana del Rey. El timbre había sonado así que supuse que eran mis padres, me levanté para abrir la puerta, pero no conseguí a nadie afuera.
Fruncí mi ceño y decidí cerrar la puerta cautelosamente, pero me detuve al ver una pequeña caja, no dude en agarrarla y note una nota sobre ella.
Espero que te guste, es una disculpa por haber dañado el tuyo.
Atte. Tu vecino.
Sonreí un poco mientras veía el teléfono, realmente ya estaba en busca de uno, pero Ian no iba a dar su brazo a torcer, cerré la puerta detrás de mí y decidí sacarlo para pasar todo ahí.
Leí unos cuantos mensajes de mis amigos, preguntando donde estaba, pero no conseguí ninguno de mis dos padres.
Bote la caja y la nota de mi vecino en la papelera de mi baño, no quería que se enteraran que el mío había muerto. Mis padres habían llegado justamente cuando bajé las escaleras.
Logan me dio una sonrisa mientras se acercaba para darme un abrazo.
— ¿Cómo están los abuelos? —Le pregunté.
—Muy bien, dijeron que para la próxima fueras a hacer brownies con ellos.
— ¿Hicieron brownies sin mí?
—Lo intentamos, mas no sucedió. —Dijo James dándome un abrazo corto.
Sonreí divertida.
Mis hermanos mayores desaparecieron rápidamente dejándome con mis padres y Luke, Luke jugaba con Charlotte mientras que mis padres iban a la cocina y hablaban de negocios. Con algo de nervios me acerqué a la isla de la cocina para saludarlos.
—Hola. —Hablé y el único que giró a verme fue mi padre.
—Hola Kia. —Sonrió—. ¿Cómo estuviste estos días?
—Bien. —Hablé mientras fruncía mi ceño—. ¿Por qué no me dijeron que iban de viaje?
Mi madre dejó de tomar agua para verme algo serio. Describía a mi madre como una persona fría en el momento de expresar sus emociones o al decir algo, también diría que era muy difícil de leer, te sorprendería lo que podría decir de ti.
—No había porque decirlo, fue inesperado.
—Si, pero…—Suspire—. No lo sé, pudieron decirme no les costaba mandarme un mensaje en todos estos días.
—Luke lo hizo, y te dijo que fue inesperado. Deja de ser tan dramática, Kiara. —Resoplo saliendo de la cocina.
Algo dentro de mí se rompió.
—Bueno, si algún día me escapo de casa te diré lo mismo. —Hable y ella se giró rápidamente para verme indignada.
—Ahora la mala soy yo. —Se cruzó de brazos—. Hago todo esto para que vivas como una reina, no entiendo porque te quejas si te doy todo.
Sí, pero no me das el cariño que deberías darme.
Lo pensé, más no lo dije. Negué varias veces en silencio y ella suspiro para darme una sonrisa falsa, más que falsa.
—Hable con tu padre, tendrás que irlo a visitar la semana que viene porque quiere hablar contigo.
Aquello me dejó en blanco, incluso dejé de respirar por un momento.
—No quiero hablar con ese hombre.
—Pues lo harás, y lo más seguro es que te vayas a vivir con él.
—No lo voy a hacer. —Asegure.
—Sí, lo harás. —Se acercó—. Porque no te estoy soportando con las actitudes que tienes, pareces una loca.
Me quedé en silencio y me tragué las lágrimas que intentaron salir.
Desde pequeña mi madre ha sido como la única mujer que admiraba, salió adelante sola con tres hijos luego de que mi padre la dejara sin un centavo. Luego se casó y las cosas cambiaron cuando empezamos a tener más dineros, empezó a ser reconocida. Hoy en día solo piensa en verse perfecta a los ojos de los demás y estar ciega por el dinero, no quiere que nada la haga perder lo que un día construyó y no le importaba si eso implicaba perder a una hija.
Yo sí amaba a mi mamá, pero amaba la forma en que la veía cuando era pequeña, ahora la desconozco por completo.
Editado: 02.11.2024