Ilana
Kurosh me estaba sacando de mis casillas por más golpes que le lanzará él las esquivaba cuando vino a noche y tuvimos sexo ya que lo de ayer no se puede llamar otra cosa sin mencionar que me asuste al principio todo cambió a medida que fundamos nuestros cuerpos al unísono tampoco era virgen ya había tenido ganado experiencia en ese campo.
Aún así fue algo totalmente diferente a lo que experimente en el pasado fue algo totalmente nuevo como embriagador y como si no quisiera que se acabara ahora viéndolo es como si fuera una persona totalmente diferente no se digna ni siquiera a mirarme.
Es frustrante lo peor de todo es que el esta ofendido y ¿yo no? Y luego dicen que la mujer es la que no se la entiende, pero la verdad es que este hombre a mí me confunde demasiado un día se comporta como un celopata toxico y al siguiente como si no existiera en su mismo espacio.
—¿Qué te pasa? Tú mismo dijiste que no te arrepientes de lo de anoche y ahora ni me miras.
—Estaba ebrio de acuerdo por lo que no era consiente de mi actuar ayer tuve un día de mierda.
—Eres un imbécil lo sabias, pero si tuviste un día de mierda no debiste buscarme para se tu premio de consolación.
De acuerdo estaba enojada más que eso como pudo usarme así y prácticamente se arrepiente de sus actos en ese momento el entrenamiento fue el menor de mis problemas mis ataques ahora iban con toda mi fuerza de tanto esquivar mis golpes Kurosh no vio venir mi patada en sus partes más sensibles lo que provoco que cayera al piso.
Tenia una gran sonrisa de satisfacción no debió molestarme y cuando estoy enojada soy un poco vengativa y mi golpe tiene justificación porque se comportó como un total imbécil conmigo es lo mínimo que se merece y lo va aprender a las malas.
Me pongo a su nivel en el piso se lo ve sumamente adolorido por el golpe que recibió incluso vi una pequeña lagrima cayendo por su mejilla con eso di concluido su entrenamiento no estaba de humor para ver su rostro el resto de la mañana sin mencionar que quedé con Asmodeus para entrenar.
—Pará qué aprendas a no volver a jugar conmigo Kurosh alégrate que te día allí y no en tu rostro.
En eso se acerca Caleb todo extrañado por mi comportamiento no es la primera vez que sucede siempre me dice que debo comportarme y hago exactamente lo contrario nunca me gustó que me dijeran lo que debo o no hacer soy una pequeña rebelde.
—¿Qué está pasando aquí? Se supone que es un entrenamiento amistoso no un campo de batalla.
—Vamos Caleb no te hagas el inocente el que no te diste cuenta que Kurosh y yo tuvimos sexo a noche y no fuimos precisamente discretos.
—Es tu intimidad Ilana no me puedo meter en ello, pero el que lo divulgues es otra cosa.
—¡Bien! Perfecto amenos aprendiste a no meterte en mi vida ya era tiempo porque siempre fuiste un metiche.
Estaba furiosa y no tenía ánimos de nada al menos con Asmodeus tendría que aprender algunos hechizos para defenderme de otros demonios en caso de que este sola y tampoco necesite ayuda de ninguno de ellos y lo único que quiero es hablar con mis padres sobre esto.
Ya llevamos varios días y ellos no se han comunicado conmigo en ninguna forma es como si no existiera y eso que le he dejado mensajes a sus celulares y es como si les hubiera tragado la tierra no me contestan de ninguna manera me pregunto que es lo que les pasó.
Pero a veces podía sentir su presencia, aunque no los veía sabía que estaban a mi lado si tan solo me dijeran la verdad nada de esto estuviera pasando y si tenía que recurrir otra vez a un viaje astral lo haría si pensarlo necesito un lugar tranquilo para poder hacerlo.
Me dirigí a mi habitación para ver el grimorio de Asmodeus sea mi guardia por cualquier cosa que pueda lastimarme ya que no confiaba a en Kurosh en estos momentos aún seguía pensando en el que mierda me pasaba no lo alejaba de mi mente.
Una vez adentro de la cabaña me fui directo a mi habitación le coloqué el seguro para no tener visitas inesperadas y como tenía el grimorio cerca de mi cama empecé a leerlo para invocar a mi demonio Asmodeus es como un buen amigo.
—Que es lo que necesitas Ilana estaba un poco ocupado cazando y patrullando.
—Quiero que me lleves con tu jefe para que me diga cual es su problema conmigo y me dé algunas respuestas.
—Estas loca mujer es como ir directamente a la boca del lobo sabes lo que va a suceder si entras allí.
De acuerdo no había pensado bien las cosas quizás Asmodeus tiene razón y me voy directo a donde ellos quieren y capas no pueda volver a salir pero que dos mundos opuestos me quieren eso es seguro ya sea para salvar una de las dos partes y yo soy solo es sacrificio.
Maldita sea solo quiero saber que es lo que quieren conmigo será que se lo pregunto a Caleb a ver si sabe algo Au que no creo que sea posible eso es una estupidez los únicos que saben son mis padres y o mejor dicho mi madre ella es la clave.
—Si no puedo ir allí al menos ayúdame a buscar a mi madre ella debe darme algunas explicaciones.
—Negativo ella es una bruja y yo un demonio adivina lo demás y no quiero arriesgarme.
Es como volver al principio si no me van ayudar con respuestas los haré yo misma esta situación a durado demasiado me he cansado de estar en las sombras de algo que no se que no tiene nada de sentido un día soy normal y al siguiente me persiguen dos razas distintas.
Para no perder mi entrenamiento con Asmodeus le dije que me enseñará algunos hechizos para poder enfrentar a demonios como el aún que no lo parezca el ha sido muy amable al enseñarme las invocaciones de todo tipo y también me ayuda a no pensar en él.
Cuando terminamos de practicar ya eran como las cuatro de la tarde me dio hambre y decidí abrir mi habitación para buscar algo de comer como estaba entrenando no me había percatado de la hora si no fuera por Asmodeus no me daba cuenta de nada.