Belle y la dama de ocho patas. El desastre en la mansión Van Derbil.
Y una poderosa criatura se hará presente y arrasará con todos los pecadores….
(Algún libro apócrifo)
Al cerrar el grifo, Belle de cabello verde colocó un vestido de color rojo. Bueno no está mal. Se notaba con profundidad el escote por lo que podía ver.
Me coloqué aquel con la ropa interior, mientras los bulbos de los proyectos fueran guardados. Había puesto algunos como centinelas. Esos insectos mesclados con arácnidos, eran bastante eficientes, aunque no tan buenos en batalla.
Ya estaba preparada y lista colocándome un poco de perfume que poseía del otro mundo. Al abrir la puerta Belle de cabello verde me esperaba con un vestido grande de color celeste, y el mio era un poco más corto, con ese maldito escote que dejaba ver todo. Me asemejaba a una de esas cortesanas que salen de cacería en las fiestas tras alguna presa vieja de varios millones de poder adquisitivo. ¿Quién se piensa que soy? Si tenía entendido, que muchas criadas ganaban esos favores para tener una mejor vida. Pues la fiesta tenía como elemento si bien, hacer desaparecer algunas personas, otras beneficiarlas.
Se sabía. Algunos de los que fueron seleccionados, intentaron escapar, pero los atrapan cuando llegan a un lago grande en el cual hay una suerte de cazadores. Es una trama para los nuevos, y ahora que lo pienso soy nueva aquí. Y posiblemente podría ser parte de ello, aunque tengo el salvo conducto de quien es mi hermana en Oco, Além.
Salimos del corredor y cada criado y criada ya estaban preparados. Al salir del corredor y de la cocina en donde algunos se encargaban de los aperitivos, comenzaron los servicios. Fuimos al gran salón en el cual Carlo estaba desde un primer piso de aquel observando todo el panorama con otros nobles verificando la situación.
Simona subía por las escaleras con una de las damas llevando en mano parte de su vestido extenso.
Un grupo en el gran salón tocaba música clásica, y varios nobles bailaban en el medio de la pista. El gran salón se compone de un estilo barroco y con grande cuadros y ventanas de una arquitectura perfecta forrada en mármol y piedras preciosas. Un aspecto de realeza total, en el cual despilfarran dinero. En una jaulas que estaban en un cuarto cerca de por allí detrás de unas cortinas tenían monstruos, y especies que se vendían, con esclavos barbaros, salvajes, y otros que habían caído en la desgracia. La fiesta era una orgia, y de hecho una subasta de miserias.
Mientras servía unas copas en una bandeja belle de cabello se había ido a otro sector. Simona coqueteaba con una criada de nombre Karine que estaba un tanto asustada. Era una de las recién llegadas, sin una familia concreta. Generalmente los seleccionados eran quienes no tenían a nadie, y salían al mundo en busca de oportunidades.
Oswald se separó de Gebebus que fue al cuarto de las jaulas con otros nobles haciendo cuentas de que comprarían ellos. Las luces comenzaron a ser de colores, y se les pidió a los sirvientes que dejen de repartir aperitivos y se unan a la fiesta entre alcohol, y drogas que se suministraban a fin de poder generar un impacto desagradable en el ambiente. Hay quienes ya estaban acostumbrados y nos les importaba.
La música continuó sonando en su ritmo, y toda la pista estaba repleta. Algunos se iban retirando a cuartos, mientras otros propiamente dicho se iban desnudando. Los nobles querían un pan y circo entre súbditos. Algo que me pareció aberrante.
Carlo se acercó a mí y me tomó del brazo en un instante e hice un esfuerzo sin saber quién era para resistirme.
-¡Oye!..¿Que nos vs a bailar? Y me abrazó por detrás de forma que por un acto reflejo me corrí de sitio. - ¡Ven aquí, tengo ganas de divertirme contigo un rato – Y puede que haya más –
- No…espere señor Oswald –Expresé para ganar tiempo, mientras a una de las criadas desnudas la hacían reducir al suelo a punto de látigos para diversión de los nobles – otros vinieron con elementos interesantes de tortura –
- ¡¡Vamos!! – Es una gran fiesta – Expresa Gebebus – Demian - Gabian – Irven – que se mantenían ocupados –
- ¡Pueden llevarse estas bestias! – Sirven para todo – Expresó Simona que no soltaba a Karine –
Selene se mantenía al margen de todo – Era la amante de Bricks, el intocable. Si algo le pasaba a ella, volarían varias cabezas de los hijos y primos de los Van Derbil.
Beatriz, estaba con otra cortesana en un costado cerca de un mueble, y comenzaron sus travesuras. La cortesana Emeriz de sesenta y cinco años, la buscaba en todas las oportunidades. No era de venderse Beatriz, pero recibía una buena paga a la hora de esta con ella y tener momentos placenteros de sexo uniendo a otros en el viaje del deseo.
Denise, estaba en la cocina junto a otros. No esperaba salir. Belle de cabello verde, mantenía plática con un noble que estaba enamorado de ella. Eso le facilitaba las cosas, debido a que era un menor tímido, entonces no tenía que realizar nada en absoluto, sin embargo estaba observándome, pero aquel niño no la dejaba ir. Ella sabía que irían por mí. Sobre todo Carlo y Simona.