Oculta Verdad

3. La moto

Capítulo 3

Emily

Al terminar la primera hora salimos al patio, nos dan un receso de 30 minutos y tengo entendido que es una materia por semana, o algo así. Eso me agrada, creo que la Universidad y yo nos vamos a llevar muy bien.

Estamos sentados en un banco aislados de los demás, solo Luca y yo, ni uno de los dos toca un tema en específico para hablar y el silencio que hay entre ambos es bastante cómodo, me podría quedar horas así y no me quejaría.

– ¿Qué tal estuvo tus vacaciones? – pregunta volteando hacia mí.

– Bien, no hice nada fuera de lo normal... – comienzo a hablar animadamente, pero ese ánimo se esfuma cuando se unen a nosotros Derek y su novia que por lo visto ya se arreglaron.

– ¿Qué hacen tan aislados? – pregunta Sandy con una sonrisa pícara. No puede ser, no molestes. Se me ocurre algo que hará que se moleste.

– Ah, Luca me está invitando a casa de sus abuelos, quieren conocerme ¿No es lindo? – digo tiernamente observando a Luca, quien niega con la cabeza, soltando una carcajada.

Luca ni siquiera tiene abuelos...

– Voy por un batido – avisa dejando a su novio parado sin poder reaccionar. No puedo evitar soltar una carcajada, Derek me mira sin ánimo y se va atrás de Sandy. Él sabe que estoy bromeando, no comprendo porque se enoja.

– Ella empezó – digo a Luca y este no para de reír.

Después de unos minutos entramos a clases y nada más falta 1 hora para terminar, observo a Derek, ya no está sentado con Sandy.

¿Otra vez están peleados?

Ahora se encuentra en nuestra misma dirección y me pongo a pensar en él.

¿Por qué deja que ella haga con él lo que quiera? ¿Acaso no se da cuenta de lo que vale? Cualquier chica daría todo por verlo feliz y me incluyo, porque a pesar de ser un gran amigo, Derek es una gran persona y si él no hubiera conocido a Sandy...

El timbre me saca de mis pensamientos indicándome que ya es hora de irnos. Veo como Derek y Sandy salen juntos, y no tengo ni esperanzas de que me lleven, tranquila Emi...

¡Respira profundo! 

No importa iré caminando, que me agarre una gran tormenta y que se lleve todas mis ganas de triunfar en la vida. Estoy exagerando, lo sé. Rio por lo que pasa en mi cabeza cuando veo a Luca enfrente mío.

¿Se teletransporto? Ay no Emily.

– Puedo llevarte si quieres – habla Luca regalándome una amable sonrisa, pero yo nunca he subido a una moto y menos con él, está medio loco.

¿Acaso tengo otra opción? Pues no mi ciela.

– Si, vamos – respondo con dudas, salgo atrás de él y al llegar en el lugar donde había estacionado, me pasa su casco, observo como él sube primero para luego arrancar.

– ¿No te vas a subir? – pregunta y yo aún no se si hacerlo. Él vuelve a hablar. – ¿O acaso tienes miedo? – indaga con una mirada dudosa, no necesita articular ni media palabra para saber que se burlara de mí. Claro que tengo miedo, pero no le voy a demostrar que es así, con lo molestoso que puede llegar a ser Luca.

– ¿Miedo? Esa palabra no la conozco – hablo segura de mis palabras, aunque este muriendo de miedo por dentro. Subo colocándome el casco y aferrándome a la cintura de Luca.

Al fin y al cabo, no es tan malo como imaginaba, creo que él ha notado mi miedo y por eso no va a gran velocidad. En el fondo agradezco que sean tan empático.

– Oye, bájame aquí – aviso a Luca que frena de golpe, a un costado veo un cartel, dice que necesitan meseras, es una linda cafetería en medio de la calle, no tengo ni una mínima experiencia, pero puedo intentarlo. Capaz y sea mi día de suerte y me contraten.

– ¿Me vas a invitar un café? – exclama Luca estacionando la moto.

– Si consigo este trabajo, yo invito. Lo prometo – sonrío devolviéndole el casco.

– Entonces, aquí me quedo cruzando los dedos – habla Luca mostrándome los dedos cruzados y hasta yo cruzo los dedos, esto me vendrá muy bien.

Espero me vaya bien.




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