-46-
Descontrol.
—¿Crees que Leysi nos diga algo? —Hablo Maddie en la parte de atrás del auto de Lander.
Gire a verla pensando un poco, pensando en las cosas que podía decirme de Ally, necesitaba descubrir lo necesario.
—Puede ser, era cercana a ella, ¿No, Lander?
Lander giró a verme para luego asentir rápidamente para volver a ver el camino. Lander movía su mano con inquietud en el volante, fruncí un poco el ceño porque realmente no sabía porque se veía ansioso.
—Si, por lo que tengo entendido eran amigas antes, algo tiene que saber.
Maddie asintió un poco ofreciéndole de sus gomitas a Lander el cual no dudo en agarrar cuando estacionó su auto en lo que parecía ser su casa. Desde aquí la casa de Lander se veía muy linda, no era como las mansiones en donde vivía, pero era una casa de dos pisos con unos ventanales grandes y que a simple vista parecía ser acogedora. Los tres bajamos del auto mientras que Lander buscaba la llave de su casa.
—Madd, ¿si puedes comer de eso? —preguntó Lander señalando el paquete de gomitas.
Ella asintió un poco.
—Si, pero solo por hoy.
Sonreí un poco mientras la abrazaba, como quería a Maddie, pero a la vez, cuánto extrañaba a Adam, según Lander aún salía su teléfono apagado, le dije que luego de hablar con su hermana fuéramos a su casa a buscarlo.
Lander abrió la puerta de su casa, pero antes de entrar nos miró a ambas como si quisiera decir algo importante antes de entrar.
—Okay, el tiempo que estuve incomunicado con ustedes fue por…
Lander fue interrumpido por una señora la cual se asomó rápidamente, supe en ese instante que era su madre. Llevaba lo que parecía ser una peluca en su cabeza, pero aun así nos regaló una sonrisa a Maddie y a mí.
Supe que era su madre gracias a las pecas de su rostro y a los ojos tan lindos que tenía, esos ojos que eran idénticos a Lander, un color miel que resaltaba su mirada. Nunca conocí a la madre de Lander cuando fuimos novios, pero Lander siempre me la mencionaba.
—¿Quiénes son estas chicas preciosas, Lander?
La señora miró a Lander y él a ella para luego vernos a nosotras un poco sorprendido a lo que Madison y yo reímos.
—Un placer, soy Madison.
—Y yo Kiara.
La señora nos dio una sonrisa abriendo paso.
—Un gustos chicas, me llamo Elizabeth. Pueden pasar, no les de pena.
Maddie y yo nos miramos un poco sorprendidas por la energía de aquella mujer, ambas entramos a la casa la cual se veía muy acogedora y muy hogareña. Esperé que Lander cerrara la puerta para preguntarle una cosa como buena curiosa que era. Antes que pudiera hablar Lander se apresuró.
—Eso era lo que estaba por decirles. —Susurro en un tono bajo—. Mi madre en ese tiempo fue diagnosticada con cáncer en la sangre, por eso deje de asistir a la secundaria y al trabajo, tenía que cuidarla.
Agarré la mano de Lander de forma comprensiva, en ese tiempo ambos creo que habíamos pasado por momentos difíciles. Lander por su lado me sonrió un poco y yo hice lo mismo.
—¿Te parece si hablamos eso luego?
—Si, fenomenal.
—Creo que deberías de dejar de decir eso. —Comente con diversión empezando a caminar donde se encontraba Madison hablando con aquella mujer.
—Que a ti no te guste es otra cosa.
Rodeé mis ojos al escucharlo para luego poner mi atención en su madre la cual al verme llegar me regaló una sonrisa.
—¿Les gustaría comer unas galletas? Leysi y yo las hicimos y les aseguro que les encantará.
Me senté al lado de Madison la cual estaba sentada en la silla giratorias de la isla de la cocina, los tres asentimos como tres niños pequeños y a la madre de Lander le encantó el gesto de que comiéramos de sus galletas, y no podía negarlo, aquella galletas eran deliciosas.
La señora se quedó con nosotros conversando un poco, nos contaba algunas anécdotas de Lander de pequeña, ella lucía muy contenta al hablar de su hijo, de hecho, pude darme cuenta que ella no sabía nada de las adicciones que tuvo un tiempo Lander, luego hablaría de aquello con él.
—No sabía que teníamos visita, hubiera bajado antes.
Supe de quien se trataba cuando la vi entrar en la cocina, era la hermana de Lander la cual me había conseguido un par de veces y la que me ayudó aquel día en la enfermería. La chica era de tez blanca y su cabello era de un color miel muy bonito, la chica sin duda era muy adorable además que era alta y delgada como si fuera una modelo.
Me preguntaba cómo le prestó atención a mi hermano menor.
Leysi saludo a Madison presentándose con una linda sonrisa mientras que a mí me regaló un abrazo muy agradable. Lander se levantó de su asiento pasando al lado de ella despeinandola un poco a lo que ella acomodo su cabello un poco molesta.
—Las chicas quieren hablar contigo. —Comentó él abriendo el refrigerador.
Editado: 21.02.2025