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Las drogas de tu vecino no son confiables.
Habían pasado aproximadamente dos días luego de lo que descubrimos mis amigos y yo, no habíamos hablado más del tema y decidimos pasar las primeras semanas de noviembre tranquilos, sin estar pendientes de la vida de nuestros vecinos, y enfocarnos en nuestras cosas, por lo menos en mi caso necesitaba enfocarme en terminar el penúltimo año así fuera en línea, en el fondo si quería la beca que mi hermano había propuesto desde un principio.
Dejé de ver mi teléfono al ver a mi madre bajar las escaleras en pijama, fruncí un poco el ceño, la verdad es que me sorprendía verla en pijama cuando vivía arreglada. Seguí comiendo mi manzana cuando la vi aparecer en la cocina, al parecer hoy no iría a trabajar, o eso creía.
—¿No vas a trabajar? —Hable masticando un poco.
—¿Qué hablamos de hablar mientras se come, Kiara? —Cerré mi boca masticando rápidamente para mirarla algo apenada—. Y no, no iré el día de hoy, necesito un descanso.
Esto era extraño, a esa mujer le encantaba el trabajo.
La vi servirse un poco de café en su taza favorita mientras agarraba un par de tostadas que había dejado James antes de irse a la universidad. Charlotte se hizo presente en la cocina a lo que salude amablemente con una sonrisa, luego a los minutos apareció Luke y quedó perplejo al ver a mi madre en pijama.
—Buenos días…—Canturreo mi hermano.
—Hola cariño. —Saludo mi madre con una sonrisa—. ¿Ustedes dos no deberían estar en la preparatoria?
Sí, pero las clases habían sido suspendidas porque había empezado a nevar y en algunas áreas del instituto no había calefacción.
Ni se enteraba mi madre de esas pequeñas cosas.
—Logan aún tiene gripe y cancelaron las clases. —Le dijo Luke sacando de la nevera un zumo de naranja.
Mi madre asintió tomando un poco de café.
— ¿Por qué no fuiste a trabajar, mamá? —Pregunte.
—Digamos que no está mal un día de descanso.
—Tú nunca tomas días de descanso. —Hablamos Luke y yo al unísono.
Mi madre nos vio con el entrecejo fruncido y un poco indignada. Pero ambos decidimos apartar la mirada y continuar con lo nuestro, realmente estaba sorprendida y creo que Luke se había dado cuenta de ello por la sonrisa que tenía en su rostro cuando ambos nos miramos.
—Bueno, hoy me tomé un descanso.
—Seguro que el F.B.I te trae mal. —Comentó Luke.
¿F.B. I?
Ambas nos quedamos en silencio viendo a Luke, la diferencia entre la mirada de mi madre y la mía era que yo lo veía sorprendida y dudosa de lo que acaba de decir, y la de mi madre era una que decía más que mil palabras, una de ellas sería lo molesta que se encontraba.
— ¿F.B. I? —Pregunté en un tono curioso.
—Luke…—Murmullo mi madre suspirando.
Luke hizo un gesto de disculpa.
—Perdón, yo pensé que Kiara lo sabía.
— ¿Saber qué? —Pregunté en un tono curioso.
Luke rasco un poco su nuca mientras mamá suspiraba y me veía en la forma de no saber que decir. En el fondo estaba muy confundida, mi madre me dijo que trabajaba en las empresas de mi padre Marco, ahí lo conoció y la ayudó a crear su propia empresa, es por eso por lo que según ella decía que era una de las empresas más famosas de todo el país.
Ahora empezaba a dudar de la palabra de mi madre.
—Bien Kiara, creo que ya es hora de decirte. —Boto el aire que contuvo por unos minutos para agarrar mis manos y verme con una sonrisa—. ¿Te acuerdas de que te dije que trabajaba en una empresa y todo eso? —Asentí—. Bueno no precisamente es una empresa, la razón por la que casi nunca estoy en casa es porque trabajo en el F.B.I gracias a Marco, el cual el de igual forma trabaja como detective, tus hermanos se enteraron por sí solos de aquello y nunca fui capaz de decirte porque no sabía cómo te lo ibas a tomar. Y ahora que Luke metió la pata, era el momento.
No supe qué responderle.
De mi boca no salió una sola palabra solo me quede helada intentando procesar lo que acaba de decirme mi madre. La verdad no la culpaba, ¿Cómo le explicas a tu hija que eres una policía si no hablan por días y viven en la misma casa?
Simplemente no podrías decirle, al menos que se diera cuenta sola. Y yo soy como me dice Adam; una tonta que a veces no se da cuenta de las cosas.
—Oook…—Alargue un poco la palabra mientras la miraba con el ceño fruncido—. No fue tan malo como esperaba.
—Hay otra que tengo que decirles. —Me miro para luego ver a Luke rápidamente.
—¿Qué? —Contestamos rápidamente.
—Los Thompson vendrán a nuestra casa a cenar el día de hoy.
Eso sí me había dejado boquiabierta, literalmente.
—Es chiste. —Reí por la nariz nerviosa—. ¿Verdad?
Mi madre se negó y ahí supe que esto se estaba poniendo raro, muy raro. Mi madre había pasado años prohibiendome estar con mis vecinos, me decía que no podría hablarles y aunque le falle en esa parte, ¿Por qué quería que ellos vinieran?
Editado: 02.11.2024