TIEMPO

CAPITULO TREINTA Y NUEVE

Veo como sale de la constructora, mi enojo no es contenido con nada, lo que tenía que hacer era simple, no llevaba mucho trabajo y menos la realización de un nuevo diseño desde cero, esta niña se ha vuelto insoportable durante esta semana, no la he querido tener cerca desde el lunes.

Aun no comprendo que me llevo a hacer tal acción, de lo que si estoy completamente seguro es que bajo ningún motivo voy aceptar que meta la pata en los proyectos que tengo a cargo al punto de quedar mal con los clientes sin decir una sola palabra entro a la que fue su ofician hasta hace diez minutos, escucho los pasos detrás de mi papá, pese a todo lo que hago no soy de los que puede contener el enojo.

-¿Qué te pasa? – habla mi papá – esa no es la forma de tratar al equipo de trabajo

-Es simple – le gruño, viéndolo – no sabe hacer su trabajo

-Creía que trabajaban bien los dos juntos – niego con la cabeza, en un intento de encontrar un poco de sosiego a mi enfado – o al menos eso había comentado tu hermano – Eduardo, por su culpa no he podido dejar de pensar en estupideces, desde hace días, no, no eso no puede ser cierto, siempre mantengo todo en orden y el trabajo es uno de los lugares donde mejor tengo control

-Tenía que hacer unos simples cambios, nada del otro mundo, no era para alterar el diseño – desplego el trabajo que encontré sobre mi escritorio hace rato atrás, lo veo con atención nuevamente, haciendo que mi enojo crezca otra vez, en qué cabeza cabe hacer semejantes cambios – ve semejante cosa, no entiendo como lo pudo hacer – me paso las manos por la cabeza, mi padre se para a mi par viendo lo que mis ojos contemplan

-No esta tan mal – dice con un toque de burla

-Son semanas de atraso para empezar la obra ahora – le farfullo, repaso una y otra vez como es que ha podido llegar a semejantes cambios, después de lo que dije no siento a mi padre a la par, ignoro por completo lo que haga, tengo mucho que hacer, tomo todo lo necesario para iniciar nuevamente el diseño tal y como lo solicito el cliente.

Comienzo hacer los primeros trazos en el papel para hacer la presentación final, si ella pudo descomponer en tan poco tiempo todo el proyecto, yo puedo arreglar lo, estoy por hacer un siguiente trazo cuando soy interrumpido por algo que cae sobre mis manos trabajando, mis ojos solo ven color no logro distinguir nada porque levanto los ojos hacia el responsable de tal obstrucción – este es el diseño que solicitaron – mi padre habla con una evidente molestia – muevo mis ojos de su rostro de molestia a el papel que tapa mis manos, al evaluarlo noto que todos los detalles están en orden, no necesito estar concentrado para que se haga evidente en mi memoria.

Yo no puedo creer que si lo tenía me entregara un trabajo tan malo como el que se encuentra en el bote de basura – ¿Dónde lo encontraste? – levanto la vista para verlo

-Dentro de esto – me dice poniendo ante mis ojos el tubo negro – dentro estaba la pequeña hoja con instrucciones tuyas – me pone la hoja de color amarillo con mi letra y la suya – y esta otra la deja en mi mano junto a esta memoria – me pasa otra lista escrita con su letra con la explicación que me había dado el lunes por la mañana, es ese momento en el que caigo en cuenta que esto lo hicimos antes de que se enfermara - ¿Qué es lo que piensas Alejandro? – al parecer me he quedado mudo durante mucho tiempo porque mi padre me ve con inquisición

-¿Dónde has encontrado todo eso? – me ve como si estuviera loco

-antes de salir, me lo entrego en mis manos, el tubo te lo ha dejado a ti – muevo la cabeza en negación, haciendo que regrese a mi -¿Qué te sucede Alejandro?

Me ve preocupado y en ese momento me siento nuevamente el hombre más pequeño e imbécil del mundo por haber reaccionado como lo hice veo que a un lado, saco del basurero el plano al hacerlo una hoja como las dos que me mostro mi papá cae, la levanto al notar que en el encabezado está el código de este proyecto, lo comparo con los otros dos, al leerlas noto que no concuerdan, los cambios, pero si el nombre del proyecto, luego repaso los números y noto que el código se parece a uno que no hemos iniciado, es más, no son cambios, son ideas para la creación de un diseño nuevo, el código lo apunte mal.

-sucede que me he comportado como el maestro de los tarados – le digo a mi padre dando un paso lejos de la mesa – he pagado mi enojo y frustración con Lucía, por un error que yo cometí – le explico con detalle todo lo que hice a mi papá con las listas y los gritos no merecidos a Lucía, ganándome una mirada de reproche que no puede hacer que me sienta peor por lo injusto que he sido con ella.

***

ERICK

Recostado en la pared de una vieja casa que tiene más plantas que seres humanos viviendo dentro, el frio penetra mi piel descubierta de mi cuello ocasionando que levante la tela de mi chumpa, el aire que expulso de mi nariz se hace visible por lo bajo de la temperatura, justo frente de mi se encuentra una puerta de color negro iluminada por un pequeño foco que logra brindar claridad a ese horrible callejón que se ha vuelto parte de mis sitos recurrentes.

No puedo comprender con claridad ¿Cómo Lucia soporta el estar en ese lugar? Sin mover mis ojos de ese objeto metálico con la intención de no perderme detalle de todos los que salen de ese lugar de las chichas que trabajan en ese lugar he visto salir a dos y ninguna de ellas era Lucía. El sonido de risas, palabras y otros golpes anuncia la cercanía de personas.