TRATOS PELIGROSOS 

CAPITULO CUATRO 

Dos hombres sentados en una mesa como cualquier comensal en la pequeña cafetería que solamente poseía diez mesas, dos meseros un cocinero es un lugar cualquiera que no llamaría la atención uno vestido casualmente camisa de vestir un pantalón negro llevaba algo que se parecía a un jersey del mismo color del pantalón el otro tipo con chaquetas de cuero y aspecto de matón que podrían estar hablando esas personas que a simple vista parecían diferentes. 

El ruido del exterior no interrumpía su animada platica, nada lo hacía parecía que lo que hablaban tenía que ser solucionado con urgencia, sobre la mesa dos cafés calientes.  

 -En todo este tiempo ¿Cuándo no he pagado por los servicios? – hablo el hombre de jersey negro  

-Sabes bien que no es sobre que pagues o no – hablo gruesamente el otro tipo después de tomar un poco de su bebida – se trata de que hay otra persona que pagara más por lo que tú deseas  

-Yo soy uno de sus clientes de mayor antigüedad – demando nuevamente el hombre que en esta ocasión le saltaba una vena en el cuello y sus manos estaban haciendo puños  

-La mercancía que tú quieres ahora debe cancelarse en efectivo y con anticipación  

- Dame un par de días y te pagare todo  

- Tu oferta debe ser mejor que la del otro socio  

Esas fueron las últimas palabras del matón, que al pararse de la mesa dejo ver que en su brazo izquierdo tenía un escorpión enrollado justo por la muñeca, a simple vista puede que no sea notorio, a los ojos de un experto en buscar señales esa era la pista que necesitaba para ir tras él y toda la organización a la cual pertenecía. 

Aquel hombre por su frustración se pasó las manos en la cara, debía de conseguir una suma muy grande antes de perder lo que él había deseado, desde el momento que la vio sentada, con los ojos vendados en una sala sucia iluminada con un solo foco donde había otras tres niñas que gritaban pidiendo ser liberadas.  

El de ropa oscura no se percató que estaba siendo observado por dos personas que luego de unos instantes se separaron uno de ellos seguía muy de cerca al del tatuaje, mientras el otro se quedaba sentado en la mesa, levanto la mano pidiendo que le retiraran el vaso frente a él, aun con la bebida adentro, después de unos minutos una mujer guapa de tes clara y cabellos rubios se acercó saludándolo con un beso en los labios. 

El hombre que cubría su rostro con un periódico que simulaba leer se sorprendió por tal escena, ¿Cómo era posible que un tipo que parecía se buena persona tenía tratos con lacras como el sujeto que se retiró solo momentos antes? 

La mujer no parecía ser mala persona, pero en su experiencia nadie es lo que parece. Pasaron unos minutos más notando que lo único que vería es a una pareja de enamorados decidió que tenía tiempo suficiente para entregar dicha información y buscar una nueva línea de investigación. 

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