Oculta

CARRERA

CAPITULO CUARENTA Y UNO

 

 

Veo con atención como Lucía se coloca el arma a un lado, es lo último que le falta se ha sujetado el cabello en dos trenzas que le ayudan a meter cómodamente su cabello dentro del pasamontañas que cubre su rostro, dude en informarle sobre el operativo de hoy que nos lleva a una nueva pista donde se cree que hay uno de los laboratorios del cartel de los escorpiones, la información llego a nosotros por una fuente anónima.

Nuestro General dudo en pedir la orden, pero después de que una de las niñas mencionara que la habían llevado a un lugar cercano de donde se supone esta el laboratorio, solicito un equipo, completo.

Era el encargado de informar de esto a Lucía, según me ha contado el siguiente fin de semana un grupo de ellas se ira a una de las fincas por orden de Sara, dentro de ellas para mi alivio no está Lucía, parece haberlo tomado bastante bien a pesar de que se que no le agrada quedarse fuera de esa gran oportunidad.

-atención – dice la voz gruesa del abuelo de Lucía, todos nos colocamos en posición nos repasa de pies a cabeza observando nuestro uniforme, veo que tiene la vista fija en mi lo que me hace preguntar “Lucía, le abra contado algo” – aun cuando tengamos la autorización del operativo tenemos que tener en cuenta siempre que puede ser falsa o una trampa – habla firme – debemos estar alerta, cada uno de los grupos que se ha formado deberán de cumplir sus funciones con eficiencia – avanza dentro de las dos líneas que se formamos para recibir sus órdenes  – ¿entendido?, todos respondemos.

Nos da la orden de subir a los transportes, cada uno con su equipo y armas, veo como todos suben con destreza, Lucia desaparce de mi campo de visión prontamente.

Nos detenemos a un kilometro lejos de donde será el operativo, después de unos pocos segundos bajamos y nos dispersamos, la disposición de mi superior es que ni Lucía ni yo nos encontremos en el mismo escuadrón, no la veo aun cuando me esfuerzo por identificarla entre todos los soldados, avanzamos dentro de un campo de plantas silvestres lo bastante altas para que ayude a camuflarnos ya encontrándonos unos metros dentro de la propiedad nos encontramos con una cerca no muy fuerte, pero en algún punto peligrosa, ¿podría estar electrificada? se hacen las pruebas, al verificar la sospecha que nos  deja en desventaja, aun con ese detalle en nuestra contra verificamos y recorre el perímetro con cuidado de no delatarnos.

Un compañero indica que ha visto movimiento dentro el lugar se encuentra apartado de la naturaleza está en lo alto de una montaña que cuenta con varios arboles que lo cubren lo bastante bien, estoy tan concentrado en escuchar la radio “ prevenidos con lo que se va hacer” se escucha en el audífono en mi oído “centren sus ojos en el edifico que ha trecientos metros se encuentra una puerta”, Francisco el encargado del pelotón al que pertenezco indica ordenes para acercarnos al muro donde se encuentra la puerta del lugar al que debemos ingresar .

“prevenidos, atención, soldados” – dice la voz en mi oído – “todos centrados en la puerta, en cuatro, tres, dos, uno” – no veo nada diferente esperaba una detonación, que la puerta fuera abierta pero no sucede nada.

-Es Lucía – dice Francisco, en voz alto como leyendo mis pensamietos al no tener un cambio en nuestro objetivo

-¿Qué? – cuestiono al solo escuchar el nombre de dicha chica.

-Lucía será el señuelo – no me ve, sus ojos están fijos en el lugar indicado.

-¡¿Qué dices?! – cuestiono,  me indica que observe sin decir una sola palabra,  veo la vestimenta de Lucía, una blusa rasgada un poco sucia va sin zapatos, las trenzas han desaparecido, en definitiva da el aspecto de una persona en problemas veo como comienza a caminar desde donde se encuentra llamando toda la atención, intento ponerme de pie para hacer que se regrese, no estoy de acuerdo en lo más mínimo en que le haga de sebo, me detiene tres pares de manos para que no me mueva de mi posición - ¿Quién es el responsable de esto? – farfullo

-Ese siempre fue el plan – aclara Francisco – Lucía pido que no se te informara – eso hace que me enoje mucho, antes de que pudiera decir una palabra veo como inicia a gritar y a correr con desesperación, los perros que se encuentra dentro inician a ladrar, mi cuerpo se tensa cuando la veo golpear la puerta con tanta fuerza sin importarle los ladridos.

Es la peor de sus ideas, ¿Cómo puede ser asi de irresponsable? Ella se codea con esos tipos todos los días, esta mujer esta loca, grita y golpea con fuerza, en cualquier caso yo aseguraría que es autentico, vemos como se acerca uno o dos tipos acompañados de dos enormes perros uno de ellos abre la puerta, el otro tipo le apunta con un arma a Lucía ella cae de rodillas, puedo asegurar que pide que no le disparen, veo como el otro tipo camina a su rededor observando la con atención, la blusa que tiene que muestra la mitad de su piel, la falda que lleva puesta está sucia con algunas partes rasgadas.

-ayuda, ayuda – hablaba fuerte – por favor, no dejen que me lleve – veía una y otra vez hacia atrás con el afán de hacer énfasis en sus palabras – por favor, por favor – repetía una y otra vez, yo evaluaba los movimientos de los tipejos que la veían, quitando su poca ropa.

Un disparo se escuchó, los tipos se pusieron en alerta, Lucía volvió a gritar, con desesperación – Es buena – dice Demetrio, muy a mi pesar lo reconozco

Uno de los tipos mueve la boca pero no se que es lo que le dice a Lucía que la hala con brusquedad, se levanta y con torpeza camina, se detiene en un momento a otro como si notara a los tipos que tiene al frente comienza a forcejear para librarse del agarre del tipo que las sujeta, el perro inicia a ladrar e intenta atacarla veo todo eso sin poder hacer nada, sea lo que sea que hayan planeado saldrá mal.




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