-41-
Me sentía sola.
Dolor…
El dolor puede ser causado en distintas formas, en distintas ocasiones y en distintas personas. La mía la causaba una simple persona desde muy pequeña, mi padre. Para cualquier niña su padre era un ejemplo a seguir, una admiración y la mejor persona del mundo. La mía no era igual, convivir con un padre abusivo el cual te maltrataba verbalmente y físicamente fue doloroso, doloroso ver como tu madre a pesar de estar cansada y sin ganas de seguir me regalaba una sonrisa y me decía que todo iba a estar bien, era doloroso también ver como tu padre te culpaba una y otra vez de haber venido a este mundo de mierda, y por un momento sentí que merecía todo lo que me había pasado.
Fue doloroso lo que viví, pero sabía que no era lo único que había pasado por situaciones así.
Brett y él me desgraciaron la vida que tenía, me crearon miles de trastornos y me hicieron caer en depresión. Pero no toda la culpa de ellos, yo tengo un poco de ella, yo misma me dejaba pegar, humillar y aun así estaba ahí.
Desgraciadamente.
Pero todo esto sucedió tan…pero tan lento. Como si las horas pasaran lento, y los segundos se convirtieran en minutos largos y tensos. Nadie sabía de esto porque no quería, por más que mi subconsciente me dijera que lo hiciera y que hablara, mi corazón me detenía.
Él no era el mejor padre, ni el mejor hombre, ni nada por el estilo, pero…era mi padre, era padre de una niña de cinco años, no podía causarle daño a esa familia, esa nueva familia, su hija…no merecía ver a su padre tras las rejas.
Tampoco lo merecía ver muerto, pero la rabia está cesando en mí y mis ganas de asesinarlo con mis propias manos era…como si fuera un sueño, pero de una u otra forma lo quería lejos, lo quería desaparecer.
Ya no había vuelta atrás.
Me encerraba en mi cuarto, con las luces apagadas y pensaba:
«¿Por qué no simplemente asesinas al desgraciado que arruinó tu vida desde muy pequeña?»
Realicé miles de escenarios en mi cabeza, miles de ideas de como torturarlo y de la forma más perversa que puede a ver, de que sufriera lo mismo que yo sufrí, incluso peor. Aun así, no realice nada, sabía que tendría que ir a verlo, sabía lo de querer tener mi custodia para simplemente tenerme y no protestar nada a mi madre para seguir torturándome.
Y pensé muchas veces en la idea de ir a la policía y denunciarlo, pero nuevamente, no tenía pruebas, y mi madre era incapaz de aceptar un escándalo así.
—Ese infeliz. —Murmullo mi hermano James mientras paseaba por mi habitación.
— ¿Segura que no te hizo daño? —Hablo esta vez Marco curando algunas cortadas que tenía en mi brazo, gracias al forcejeó de hace un par de horas. Solo asentí.
—No debí dejarlos solos. —Hablo mi madre. Entiendo su preocupación, pero al mismo tiempo quería mencionarle que todo esto era su culpa, pero no debía. Por más problemas que tuviera con ella, no la culpaba de algo que a todos se les había salido de las manos.
Ian se había ido, le había pedido que se quedara un rato más y finalmente pude descansar mientras dormía a mí lado, tenía muchas dudas con lo que me había dicho pero decidí no darle importancia. importancia aunque sabía que él quizás se había preocupado un poco por mi.
—No, mamá, no te culpes. —Hable negando—. Yo fui quien lo busco.
—Igual, él no tenía derecho de causarte daño. —dijo Luke sentado en mi escritorio para luego mirar a mi madre—. Y mamá, por Dios, creo que ahora sí deberías de creerle a Kiara, ¿No? No puedes esperar verla muerta para disculparte.
Aquello fue un golpe seco para todos, incluso para el mismo, al parecer no había escuchado lo que dijo hasta el final, donde trago grueso mirando a otro sitio. Papá empezó a vendar mi brazo con cuidado y agradecía tenerlo a él como padrastro, era la parte paterna que nunca había tenido reflejada desde pequeña.
Pero el pequeño comentario de Luke retumbó en mi cabeza sintiendo una ligera molestia por mi madre, no quería que diera lastima, no ahora, cuando todo este tiempo había hecho lo imposible para que supiera todo lo que mi padre me había hecho por años, pero no me creía.
No hasta ahora.
—Creo que deberíamos calmarnos todos, ¿no? —habló Marco cortando ese pequeño silencio mientras se levantaba al ya terminar de vendar mi brazo—. Creo que ustedes deben hablar con los oficiales, y su madre con Kiara.
Nadie dijo nada, solo asintieron hasta salir de mi habitación junto a Marco el cual los escuche hablando en el pasillo, o más bien, escuche a Marco regañando a Luke por el comentario que hizo.
El lugar quedó en completo silencio algo que me causó incomodidad, mucha para ser sincera. Sabía que mi mamá se culpaba de a verme dejado sola con aquel hombre, y quisiera pensar que nadie tenía la culpa de lo sucedido más que él.
Mi madre me miró guardando silencio unos cortos segundos, pero note como caían lágrimas de sus mejillas, verla de esa forma me sorprendió más de lo que pensaba, nunca la había visto llorar, no desde que mi padre la había dejado sola con tres hijos. Siendo sincera verla en este estado solo me hacía sentir más rabia, recordando todos los momentos que me trato mal y dejó irme con aquel monstruo.
Editado: 21.02.2025