Oculta

DIESISEIS OTRA VEZ 

CAPITULO DIECISEIS 

 

Entro a casa, en la sala todos mis hermanos están sentados en el sofá, se giran al escuchar mis pasos, me siento expuesta, que rayos el adulto aquí soy yo, esto se está poniendo ridículo 

-Lucí – grita Daniel y Daniela, corren hacia donde estoy – te estábamos esperando – me agacho y me dan un beso  

-Bien ahora a dormir – asiente con la cabeza – ¡vamos niños todos a la cama! – todos se levanta de donde están sentados y suben a sus dormitorios a dormir 

-Camina – dice Vicky completamente seria, hago lo que me dice y llego a la sala – siéntate – no voy a discutir con ella, sabiendo lo disgustada que se encuentra  porque me estaba esperando en la puerta de la casa con cara de pocos amigos y al verme llegar caminado su rostro se descompuso más ante su atenta vista me siento muy pequeña como una niña regañada, mis abuelos nunca me llamaron la atención,  bueno no por llegadas tarde, fueron por peleas, ojos morados y labios partidos  no es nada parecido, pero es como si regresara años atrás de mi vida a una vida que talvez hubiera vivido si el estúpido acontecimiento en mi vida jamás hubiera pasado.  

 

Se para frente a mi tiene unas largas botas y bajo ellas tiene unas medias negras y una faltada corta que la hacen ver mucho más alta, su chaqueta corintia la tiene abierta y puedo ver su blusa escotada negra. Pone las manos en la cintura,  me mira a los ojos – eres una inconsciente Luía – esta mujer no está enojada es furiosa, me ha llamado por mi nombre, solo recuerdo una vez anterior a esta que me ha llamado así y fue cuando casi le parto la cara a Erick la ayudo su hermano para que no lo hiciera – todos en casa estábamos preocupados mi miedo se agrando cuando no te encontré frente la universidad, te llame, te llame – la veo mover sus labios pero no la escucho, no quiero escucharla, está siendo ridícula completamente ridícula 

*** 

Está sentada frente a mí no ha dicho ni una palabra de todo lo que le he dicho, incluso cuando mencione a sus hermanos preocupados por ella, no ha contestado ninguna de mis palabras, no quiere contéstame seguramente sabe que estoy furiosa que si menciona algo o intenta defenderse me voy a enfurecer mucho por su falta de cuidado y consideración hacia los demás. 

Mi furia se ha disminuido se fue al instante cuando la vi sana y salva sobres sus dos pies, tenía miedo de que le hubiese ocurrido algo por culpa de su tonto trabajo, me fijo en sus ojos, pero no nota que ya no estoy hablando. Y me doy cuenta, nunca me escucho me pase gritando al sillón porque en rostro tiene una expresión de duda o algo que se le parezca  

-Lucia – le digo tronando los dedos frente a su nariz, salta y me da una sonrisa  

-Si, si perdón ya entendí – dice rápidamente, me da tanta risa que no puedo contenerla y ella me frunce el ceño  

-No has escuchado nada ¿verdad? 

-Si, escuche – dice algo nerviosa, está claro que no lo hizo. 




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