Obstaculo Rebelde

1

 Una mano se asomo por detrás de mi y sabía perfectamente de quien era. Cerro la cortina de la ventana ocultándome las luces de la ciudad que admiraba, voltee rápidamente para encararme con la mirada de reproche y a la vez soñolienta de mi compañero de puesto y hermano mayor, Miguel, quien no tardo en sermonearme por estar despierta—; son las 2 de la mañana Egar, debes dormir si no, mañana vas a estar desmayándote mientras cargamos las bolsas llegando a casa. —dijo mientras encendió su celular mirando algunos mensajes o algo así, bufe mientras tomaba la cobija con la que nos cubría las piernas debido al frio y oculte mi cabeza en ella, aunque intencionalmente le di un pequeño codazo para volver a mi posición, fue por haberme llamado con ese absurdo sobrenombre cuando mi nombre perfectamente era Egary, un nombre poco inusual pero al fin y al cabo era el que tenia.

     El pequeño pero molesto sonido de las notificaciones en el celular de Miguel llegando a cada segundo me hizo destaparme de mi cobija “refugio” y mirarlo amenazante, pero él estaba tan concentrado leyendo sus mensajes que ni me noto, rápidamente le arrebate el celular que iluminaba su rostro en la oscuridad del autobús y lo oculte en mi espalda mientras le bajaba todo el volumen posible y le decía—; si quieres que duerma apaga esta cosa, puedes tener el tiempo de platicar con tu novia después. —dije en susurros para no molestar a los demás pasajeros, pero él se aprovecho de nuestra diferencia de tamaño y como era más alto que yo, no le costó nada estirar el brazo y tomar su celular de vuelta.

     —No estoy hablando con mi novia —hizo una graciosa mueca de desconcierto—, ni siquiera tengo una. Y apenas tienes 16 y yo 19, nunca podrás tomar mi celular porque siempre te lo quitare fácilmente —puso una sonrisa altanera mientras yo rodaba los ojos, pero duro poco cuando su vista se dirigió a la pantalla de su celular y la levanto mirando la parte trasera de los asientos de enfrente con una expresión melancólica—, intentaba averiguar con Rosa y saber si había noticias de su hijo Luis, pero no sabe nada desde que desapareció.

     Guarde silencio ante aquello y despacio deje caer mi cabeza suavemente en su hombro cuando su mirada melancólica continuaba, no sabía cómo era ese Luis físicamente pero Miguel siempre hablaba de él con mi mama y conmigo, siempre hablaba de lo inteligente e increíble que era su amigo de la universidad mientras estudiaba para ser un diplomático y él como podían entenderse.

     Sentí como la cabeza de mi hermano se recostó sobre la mía, supongo que ya era tiempo de dormir finalmente así que cerré los ojos intentando relajarme con el sonido exterior del autobús en movimiento mientras nos volvía a cubrir a Miguel y a mí con la cobija por el frio que se colaba por los pequeños orificios de la ventana mas el aire acondicionado que había en el techo, después de todo este era un autobús de la capital y vaya que costó su pasaje pero no había de otra forma.

     Pasados unos minutos supe que no podía dormir ni aun que lo intentara, solamente mantuve los ojos despiertos mirando de forma aburrida a mis manos enredándose en mi castaño cabello esperando poder caer en sueño pronto. Cuando de la nada una fuerte y momentánea sacudida abarco el autobús todas las luces dentro de este se habían encendido al igual que los pasajeros despertado, el sonido del autobús marchando se detuvo justo cuando este también lo hizo. Me acerque a la ventana e hice a un lado la cortina rojiza que la cubría y me quedaba perpleja de lo que veía, estábamos en la ciudad o eso creía pero lo que me sorprendió fue ver a lo lejos una gran llamarada que liberaba un espeso humo negro hacia el cielo, las tiendas comerciales que se encontraban alrededor tenían grandes y pequeños fragmentos de cristal regados por la acera y las puertas se veían claramente forzadas por lo impactadas que lucían, un saqueo, eso pasó seguramente.

     —¿Qué paso? —gire la mirada de vuelta al interior mirando como Miguel estaba con la respiración agitada mientras veía lo mismo que yo a través de la ventana y con los ojos abiertos con sorpresa y conmoción en ellos.

     —¡Cálmense por favor, no se alarmen¡ —decía un hombre subiendo al segundo piso del autobús en donde nos encontrábamos, parecía ser el conductor por el uniforme azulado. Pero los demás estaban en un estado de miedo al ver el indeseable paisaje atreves de las ventanas— una de las llantas delanteras del autobús se despicho, ahora estamos intentando repararlo pero necesito que todos guarden la calma, no sabemos qué ocurrió aquí pero…

     —¡Pues arréglenlo rápido tenemos que irnos de aquí! —había gritado un hombre interrumpiendo a el conductor, todos los pasajeros empezaron a pedir lo mismo con desesperación y miedo de cualquier peligro que pueda suceder.

     —eso intentamos señor, pero necesitamos que los hombres nos ayuden para remplazar el neumático, ya que solo somos dos. El mecánico y yo —explico el, pero mas parecía intentar calmarlos a todos—, necesitamos su ayuda así que por favor vayan lo más rápido que puedan a fuera, en la parte delantera del autobús. Si no estaremos accidentados aquí hasta que llegue alguien.

     Mis manos temblaban por los nervios, varios hombres jóvenes y mayores se levantaron dirigiéndose a la salida para bajar del autobús pero cuando mire que Miguel también se quitaba la cobija de encima y se colocaba su chaqueta de cuero me asuste aun mas y lo tome del brazo, el pareció entender lo que quería decirle con silencio, por lo que después de mirarme dijo—; será rápido, o nunca llegaremos a casa temprano ¿está bien? —su tono era insistente e intentando ser tranquilizador por lo que asentí mientras el camino siguiendo a los demás.

     Rápidamente regrese a mi lado de nuestro puesto para poder asegurarme de verlo a través de la ventana. No me gustaba nada todo lo que ocurría, veía a veces en los noticieros sobre revueltas o violentos golpes de estado contra el gobierno y rezaba por qué no fuéramos victimas de aquello y también para que el autobús se repare rápido y Miguel regrese aquí.



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En el texto hay: hermanos, rebelion, ataques

Editado: 04.10.2020

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