PROLOGO
Sus ojos expresaban mucho dolor, esos ojos de color azul brillante cual resplandecían cada vez que la luz del sol los iluminaba.
Sus manos estaban allí, no podía sentirlas.
Sus labios marcaban una fina sonrisa adolorida y preocupante.
Ella.
Era luz ardiente
Oscuridad helada
Era… el fin de mi vida.