Oco, Além

Belle. Ella va a la zona de terremotos. Leandro Gons, el único que sabe.

Belle. Ella va a la zona de terremotos. Leandro Gons, el único que sabe.

No lo encuentro por ningún lado. ¿Dónde es que se fue?

  • ¡¡¡No ha venido!!!. ¡¡¡No ha venido!!!! – Belle iba y venía de un lugar para otro. – ¡¡Ya se!!.... ¡Debo investigar su agenda! – Me dije calculando que información pudiese obtener - Allí están los datos de sus clientes.

Lucius guardaba una libreta de direcciones y teléfonos. Al mejor estilo antiguo.

Fui directamente a la habitación, y en la mesa de luz dela lado en el cual el descansa, abrí la primera gaveta. Poseía algunas tarjetas, y una pluma. Allí estaba la libreta. La tome y entre las paginas tenía algunos datos de data vieja, y otros recientes. Comencé a comunicarme con cada uno de los clientes recientes. Ninguno sabía nada de él. Eso me estaba produciendo molestia. Luego ante la desesperación llamé intenté llamarlo por teléfono nuevamente. El mensaje que le había enviado seguía con una única tilde. Toda la mañana intentando comunicarlo sin sentido. Mi última opción era llamar a la policía, pero previamente iría a la zona de los terremotos.

  • Doctor, le pido disculpas. Tuve un inconveniente y no podre asistir al centro – Expresé
  • No te preocupes..¿Puedo ayudarte en algo?
  • Es un tema complicado.
  • Hazme saber, si necesitas ayuda.
  • Gracias – y colgué la llamada.

Me cercioré de que todo estuviera en su lugar, y me fui directamente con un taxi hasta la zona de Versalles.

  • Mire que solo puedo llevarla hasta cierto punto del barrio, luego las calles son un desastre..¡Bueno no es necesario que lo mencione el porqué. -
  • Descuide. Caminaré por allí
  • ¿Sabe como regresar? Debe dirigirse a la carretera. Allí pasa un bus, ya veces taxis. Si quiere y estoy por la zona, puede contactarme.
  • ¡Gracias! – Y agendé el número del chofer por las dudas.

A medida que íbamos llegando a destino, el panorama mudaba de una manera drástica. Como una notoria diferencia social, ambiental. Grietas por doquier. Algunas casas mantenían una suerte de electricidad generada de forma eólica o solar. Se había declarado a la parte la cual sufrió la serie de terremotos. Como exclusiva.

  • ¿No puedo creer que Lucius haya venido hasta aquí? Le voy a decir de todo. ¡¡No puede ser tan arriesgado!!
  • ¿Problemas maritales? – Expresa el chofer de taxi
  • No, solo trivialidades
  • Las trivialidades son el comienzo para formar una montaña
  • No es nada, grabe. Solo que tengo un marido que cree que no comprende lo que significa ponerme en peligro
  • A veces uno nace osado, ya es propio de nuestra naturaleza humana.
  • ¡Bueno! – Pensé – Solo fue a encontrarse con un cliente, y ahora que lo pienso. Lucius no es una persona que vaya a un sitio fuera de contexto para encontrarse con un cliente. ¿Algo no está bien?
  • ¿Está perdida en habladurías sola?
  • Es que mi marido vino hasta aquí, para encontrarse con alguien. Un cliente, y
  • ¿Y?
  • No ha vuelto (No ha regresado)
  • ¡Ya veo! Venir aquí es una completa estupidez. ¿Fue algo importante?
  • Como le he dicho, encontrarse con un cliente
  • ¿Alguien importante supongo?
  • Un cliente. Él es abogado.
  • Señorita. Venir aquí requiere esfuerzo. ¿el conocía el sitio?
  • No que yo sepa,
  • ¿Y usted tampoco lo conoce?
  • ¡Ejem!
  • Mmm..vaya, ambos son muy descuidados. He realizado innumerables viajes. Luego de quedar devastada la zona, las personas que encuentren, suelen ser vagabundos, y marginados. Pocas viven en la entrada del barrio, más allá de ello es zona despoblada.
  • Eso lo sé.
  • ¿Puede que se haya extraviado. O perdido? Muchos suelen ingresar, pero se pierden.

Al decirme eso, pude asustarme un tanto con ello, pero recordé que Lucius sabe orientarse bien.

  • Hasta aquí avanzaré, mas allá no es conveniente – Comenta el conductor fisgoneando en todos los sectores posibles. El miedo lo estaba consumiendo en nombre de la paranoia. -
  • No hay problema. Puede dejarme por aquí.
  • Si encuentra a su esposo, o no – Explica – Puede contactarme para venir en su búsqueda, si no, tiene - Y señala una dirección lejana - Saliendo a un kilometro un bus especial que suele pasar cada cierto tiempo.
  • Gracias lo tendré presente –
  • Espero pueda solucionarlo, y encontrarlo. Es mejor que me vaya, éste lugar da escalofríos con lo permanecer unos momentos.

El taxista se esfumó rápidamente. Y francamente es como menciona. Un sitio bastante lúgubre. El gobierno lo abandonó totalmente, sin importar nada de nada. En lo referente a las personas muchas fueron trasladadas a otros barrios. ¿Pero que haya personas aquí? ¿Por qué Lucius accedería venir a un sitio como éste?

A medida que iba avanzando, algún ratón salía disparando hacia un hueco, y otro a otro hueco. Era como una calle toda devastada totalmente con casas en estado deplorable, puerta y ventanas rotas. Pedazos de escombros por doquier. Hedor proveniente de charcos de agua estancado y uno que otro animal en putrefacción.

  • ¿Parece un sitio infernal?

Los techos destruidos con ladrillos salidos, mas y mas escombros todavía. Arboles caídos. Aparentemente las nubes nublaron el contorno de la franja que se iba agrandando.

  • ¡Ahh!… - Gritó por un descuido. Por de error pisé una de las grietas menores. – Una grieta pequeña por suerte – ¡Auch! ¡Mi pie! – Me colocó de cuclillas, mejor dicho me agacho para masajearme con la mano cerca del tobillo. Desde otro agujero de grietas de forma de un rayo del cielo, escapaban una pequeña araña peluda – ¡Ey! ¿Amiguita que haces aquí? – La veo con agrado. Era una cazadora de insectos que no suele hacer nido de telas y se arrojó contra una cucaracha que pasaba cerca y volvió a su madriguera – Es así la cadena alimenticia – No temía, pues mi trabajo trataba de ello. Y mi especialidad era la aracnología. Conozco todos los tipos de arañas que puedan aparecer, y ello me ha llevado a cierta enfermedad controlada. Lucius también tiene una enfermedad por la cual debe tomar pastillas, pero esa es otra historia. – No puede ser todo el perímetro es solo destrucción. En algunas partes se descubrían grietas grandes, medianas y concluían en pequeñas. Me agaché para ver una de ellas. Solo se oía el sonido de un silencio queriendo escapar del vacío que lo acorralaba desde fondo interminable.




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