Belle. Soy la dama de ocho patas. Lucius visita a Drakul. La caza comienza en el inframundo y en los bosques de Oco, Além.
Belle. Soy la dama de ocho patas. Lucius visita a Drakul. La caza comienza en el inframundo y en los bosques de Oco, Além.
Oco, Além, es conocida por tener bestias destructivas, pero no calamidades que vengan del otro mundo.
Las náuseas se prolongaron y a medida que se desarrollaba fui alejándome del bullicioso centro contaminado de seres que prestaban la atención a una foránea criatura. Me percaté de huir. Era un instinto que me lo pedía con premura.
Karine recibía un mensaje de mi parte cuando salí del hospital. Y fue por mí. Entre el ir y venir de carretas vió correr a una dama de cabello naranja hacia el campo abierto. Parecía borracha y repleta de dudas y miedos
- ¿Belle? – Se preguntó - ¿Qué le sucede? – estaba confundida – ¡¡Belle!! ..¡¡Belle!!...¡Belleeeee! – llamaba incesantemente
No presté atención y proseguí
- ¿Dónde se dirige? – Fue detrás de mí.
- Me duele el cuerpo …- el ardor me estaba consumiendo y caí de cuclillas abrazando mi anatomía. Mi rostro se deformaba. No podía sentir mi piel. No me pertenecía. Desde mis costillas escapaban cardos y cardos. Y unas patas peludas se asomaban.
Karine, llegó a mí y se quedó perpleja. La parálisis del miedo la detuvo. Extendió su brazo, abriendo la mano
- Be..Bell..Bellee – Expresó con pánico desmedido – ¿Q..Qu..Qué…es eso? – Sus preguntas no podían ante el tartamudeo escapar como tampoco su mente al verme. Un monstruo parte mujer y parte tarántula.
- Ahhhh… - Gritaba de cierto dolor – ¡¡Ahhhhh!! – ¡¡Ahhhhhh!!. – Hasta que todo fue suma calma. No había completado la fase total. Pero al verme en aquél estado me sentía confusa
Miraba mis manos y piernas. Mi cuerpo. Mi rostro. Todo mudó de una apariencia a otra.
- Ka..karinee – Me acerqué
- ¡Ehp! – ¡¡Noo!! ¡¡Aléjate!!
- No..aguarda!! no es lo que piensas
- ¡No me hagas daño! - Ella se asustó
El paisaje se tornó de una voluminosidad extraordinaria que se iba mimetizando en todo el ambiente.
Y El temor me produjo un cambio radical. Mi cuerpo de forma inmediata regresó a su estado normal.
- Soy..soy..yo..¡¡Belle!!
- Belle..Belle …- Ella desde el suelo me nombraba - ¿Eres Belle?
Asentí. Claramente había caído en un shock al contemplarme en ese estado.
- Pero..pe…¿Qué te ocurrió?
- ¿Quisiera saberlo? – respondí con una pregunta - ¿Quisiera saberlo?
- ¿Esos colores. Y cabellos? – Se decía en preguntas en un soliloquio – son el emblema de aquel monstruo. La dama de ocho patas. Belle..¿Es posible? ¿Realmente lo es? – Se preguntaba mientras, mientras me observaba a mi misma en todo mi estado. Mi piel repleta de agujeros y parte del vientre en un color negro y naranja. – cada vez que la araña apareció, estaba ella. La misma situación. NO…no puede ser – Negó varias veces
- ¿Debo analizarme? Si..debo hacerlo – me dije a mi misma – estaba preocupada – aunque al mismo tiempo calmada. Era una quietud trémula y apacible. Me sentía bien conmigo misma. A pesar de esa apariencia. No podía determinar con exactitud, pero mis preguntas hallaban la misma respuesta que Karine. La dama de ocho patas, podría ser yo. Los sueños con el proyecto X en reiteradas ocasiones.
Intenté discernir eficazmente, ¿Cuándo pudo suceder? Mi cabeza aún daba vueltas. Si estuviera el doctor Lamens, sería simple la respuesta en una investigación rápida.
- Tal vez…y recordaba – tantos proyectos y situaciones en el laboratorio. ¿ el accidente con el ofidio? ….y la explosión con el suero y el proyecto X convertido en solo una capa de exoesqueleto seco..¿Nunca supe que sucedió con él? ¿A decir verdad. Pudo desintegrarse con el fuego? – no..no.. – Negué. Sucedió algo peor – Un flash entró en mi menté – Cuando me atacó con sus colmillos al pecho y luego desapareció - ¿Qué fue eso? – me pregunté – ¡basta! – Tomé mi cabeza con ambas manos pensando. Karine todavía no comprendía nada.
Ambas repletas de dudas
- Belle..
- Karine…no digas nada de esto que viste
- Pero debes ir al médico
- NO… si se enteran, sera un problema
- ¡¡¡Belle..es peligroso para ti!!!
- Te diré…soy científica..ya estoy acostumbrada. ¡Je! – conozco los resultados
- ¿Eres científica? – Se sorprendió
- En biología molecular. Trabajo con arácnidos e insectos.
- Eso explica. ¿nunca escuché de ese tipo de profesión?
- Eg...estem..es algo nuevo de la ciencia ..ep sip – Expresé titubeando. Ya que éste mundo es diferente
- Entonces..¿Tú sabes de la dama de ocho patas?
- No estoy segura..
Will tomó el bolso cargando todo lo que fuera posible. Rebi no pudo contenerse. Aquellas estructuras y ramificaciones que se desarrollaban en el paisaje del bosque, llamaron su atención.
- ¡Rebi! Ayúdame con éste equipaje – Dijo Will. Ella no respondía – ¿Ey? Ya sabes que el silencio me inquieta demasiado. Will, sacó su frasco de pastillas, y tomó algunas para deshacerse de la fobia a los árboles – ¿Rebi? ¿Eh? – al darse la vuelta ella no estaba allí – ¡¡demonios!! ¿Dónde se habrá metido?
Will fue directo siguiendo el aroma particular de ella. De alguna manera, esta tierra reproducía ciertos poderes que duermen en las personas.
- ¡¡¡REBII!!! ¡¡¡REBIIIIII!! – Gritaba llamando por su nombre en esa floresta de cipreses que se ensimismaba poniéndolo nervioso en todo sentido.
AL llegar al centro danzando con hojas que escapaban de sus manos.
- ¡¡Oh…dios..nooo!! – Will, intentaba llegar a ella, aunque era muy difícil por causa del suelo que se entremezclaba con el cuerpo de Rebi que se encontraba en un trance visual y mental. Su cuerpo desnudo esparcía una feromona que cautivaba el ambiente. De los poros de su piel se veia raices y un color verde. Sus pechos como plantas herbaceas que se iban mimetizando com las hojas amarillas y pétalos que flotaban en el aire.