Obsession [libro #1]

Capítulo 36

-36-

Estoy drogado, te gustaria venir conmigo?

—Ya está. —Habló Logan terminando de vendar mis brazos para verme con una sonrisa comprensiva—. ¿Mejor?

Asentí un poco viendo el suelo, me sentía avergonzada e incómoda nuevamente porque mi hermano me encontrara haciéndome nuevas cicatrices. Pero, al final, Logan siempre estaba ahí, los demás ni lo notaban, pero él sí.

Subí la mirada y note la de Logan, mirándome en busca de respuestas, quizás por lo que había dicho abajo o por el siempre hecho de mis cortadas nuevamente, a lo mejor eran ambas.

—¿Por qué estás así? No te habías cortado más desde hace unos meses, ¿es por lo que sucedió abajo?

Asentí, no podía mentirle, y mucho menos podía decir algo, este parecido notarlo.

Suspiro.

—Kia. —Logan colocó su tono un poco más suave y eso me hizo verlo con curiosidad, ¿Qué estaba a punto de decir? —. ¿Papá…te hizo aquello?

Si. Quise decirle, pero no pude, no pude decirlo en ese momento.

Las lágrimas llegaron en ese momento y Logan decidió abrazarme sin dudarlo, yo no dudé en aceptar el abrazo. Me sentía asqueada, asqueada por el hecho de que, aunque intentaba tapar el sol con un dedo e ignorar que mi padre no era el hombre que muchos conocían. No podía, aunque había estado con Brett, Lander, incluso con Ian en la cama, no podía, y quizás era porque quería aparentar que estaba mejor, porque el tiempo siempre lo cura todo.

Y en unos casos, no es así, el tiempo no lo cura.

Brett me había hecho sentir asquerosa, usada y demás. Lo que no había hecho mi padre, lo hizo él, y me costó un tiempo, me costó un tiempo volver a ser yo y finalmente estar con Lander, luego de un año.

Lo malo, es que nunca asistí a terapia, nunca me tomaron en cuenta que eso me ha afectado hasta el sol de hoy. Porque simplemente mi madre no me cree.

Logan se separó de mí para besar mi frente con cuidado.

—No lo sabía, yo…si yo hubiera…

—Logan. —Hablé secando mis lágrimas mientras me separaba de él—. Quiero estar sola ¿Puedes…?

Asintió sin dudarlo mientras se levantaba de la cama y se llevaba los algodones sucios para irlos a echar a la basura.

—Cuentas conmigo, Kia. Te quiero mucho.

Sonreí un poco al escucharlo, finalmente salió de mi habitación cerrando la puerta detrás de él. Decidí pensar en qué hacer, si escaparme para no irme con mi padre o simplemente sobrevivir allá. A este punto solo quería irme, pero no sabía a donde.

Decidí agarrar mi mochila que usaba para ir al instituto y sacar los cuadernos para poder guardar ropa, quizás le diría a Maddi, o al mismo Adam. En estos momentos no pensaba en dónde dormir, solo quería irme de aquí cuanto antes y dejar de pensar.

Terminé de guardar las cosas mientras agarraba mi teléfono y lo guardaba en el bolsillo de mis jeans suspirando un poco.

¿Por qué tenía que vivir huyendo? ¿Huyendo de unos malditos problemas que no eran míos? Ni yo misma lo sabía, pero me había acostumbrado a no quedarme, si no a escapar.

—¿De viaje, vecina?

Giré rápidamente hacia mi balcón asustada por escuchar aquella voz, pero al voltearme supe de quien se trataba.

Ian.

Ojos grises.

Cerró la puerta detrás de él, para luego subir la mirada otra vez para mirarme, noté que al verme pareció alegrarse, pero a la vez preocuparse, quizás por el estado en el que me encontraba. Por un momento mis ganas de abrazarlo llegaron en ese momento, como si un abrazo de él me curara por completo o me hiciera sentir mejor. Di un paso por inercia, pero me pausé, recordé lo de esta mañana y lo drogado que estaba, tanto así que me dijo cosas que ni yo misma entendí.

—¿Te sucedió algo? ¿Por qué llorabas?

Aquel tono de preocupación hizo que mi corazón se estrujara un poco más de lo que ya estaba y que mis ganas de llorar volvieran.

Sin pensarlo no dude en acercarme a donde estaba y abrazarlo. Lo abrace y no me importaba si no me correspondía, pero solo quería eso. Quería que alguien me abrazara, y que ese alguien fuera él.

Cerré mis ojos con fuerza y agarré un poco su camisa dando a entender que no quería que me soltara, él le pareció no molestarle, al contrario, correspondió de la misma forma depositando un beso en mi frente sintiendo un pequeño vacío en mí pecho y dándome cuenta que aquel abrazo había marcado algo dentro de mí, nunca había abrazado a Ian de esta forma, pero al tenerlo cerca, mí necesidad crecía aún más. Me separé a los minutos para poder verlo y me di cuenta que sus ojos estaban puestos en mí en todo momento.

—¿Por qué guardas tus cosas?

¿Ahora qué diré?

Trague un poco.

—Iba a escaparme, no quiero estar por aquí.

Ian hizo una línea en sus labios esperando que dijera algo más, pero al notar que no dije nada decidió agarrar mis mejillas para darme una sonrisa de boca cerrada.



#143 en Thriller
#43 en Suspenso
#1445 en Novela romántica

En el texto hay: amor, suspenso, dramas.

Editado: 21.02.2025

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.