Oculta

SALIDA DE EMERGENCIA ¡AYUDA! 

CAPITULO QUINCE 

 

Lo vi caminar hacia la parte de enfrente del aula y comenzó a hablar y sentí que Cecil se sentaba junto a mí y tomaba mi mano para brindarme su apoyo, después de todos estos años, al parecer no he superado su falta de hombría al hablar lo que le confíe, agradezco el contacto de Cecil ayudando a mantenerme en el lugar en el cual debo de permanecer, es a la única chica a la que le hablo de la carrera y de la universidad completa, nosotras las mujeres tenemos el don  de empatía con el dolor de otra, bueno no se si todas pero al parecer Cecil lo tiene y se lo agradezco montones. 

Después de un año que no lo he visto aparece hoy con un estúpido comentario, como es que mi vida a estas alturas siento que se me está derrumbando, pero talvez no sea eso, talvez es porque ya solo me quedan tres meses en el Club, eso significaba para mí que o estaba a punto de terminar o las cosas empeorarían para mi vida actual. 

Puse atención a la clase por unos momentos y fue entonces que me di cuenta la razón por la que el Arquitecto Steve mando a este baboso a darnos la clase, sabia de lo que hablaba, conocía muy bien cada termino, era  muy buen. Al menos en eso tenía merito, era un buen estudiante, siempre lo fue desde que inicie a estudiar siempre se destacaba por sus buenos trabajos y su inteligencia, no me gusta reconocerlo, pero así es. 

Esta era la única clase de hoy así que vi mi reloj y faltaban solo cinco minutos fueron los más largos de todos los que recuerdo y finalizo. 

Todos no comenzamos a movernos para salir, vi como salían en sus normales grupos o uno a uno, Iván tenía mi maleta y yo me ponía de pie, coloque bien las muletas me gire para ver a Cecil y ella estaba con una sonrisa de felicidad o maldad no lo sabía, Oscar y Eduardo caminaron a la puerta y solo se despidieron con su grito tradicional los vi desaparecer por la puerta y comenzamos a caminar lento pues tenía mido de resbalarme di unos cuantos paso y sentí a alguien más caminando a mi par que no era Iván pues esta frente a mi y Cecil estaba de mi lado derecho “rayos”  

-¿Te puedo llevar a casa? – pregunto muy feliz pues puede ver su sonrisa que casi le cubre toda la cara 

-No – dije cortante – tengo con quien irme 

-Oh, ya veo – dijo con un tono de duda - ¿Quién es? – me quede en silencio por un tiempo porque no sabía que responderle y mi cerebro decía “responde idiota o le mostraras que no hay nadie en tu vida y se creerá interesante en tu vida”, traque y respire profundo 

-No lo conoces – es enserio Lucia, eso fue lo mejor con lo que pudiste defenderte  

-Bueno le debes decir que no venga a por ti porque debemos hablar – eso hizo que detuviera mi caminata con las muletas 

Tomando todo el aire que pidió para contener las ganas de gritar una y mil veces que seamos compañeros no involucra dialogar, no tengo porque escuchar lo que sea que tenga que informarme.  

-Eso no pasara – gruñí las palabras – no es el momento ni el lugar para hablar – lo murmure era casi imposible que no me escuchara porque se encontraba a solo centímetros de mí  

-Es importante, debemos de cambiar algunas cosas  

-Puedes mandar todo como se acostumbra – susurre nuevamente alejándome de el aula incluidos Cecil e Iván 

-No seas necia acabas de arruinar …. 

-Si, si como digas ya veremos si es cierto  

-No te arriesgues a ningún … 

-No ahora, no hoy, no en este momento – trague mi enojo – Te llamare  

*** 

El sonido estridente de la música se escuchaba hasta la entrada del callejón de la calle numero siete de la ciudad, bajo de la camioneta azul de Edgar, tomando la muletas acerco mis pasos a la entrada de todas las bailarinas, no debía estar en ese lugar, el que mandaran a Erick a la ciudad con una cuartada fiable a parecer implicaba que las cosas empeoraban lo que mas le enfadaba era que ella misma había tirado por la borda el plan de su superior.  

A paso normal entro llegando a la sala de los espejos donde todas las bailarinas se vestían, todas debían de encontrarse en la presentación de la noche porque el lugar estaba vacío, su trabajo era investigar si tenían contacto con el Cartel de los Escorpiones, su retraso en encontrar la algún indicio de ello propicio que su superior enviara un plan de contingencia. 

El que nadie se encuentre en ese salón me brindaba la oportunidad de buscar en la oficina, avanzando a paso lento al fondo del lugar donde se encontraba la puerta de mi objetivo, no era la única en ese sitio habían también otras dos puertas una ellas siempre estaba cerrada en otras solo por una vez vi entrar a Sara seguida de un hombre que parecía un matón, era alto que daba miedo, al estar cerca de una de ellas pude escuchar que varias personas hablaban muy bajo, aun cuando me inquietaba esos murmullos el objetivo principal era la oficina de las hermanas Luna, era mala idea hacer lo, soy la única que esta en la sala de los espejos, mi mano sobre el pestillo de la puerta justo cuando se abre hace que retroceda, como carajos no me cerciore de la presencia de algo, es un error de novato que no puedo permitirme. 

Los ojos negros de un caballero que me lleva unos centímetros sobre mi cabeza hacen que me estremezca, mi cerebro se queda en blanco  no se que hacer intento reaccionar lo más rápido posible dando dos pasos atrás apoyada en las muletas mi vista viaja hacia atrás viendo a Sara con la frente arrugada lo que indica que estoy en problemas  

-Lamento la interrupción – retomo mi cordura y valor – necesitaba hablar contigo Sara – viéndola a los ojos para que note que estoy un poco abrumada por la situación lo cual espero sea creíble – regreso después  

Intento girar cuando la voz de aquel hombre que es gruesa, varonil – ¿Quién eres? ¿Cómo te llamas niña? – cuestiono aquel hombre de cabellos negros y chaqueta de cuero  




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