Oculta Verdad

26. El bailecito

Capítulo 26 

Emily

Aprovecho y voy al baño, llamo a mi madre, avisando que llego más tarde para que no me espere toda la noche.

Entro a la cocina y Erikson esta de espalda haciendo no sé qué, pero algo está haciendo.

– Erikson… ¿Por qué no me lo dijiste antes? – pregunto divertida, refiriéndome a su nombre.

Él gira mirándome serio.

– No es lindo nombre, no me gusta – exclama este negando con la cabeza. Me acerco y veo que está cortando algunas verduras.

– Dime en que te ayudo Mr. Erikson – hablo aguantándome una risita colocando los codos sobre la mesada.

Me pasa las verduras que faltaba por cortar y termino picando solamente las cebollas.

¿Por qué cebollas?

Me harán llorar.

– Sólo dime Erik, por favor no molestes con eso – habla con una expresión divertida.

Sólo sonrió por su comentario.

El olor inunda mis narices, estoy observando cada movimiento de Erik.

– ¿Tú siempre te quedas a preparar todo? – pregunto recogiendo los utensilios de un costado.

– Los primeros tiempos no – habla sacando su móvil y reproduciendo una canción.

– Pero luego aprendí a cocinar, yo necesitaba el dinero y ellos dejaban muy buena propina – exclama acercándose donde yo me encuentro, huele exquisito lo que está preparando, no me lo ha dicho, pero sé que es Spaghetti a la boloñesa, lo sé por los ingredientes que utilizó.

Antes solíamos preparar con mi madre, hasta que el trabajo la alejo de todas las cosas que hacíamos juntas.

No sé en qué momento paso tan rápido el tiempo.

Se escucha un ruido afuera y Erik va rápidamente a cerrar la puerta blindada de la cocina, los de afuera no pueden vernos, pero de este lado se ve todo.

Están hecho con demasiada seguridad ¿Cómo no lo había pensado antes?

– Yo los recibo, tú no te muevas de aquí – avisa para luego dirigirse hacia el lugar que provenía el ruido.

Quedo mirando como llegan varios señores, todos con traje, sólo hay un Joven, tendrá unos 22 años o más, que lleva sólo camisa y el saco lo tiene bajo el brazo.

Erikson los recibe indicando el lugar con las mesas preparadas exclusivamente para ellos y lo veo volver hacia donde me encuentro.

– Recién cuando todos lleguen, quieren que sirva el vino – habla entrando a la cocina.

 – Ven – habla nuevamente Erik que agarra una pequeña escalera y sube pasándome 10 copas que se encuentran guardado con los vinos.

No sabía que había tantas bebidas alcohólicas.

La cena ya estaba lista, igual que las copas y el vino enfriándose.

Yo observo a los que se encuentran del otro lado, están fumando y riendo entre ellos.

Aún hay como 5 asientos vacíos, observo a Erik que está haciendo un bailecito al ritmo de la música.

– Bailas horrible – exclamo divertida.

– ¿Tú acaso estas criticando mi exclusivo baile hecho para ti? – pregunta fingiendo estar ofendido.

– Oh no al contrario, deberías enseñármelo algún día – hablo aguantándome una carcajada.

Él me dirige una mirada divertida y yo voy por un refresco.

– ¿Estas saliendo con alguna chica? O ¿Algún chico? – pregunto a Erik que está mirando hacia la puerta blindada. 

Gira bruscamente mirándome sorprendido.

– No estoy saliendo con ningún chico – afirma con mucha seguridad.

– Entonces ¿No estas saliendo con nadie? – cuestiono sorprendida.

– No – responde inmóvil. Me sorprende que alguien como el este soltero.

Cumple con todas las características que un novio pueda tener y cuantas chicas quisiera tener alguien como Erikson en sus vidas, no voy a negar que es muy guapo, inteligente, sabe cocinar y hasta un espectáculo de stripper te hará.

Erik emite una tosecilla aclarándose la garganta.

– ¿En qué estás pensando criatura de Dios? – exclama sin dejar de mirarme.

Carcajeo tapándome la cara. – No estaba pensando en nada – hablo entre risas.

– Hace unos años estuve una relación y me costó mucho superar eso – una triste sonrisa se dibuja en su rostro.

– Esta bien, no tienes que contarme – exclamo con una gran sonrisa en mi rostro.

– Gracias – pronuncia sonriendo al igual que yo. Se nota que le costó superar, pero ahora se ve bien, en sus ojos veo que esta mejor.

Si no estamos bien con esa persona a la que llamamos pareja lo mejor es dejarlo ir, aunque te duela, la salud mental es primordial. La relación debe ser sana. Es el consejo que siempre me da mi madre, a veces pienso que ella habrá sufrido mucho por culpa de mi padre y no quiere que cometa el mismo error.

 




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