Ocer & Rade / Arce

Capítulo 1: Confía (O&R)

SÁBADO

-Las cosas están fatal Wes... Mis padres van a perder la tienda, no me dejan estar contigo, hay un problema con mi beca y Amii está enfadada conmigo. ¡¿Qué será lo siguiente?!

Emma estaba frustrada, estaba nerviosa, todo le estaba saliendo mal. Después de una semana sin verse, al fin sentía el calor de su novio alrededor de ella. Estaban sentados tranquilamente en el suelo a la orilla del lago.

-No sé cómo hace para salir siempre de todos los problemas que tienes...

Wesly le besó la coronilla mientras acariciaba su vientre con movimientos circulares intentando tranquilizarla, aunque no estaba seguro de si podía resolverlo todo. La presentación a sus padres no podía haber ido peor, por su culpa Amii, la mejor amiga de Emma, se había enfadado con ella... pero no todo era culpa de él.

-Tranquila Em, todo se solucionará. ¿Cuánto necesitan tus padres para mantener a flote la tienda?

-Mucho –fue lo que respondió, no le gustaba aceptar dinero de otras personas y mucho menos una cantidad tan alta.

Wes rodó los ojos- ¿cuánto? –volvió a repetir.

-Siete mil euros para el sábado a las doce –respondió al fin- pero no puedo permitir que tú lo pagues sabes q- la besó para que se callara de una vez y, al notar que se relajaba, se separó un poco para poder hablar.

Sé cómo ganarlos sin que nadie haga preguntas y no me deberás nada.

-¿Te refieres a- asintió sabiendo lo que iba a decir- pero después de lo de la última vez..., lo has dejado Wes, nadie asegura que vayas a ganar, puede que cinco meses no sea mucho tiempo o puede que sí, nadie lo sabe, podría repetirse.

-No se repetirá y, créeme, en lo que a carreras se refiere, nada se olvida acerca de conducir. El sábado, a las once hay una, llega hasta diez de los grandes, si corro subirá todavía más, así si no te dan la beca puede pagarte los estudios también.

-Sabes que no voy a aceparlo, ni un céntimo Wes, nada, cero patatero, sería demasiado.

-Sabes que no, y que voy a hacerlo de todas formas, puedo tener un motivo o puedo no tenerlo y pasarme a ver a tu padre para dárselo a él sin ti, aún corriendo el riesgo de no salir vivo.

Emma se revolvió en el regazo de su novio- está bien, pero está será la única vez y porque no hay otra solución.

-También podríamos casarnos y así no te lo estaría prestando, aunque no creo que durásemos mucho... -hizo una mueca y ella lo miró.

-No digas tonterías, no me casaría con esta edad, pero si lo hiciera, lo nuestro saldría bien, creo que seríamos de esos de para toda la vida.

-No, porque si tu familia se entera de que me caso contigo, sea cuando sea, me lincharán o me matarán mientras duermo.

Ella se echó a reír y Wes se contagió en seguida- no harían eso, solo te torturarían a mis espaldas hasta que pidieras el divorcio, me rompieras el corazón y me quedara con todos tus bienes. Aunque luego me sentiría mal y te los devolvería.

-Eso me consuela tanto... -contestó irónico- ya empieza a anochecer, debería llevarte de vuelta –ella no contestó, solo se quedó callada mirando al frente- em... vamos, o te echarán la bronca.

-¿Piensas en tu hermano muy a menudo? –soltó de pronto y él, se tensó al instante. Su voz había salido monótona, sin emoción alguna y sobre un tema que no le gustaba tocar.

-¿A qué viene eso? –la giró para poder mirarla a los ojos, su expresión era triste y se notaba que hacía todo lo posible para no quebrarse.

Antes le había parecido que quería sacar el algún tema desconocido para él, pero que no encontraba el momento exacto. No se equivocaba, al menos no del todo, pues el tema de su hermano era algo que le influía directamente.

-Esta semana no hemos hablado mucho y, han pasado cosas...

-Sigo sin saber a qué ha venido esa pregunta Emma.

-Mi hermano tiene un tumor cerebral, -hizo una pausa para no desmoronarse- no saben si podrán extirpárselo. Los médicos –volvió a parar pero esta vez, no pudo más y las lágrimas empezaron a deslizarse mejillas abajo- nos han dicho que pensemos en positivo y recemos porque así sea porque, -cogió aire para terminar- porque si no pueden, no pasará ni un año hasta que el tumor sea mortal.

Su novio la abrazó sabiendo cómo se sentía, susurrándole palabras alentadoras al oído.

-Sí, pienso en él constantemente, pero es lo que me queda de él: los recuerdos. No puedo hacer que lo que sientes ahora mismo se vaya, pero sí que sea más ameno. Si necesitas desahogarte hablando, pegando o de cualquier modo, solo llámame.

Se quedaron allí un rato más, en silencio, apoyándose hasta que se hizo de noche y tuvieron que volver. El Barrio no era el sitio más seguro del mundo, por eso Wesly dejó a Emma en su casa y no se fue hasta que la vio entrar. Ahora solo tenía que hacer dos cosas más: hablar con Amaya y conseguir entrar en la carrera. Decidió empezar por la segunda, lo que no fue muy difícil. Con un par de llamadas estaba dentro. Lo de Amii lo dejó para el día siguiente.



#12295 en Joven Adulto
#29886 en Otros
#9637 en Relatos cortos

En el texto hay: romance, historias, cortas

Editado: 31.05.2019

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.