Oco, Além

Belle. Lucius, no ha vuelto a casa.

Belle. Lucius, no ha vuelto a casa. -

Esperé durante horas y mi esposo, no llegaba, y mientras pasaba el tiempo, más sentía que se había esfumado fuera del mundo. No podía detectar su corazón, y eso fue una tortura. -

La señal de mi móvil regresó por suerte.

  • ¿El aparato es viejo o se averió? - Cualquier conclusión fáctica podría darme respuesta para futuras situaciones. En éste caso, inverosímiles y carentes de razón y lógica en su sana cordura. – era la primera vez que me ocurría algo semejante. ¿Oco, além? ¡¡Va!! Ya olvídate de ello Belle. Lo importante es el proyecto abeja. Mi mentor sabía muy bien como debía encarar el asunto. Eran unas moléculas que servirían para forjar una suerte de reina que podría abastecer una colmena se gran envergadura. – Me imaginaba las palabras de Lucius
  • NO TE METAS EN PROBLEMAS…
  • ¿O tal vez? Nop… - ladee la cabeza de forma negativa.
  • NO QUIERO COSAS VOLANDO POR LA CASA
  • Yaa basta. Deja de fomentar la imaginación Belle.

El trayecto de ómnibus fue preciso y fui directo a la casa central de la empresa. Una entidad de carácter gubernamental. La ciudad en la parte del micro centro había mudado considerablemente. Punto tal que se instalaron unos prototipos de espacio con tubos transparentes desde el aire para que las personas pudiesen cruzar la ancha avenida si aguardar en tramos el semáforo. Grandes pantallas se exponían a lo largo de cada edificio que llegaba a una altura superior al edificio. Desde la revolución tecnológica hasta ahora se la llamo a Buenos Aires, la ciber punk mundial. No obstante las zonas alejadas seguían ganando terreno a la despoblación debido al cambio de clima y los venideros terremotos. En la empresa estábamos estudiando los efectos los efectos colaterales y para sorpresa descubrimos interesantes efectos destructivos.

Otro departamento trabajaría en ello. Mientras con mi jefe y mentón y un grupo nos dedicaríamos al plan polinización.

El hombre ha estado jugando a ser dios. Y ello fue un don y una desgracia. Crear y crear y ver. Y desvelar. Misterios, errores, y más misterios. Monstruos y fantasmas, ovnis, y razas extrañas. Desde que me casé guardó una cierta vinculación con Lucius sobre el más allá. Y eso me aterra.

  • Querida mi trabajo – es así de temerario – Explicó una vez. Supongo que ser abogado, concierne vivir del bien y del mal
  • Lo mío es cambiar al mundo – Expliqué

Y luego congeniamos y aquí llegamos.

  • En cuanto no lo destruyas..
  • Ahh..el señor que defiende malvados, y media divorcios – Conspiré contra él de forma irónica. Al final de cuentas no éramos muy distintos.

Al descender del bus, fui directo por la primera calle de la Avenida Corrientes. Estaba repleta de personas que iban y venían, desde un punto. Marqué con la tarjeta para ingresar a los tubos de viaje inmediato, y fui directo al edificio del micro centro de la Empresa. Kaza de Umbrella. Semejante a una película de terror. Al caer justo allí. Perez de seguridad me recibe.

  • Doctora Inosanto. Buenos días
  • Buenos días Perez. – doy un saludo cordial con una mueca.

Al ingresar a la sala central. Leticia de informe, extiende la mano, dicta por su teclado unos datos para que se abra una puerta de ascensor. Ingreso en ella y voy directo al hall del laboratorio. Al salir de allí una gran ventana separa una habitación de la otra, y otra. En varias se estaban realizando estudios con bacterias. Las medidas de seguridad han cambiado hoy en día debido a las grandes pandemias que se han generado. Y no solo de virus, sino la de otros experimentos fallidos. Eso me hizo recordad a mi hermana menor, y su amigo Octavio Couspide. Supongo que hoy en día estarán bien.

Se tenía un minucioso cuidado para no producir un desastre. Me ha pasado, y Lucius lo sabe bien. Cuando crie mi primera criatura. Estaba emocionada. Tal así que hoy en día forma parte de un santuario. Una micro-bióloga, experta en quimeras, no se veía todos los días.

  • Doctora Inosanto de Gunnes
  • Doctor, llámeme Belle.
  • Si, eres como mi hija, pero me gusta guardar las formalidades. El proyecto estará listo en unos meses, pero confió que estamos bien encarados con el asunto.
  • ¿Nos prestaran algún terreno?
  • Los que se encuentran fuera de la periferia en las cercanías del barrio Versailles.
  • Eso sería ideal.
  • ¿Tu esposo?
  • Justamente se encuentra allí para encontrarse con un cliente
  • ¿Un cliente? Mmmm – Pensó el doctor con una mano en el mentón - Tenía entendido que luego del terremoto, no quedaban personas viviendo allí. Posiblemente me haya equivocado.
  • Aparentemente han quedado algunas que viven en unas cuadras como suerte de suburbio
  • De todas maneras no deja de ser peligroso.
  • No me asuste Doc.
  • No es nada. Tu esposo es una persona precavida.
  • Y otras temas también – Me dije en cuanto me refería a su locura y esas tertulias propias de él en lo referente al gusto por lo oculto. De todas maneras me tenía preocupada la situación. Ir a la zona del terremoto, no era la mejor idea. Y que un cliente lo cite allí, no me parecía una buena idea.

Mientras el doctor fue por unas muestras, tomé mi móvil celular.

  • ¿Otra vez se apagó? – Vuelvo a encenderlo
  • ¿Te ha pasado lo mismo?
  • ¿Usted también tiene problemas de señal?
  • Se apaga y pierde internet. Me ocurrió hace unas horas
  • Me ha pasado lo mismo. ¿No comprendo bien a qué se debe?
  • Lo móviles funcionan con ondas que se esparcen en el aire. Algo realizó una interferencia que bloqueó las señales e hizo que se apagaran los celulares.
  • Supongo que la empresa de móviles recibió millares de quejas. No debemos ser los únicos

Al encender, el envió un mensaje a Lucius. Solo para saber si estaba todo en condiciones. Para el envío de mensajes satisfactorios se deben marcar dos tildes cerciorando que ha llegado a destinatario la misiva. En principio solo marcaba una tilde en relación al envío satisfactorio, pero no a la recepción

  • Bueno, tal vez lo tiene apagado. Aunque nunca ocurre ello.
  • Tranquila, es un hombre responsable y precavido.
  • Y osado – Eso me asusta – Lucius, no sabe medir consecuencias de peligro. Es como si su cabeza fallara a la hora de verificar si hay un riesgo que pudiera costarle caro.
  • Las inseguridades son las que llevan a no medir las consecuencias. Debes respetar ello
  • Pero no lo hace por inseguridad, sino por una cuestión de curiosidad
  • ¿Y tú no? Pequeña, te he visto crear monstruos y divertirte con ello
  • Eso no es curiosidad, es gusto y pasión
  • ¿Y curiosidad para saber qué ocurrirá luego?
  • Son una científica, ¿Acaso no está bien tener curiosidad?
  • Que claro que sí, sin embargo – Levantó el dedo índice al cielo queriendo dar una explicación de cátedra debe medirse la contingencia que rodea a la hipótesis venidera.
  • Doctor, se lo que hago, y se de antemano a donde quiero llegar. Aún sigue en una tilde
  • No debes ser ansiosa. Eso seguro que también lo posee él.
  • Ambos sufrimos de ansiedad
  • ¿Y demás?
  • Es muy extenso de narrar.
  • Si han pasado diez minutos, y continuas observando el móvil




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