Capítulo 21
Emily
Al despertar siento un fuerte dolor en todo el cuerpo, creo que he dormido demasiado mal, siento que no pegue ni un ojo en toda la noche, realmente no dormí nada, mi cabeza no paro de darle vueltas a varios asuntos.
– Buenos días, Emi… ¿Aún no estás lista? – saluda mi madre entrando a mi habitación. No mami no estoy lista para nada.
Los parpados me pesan y quiero seguir durmiendo.
– Buenos días – hablo sin ánimos, miro el reloj que está en la mesita al lado de la cama y son casi las 7 de la mañana.
– Te deje algo para que comas – exclama acercándose a mí, dejando un beso en mi frente.
– Gracias Ma – hablo viendo como mi madre se marcha de mi habitación cerrando la puerta.
Me visto rápidamente dirigiéndome a la cocina llevando unos sándwiches de jamón y queso para comer en el camino. Amo esto, es el mejor sándwich de todos, no tengo dudas de eso y quien diga lo contrario está mal de la cabeza.
Vuelvo a mirar la hora y estoy segura de que llego a tiempo, además la maestra no llega temprano…
Voy entrando y como siempre el pasillo está lleno, al menos no soy la única en llegar tarde, al entrar veo que Joshua está sentado en frente de Derek y Sandy, los tres hablando animadamente.
¡Que falsos!
No sé cómo pueden mirarse las caras entre ellos, aunque Derek no tenga ni mínima idea de lo que está pasando.
¿Cómo no se da cuenta? Bueno no lo culpo yo tampoco lo hubiera notado.
Me acomodo en el lugar de siempre y de inmediato Joshua viene junto a mí. Hoy no tengo ganas de interactuar con nadie, menos con él y creo que mi expresión habla por sí sola.
– ¿Y ahora a ti que te pasó? – indaga Joshua sentándose en dónde últimamente compartimos asiento.
Volteo los ojos para que se diera cuenta que no quería responderle y dejara de molestar, cuando alguien totalmente inesperado se adentra a la clase, su mirada se cruza con la mía por un instante haciendo que algo se encienda en mí.
No sé exactamente qué es lo que sentí, pero ahora estoy más confundida que antes.
Mierda.
Luca pasa en frente de Derek con un gesto de saludo, este último le da una sonrisa de boca cerrada, yo sólo ignoro dicha escena pensando en lo que había visto ayer.
Un suspiro sale de mi boca cuando escucho nuevamente hablar a Joshua.
– Oye ¿Tú no piensas hablar hoy? – exclama él sacándome de mis pensamientos.
– No, no pienso, ni quiero hacerlo – hablo sacando un cuaderno de mi bolso poniéndolo en la mesa.
– Ok – espeta alzando sus brazos en son de paz.
Reconozco que mi actitud con Joshua no es la mejor, pero ¿Cómo se supone que debo tomar todo esto?
Pareciera que las horas pasan como tortugas, me pongo de pie dirigiéndome a la anciana que está sentada tratando de oprimir una tecla de su antiguo celular.
La observo y ella levanta la cabeza, le doy una tierna sonrisa.
Hablo unas cuantas cosas acerca de su móvil y me voy al baño.
Entro tratando de pensar en otra cosa que no sea todo lo que pasa ahora. Me lavo las manos y el rostro, me veo como un mapache, en estos momentos los cosméticos son muy útiles, entiendo a las chicas que se maquillan para tapar alguna parte del rostro que no les agrada.
Al salir veo a quién menos me lo esperaba, estaba parado recostado por la pared del lado opuesto a mi dirección.
– ¿Ya me vas a contar que te pasa? – cuestiona Joshua colocándose a mi lado para ir juntos.
– ¡¿Quieres que te cuente todo, cuando tú no lo hiciste?! – espeto con un tono molesto, refiriéndome a lo de Sandy.
– Es que no lo ibas a entender – exclama acomodándose el pelo.
– Es lo que más me molesta ¿Acaso creíste que te iba a juzgar? – hablo mirándolo. – No soy nadie para hacerlo – exclamo con una triste sonrisa en mi cara.
– Lo siento – habla con arrepentimiento y sé que está siendo sincero, sus ojitos de perro arrepentido lo dicen todo.
– ¿Siguen estando...? – indago, pero Josh me interrumpe de inmediato.
– No, lo dejamos – dice el dándome una palmadita en el hombro. – Sólo no quiero que nuestra amistad cambié por esto – vuelve a hablar, pero está vez se coloca en frente de mí.
Quedamos a una distancia considerable viendo como empezaban a salir algunos que otros jóvenes de las aulas.
– Esta bien, pero no la vuelvas a cagar Nill – le llamo por su apellido como todos lo hacen.
Veo como abre la boca para hablar, pero solo sonríe mostrando su perfecta dentadura.
No quiero pelearme con él, no puedo.
Todos los demás salen y se unen a nosotros.
¡Si! Luca también.
Joshua, Derek y Sandy están hablando animadamente mientras nos dirigimos a la cafetería…
¿Están hablando de magia? Yo los observo divertida cuando mi mirada se vuelve a cruzar con la de Luca, pero esta vez ninguno de los dos la desvía.
¿Ahora qué?
Definitivamente no te entiendo Luca.