Oculta

MÁS QUE UN ENOJO

Desde la perspectiva de cualquier adulto la actitud de una niña de diez años al decir dichas cosas se podría considerar como una completa falta de respeto para todos los presentes en la mesa donde hace menos de diez minutos degustaban aparentemente una comida para festejar a Sofia por cumplir años. 

Nunca las cosas salen tal y uno lo planea eso lo está aprendiendo de la peor manera Sofia al obligar a Lucia a convivir con él hombre del que ella se ha enamorado en el último año, ella lleva saliendo con Julián mucho más tiempo del que quisiera admitir delante de su hija y sus suegros, lo conoció por el trabajo, dado que desde la muerte de su esposo debe de generar dinero porque si bien es cierto su esposo dejo garantizada la vida de su hija y la de ella es un dinero que no lo ha querido tomar del todo porque con eso piensa garantizar los estudios de su hija. 

Ella es una enfermera que busco un trabajo solo por las mañanas para poder pasar tiempo con su hija que ahora con sus duras palabras se cuestiona si verdaderamente lo hacía por el bien de Lucia o por el hecho de que no se sentía capaz de llenar todo el vacío que dejo un padre ejemplar que cada vez que estaba en casa hacia todo lo que estaba en sus manos para que Lucía sonriera en todo momento. 

Sofia nunca lo pudo lograr como lo hacía Armando y que su hija le dijera ahora que todo lo que sentía respecto a ella o al que había aceptado a ser su nuevo compañero, la hacía sentir una mujer terrible. 

-Disculpen – dijo después de unos momentos, levantándose de su lugar – debo de hablar con Lucía, - Julián perdón, pero deberías irte, debo hablar con mi hija  

-Yo creo – hablo Luz – que deben hablar los dos con mi nieta, ustedes hicieron mal las cosas al creer que no se daría cuenta, lo lamento Sofía yo debí de advertirte más que los hijos son muy duros al momento que fallamos ante sus ojos 

Las palabras de Luz llevaban muchos años de experiencia encima igual que dolor. La pareja más grande se puso de pie saliendo del ambiente para retirase a su casa. Sofía sabía que su actuar fue el que hizo que se desatara tal acontecimiento, pero se negaba  a exponer a Julián a otra rabieta de su Lucía que tenia la tendencia de gritar sin remedio hasta que se cansara o no hablar sobre lo que le molestaba, en estos momentos le tenía mucho mas miedo a que hablara a que se refugiara, dado que hace tan solo unos momentos había dado a relucir que no estaba dispuesta a ponérsela tan fácil como ella asumió que le seria que Lucía accediera a una nueva persona en su vida.  

-Debo hablar con ella – musito quebradamente, pues conocía que le tocaba enfrentar una gran batalla con su hija 

-Lucía debe entender que las cosas no son como ella quiere y que no siempre va ha ganar  

-No escuchaste, ella me ha complacido con todo lo que hace desde la muerte de su padre, no ha hecho más que lo que yo le he dicho o pedido, según yo para su mejor adaptación y no la pienso obligar a que te acepte  

-Estas diciendo que no va haber boda  

-Estoy diciendo que si mi hija no te acepta vas a tener que esperar para la boda, pero de lo contrario si no estas dispuesto a esperar, eres libre de irte  

Sofía tenia un agujero en el corazón, no es Armando, pero llego a hacer que se sintiera mejor vacío su corazón al estar en su vida. No era la mejor opción, pero no le causaría otro dolor irreparable a su propia hija. 

-Hagamos esto bien  

*** 

Las herramientas estaban sobre la mesa en un orden que daba a entender un pronto regreso, en cada lugar al que giraba a ver Lucía, recordaba a su padre trabajando concentrado en cada pieza que clavaba o trabajaba. 

Sus ojos aun estaban llenos de lagrimas por todo lo que había dicho y estaba furiosa con su papá porque la dejo sola, ¿Por qué no se la llevo?, era injusto que la dejara sola a ella y a su madre haciendo que su madre se casara otra vez con un hombre que no parecía ser buena persona, el culpable de todo ese dolor era su papá, pero por mas que intentara esta enojada con él, lo único que hacia era extrañarlo mucho más. 

Luz su abuela le había explicado que ahora vivía en el cielo y que desde ese lugar la veía, si era cierto que la miraba porque no le decía a su mamá que también la miraba a ella y que no le agradaba que se casara o saliera con ese hombre. 

Con su pequeña mano tocaba cada uno de los lugares uno a uno con la única intención de sentir que en algún momento su padre pudiera aparecer, pero que jugarreta del cielo era esa porque lo único que apareció fue su mamá con Julián tomados de las manos cruzando la puerta del taller de su papá, la rabia con su padre hizo que gritara y estallara con las dos personas que intentaron cruzar el umbral de aquel lugar. 

-Este es el único lugar que no está infestado de ese hombre, sácalo, sácalo  

Sofía molesta con su hija alzo la voz – esta es mi casa y Julián puede entrar si yo lo invito  

-Tu nunca antes entraste a este lugar ni cuando papá vivía – blasfemo la niña – sácalo, sácalo, no tienes derecho a ensuciar la memoria de mi padre 

El dolor no importa quien lo lleve hace que digamos o hagamos muchas cosas de las cuales nos podemos arrepentir, el dolor es el peor enemigo de la razón, el dolor es el móvil de toda guerra y en ese salón a unos metros una de la otra una guerra se había desatado por una madre y una hija que estaba dispuesta a preservar todo lo que pudiera la memoria de su padre. 

-Lucía tu madre solo desea hablar contigo – intervino inútilmente aquel hombre rubio al igual que su madre y ella agradecía interiormente que se pareciera en su mayoría a su padre. 

Para su edad era una niña con la cara visión de no dar su brazo a torcer, pero en esta ocasión estaba dispuesta a sacar algún provecho de todo lo que pudiera, se lo había dicho a Julián horas atrás todo hubiera sido tan fácil si no se hubiera negado a con su trato. 




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