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Una sala y una mesa de billar.
El día de hoy les voy a hablar de una familia que no se menciona mucho en este pueblo, y no, no hablo de los Thompson si no de los Adams.
Los Adams, ¿Cómo describimos a esa familia? Era una de las familias más ricas de todo Boston. Empezamos con el padre de esa familia, Henry Adams, era empresario y alcalde de Boston, tenía una esposa maravillosa pero no se puede decir lo mismo de sus dos hijos. Brett y Ally Adams, sí, mi exnovio muerto era hijo y hermano de esa familia machista, orgullosa y extraña. La mayoría pensó que estaba con él por su dinero y la verdad es que siguen pensando así. Ally fue novia de Luke, pero gracias a la manipulación que le creó en la pequeña e inocente cabeza de Luke, Luke sufrió de dependencia emocional.
Lo extraño es que ambos murieron asesinados.
¿No te suena familiar?
Luego de que esa tarde me había quedado dormida, no sabía cómo y cuándo, y mucho menos supe que me había pasado cuando me levanté, lo único que vi fue un mensaje de Ian donde me decía que tomara agua y comiera.
Llegó la noche, ya el sol había desaparecido sin dejar ningún rastro. Me imaginé a mis padres organizando todo para que sea una cena casi perfecta. Que era así efectivamente, porque el olor de la comida llegue hasta acá, de seguro mamá hizo una de sus recetas que embriagan con el olor. Mis hermanos de seguro estaban casi listos y yo, pues yo me encontraba en mi computadora con los cascos puestos y aun en pijama, esperando que sean las 19:00 pm para cambiarme.
Nota del día: Jamás tomen pastillas que tenga su vecino el drogadicto.
Una parte de mi quería quedarse acostada y no bajar para cenar, pero por otro lado tenía que bajar e ir y darles mi mejor cara a Los Thompson, más que todo a Ian, tenía que sacarle información a él y su familia.
También les había avisado a mis amigos y a mi novio lo que estaba por suceder dentro de una hora.
Al quitarme los cascos para decidir bañarme, el timbre había sonado.
Oh mierda había llegado.
Escuche mis llamados, pero abrí la llave para que supieran que me iba a duchar, así que no escuche más llamados y me alivio un poco.
¿Se imaginan que yo, Kiara Foster hubiera bajado a abrirles la puerta a los vecinos de enfrente? Primero muerta que bajar con el pijama de hello kitty y abrirles la puerta.
Odiaba el pijama de Logan, pero al quitarle su pantalón supe lo cómodo que era y porque se lo ponía.
Sentí el agua recorrer mi cuerpo lo que causó un escalofrío que a los segundos se fue al sentir el agua cada vez más caliente, mientras me duchaba pensaba en varias cosas.
¿Involucro mis sentimientos en esto sin saber si sería él buena persona? Si, y debía cambiarlo, pero luego de tantos años, estoy al lado de él, puedo ver su rostro y cómo sonríe.
Aunque nuevamente, necesitaba poner límites para que suceda nuevamente y poder tener algo bien con Lander, otra vez.
Al salir del baño busque la ropa que me colocaría, un vestido de tiras, de color negro, que me llegaba poco antes a las rodillas, por encima una sudadera corta que me llegaba más arriba del abdomen y era de color blanco.
Al terminar de vestirme me coloque mis converse blanco y empecé a peinar mi cabello húmedo mientras tarareaba una canción que me había llegado a la mente. Al terminar finalmente suspire y toque el picaporte, cerré mis ojos para tomar aire y los segundos expulsarlo.
Tú puedes Kiara, tú puedes. Solo es una cena.
Salí de mi habitación y desde abajo se escuchaba la voz de Marco hablando con otro hombre.
Matt Thompson, futuro alcalde para algunos, y para mí, el padre de mi vecino que da aire de arrogante.
Comencé a jugar con mis manos por el nerviosismo de conseguir a los Thompson en la sala de mi casa, después de una eternidad.
Empecé a bajar las escaleras sin apresuró alguno y por mientras me acomodaba un poco el vestido. Ya me faltaban pocos escalones, sentía miradas sobre mí, era incómodo y ya entendía las películas de chicas de las realezas, bajando las escaleras con nervios y sin cometer ninguna idiotez. Así me sentía yo, aunque tenía que ver a alguien para bajar esas escaleras, y no quería, no quería ver a Ian, sería lo más incómodo del mundo.
Pero lo hice.
Cuando había empezado a bajar Ian estaba pasando al comedor como los demás, pero este se detuvo a verme. Estaba con su semblante neutro y relajado, con esa mirada apática que muchos conocemos. Tenía una camisa manga larga y algo elegante que lo hacía ver muy sexy, Ian no parecía hacer tanto ejercicio, pero aun así tenía algunos músculos, lo curioso es que la camisa tapaba el tatuaje de su cuello.
¿Ian estaba arreglado? No me podía creer, luego de haberlo visto tan seguido con sudaderas y ropa como si fuera a hacer ejercicio, verlo de esta forma era distinto. Su cabello no lucía como otras veces, estaba peinado hacia atrás y lo hacía ver apoderado y con aire de confianza.
Ya había salido de las escaleras, pude sentirme más tranquila pero aun mis manos sudaban. La mirada de Ian perseguía cada movimiento mío.
Editado: 02.11.2024