Oculta Verdad

30. La conversación I

Capítulo 30 

Emily

Había despertado a causa de un mal sueño, entonces decidí pasar por casa de Luca, no estaba segura de hacerlo, no quería llegar en un momento inoportuno como la otra vez.

Al llegar toco la puerta y me abre de inmediato.

Sonrío antes de hablar, se habrá despertado recién porque tiene el pelo todo despeinado.

De alguna u otra manera siento que lo extrañe.

– ¿Cómo estás? – pregunto esperando a que me invite a pasar, pero no lo hace.

Oh…

Debí imaginarlo.

¿Cómo no me di cuenta de que venir sin avisar no era buena idea?

Lo sabía e igual estoy aquí.

– Yo ya me iba – exclama un chico apareciendo al costado de Luca, noto que es el mismo joven de la noche anterior.

¿Cómo había dicho Erik que se llamaba?

¡Santos! Si es el mismo chico. 

Quedo paralizada por un momento retrocediendo unos pasos.

– Hola linda – saluda refiriéndose a mí, lo miro con seriedad sin articular ni media palabra, Luca reacciona de inmediato.

– Ya vete – exclama y veo que el otro chico se aleja unos pasos de la puerta, pero no se va.

– A ver cuando me la presentas – espeta mirándome sin descaro.

Ya se demasiado ¿Por qué mejor no me hablan con la verdad de una vez por todas? Miro a luca por un momento, como si quisiera que leyera mi mente.

Y si eso implica tener que entablar una conversación con este sujeto, lo voy a hacer.

No sé en qué momento me volví tan valiente para enfrentarlo.

– Emily Santana – exclamo sin desviar la mirada de la suya, una vaga expresión de sorpresa se dibuja en su rostro. Escucho a luca susurrar mi nombre, pero lo ignoro por completo.

– ¿Santana? – indaga repitiendo mi apellido. Carcajea cruzándose de brazos.

– ¡No puede ser! – habla colocando ambas manos en la cintura. Lo miro con seriedad sin importarme su estúpida expresión de burla.

– Lárgate – habla Luca con expresión de enfado.

– Me voy, pero tenemos una charla pendiente Cooper – avisa aun mirándome.

Idiota.

– Pasa, por favor – habla Luca haciendo un gesto con la mano.

¿Acaso este imbécil me conoce?

Me adentro sentándome en el sofá que se encuentra en medio de la sala.

Aun me encuentro desconcertada.

– ¿Quieres tomar algo? – pregunta Luca haciéndome volver a lo que realmente importa.

– No, estoy bien ¿Podemos hablar ahora? – pregunto mirando hacia su habitación que se encuentra arriba, deseando que no salga la chica que estaba aquí cuando vine a verlo.

– Si ¿De qué quieres hablar? – indaga dudando de sus palabras. Se acerca a mi quedando en una distancia muy buena y no veo a nadie salir de su cuarto deduzco que se encuentra sin compañía alguna

– Sabes muy bien – exclamo en un susurro. – ¿Quién era? – pregunto dudando, sólo espero que esta vez sea sincero y no me oculte nada, porque realmente me decepcionaría aún más.

– Él… – habla haciendo una pausa respirando profundamente, como si pensara detenidamente en lo que va a decir.

No me va a decir nada.

– No es nadie importante – espeta desviando su mirada al televisor que se encuentra apagado.

No sé qué es lo que me da más rabia…

¿Qué me mienta? O ¿Qué piense que no me doy cuenta de su actitud?

Lo conozco demasiado para saber que está mintiendo, si no supiera todo lo que se, igual sabría que algo está mal.

– ¿Tú sabes en lo que te estas metiendo, trabajando con él? – pregunto y veo como Luca gira bruscamente mirándome sorprendido.

– Todos lo conocen – afirmo muy segura de lo que estoy diciendo, no tengo idea de que tanto lo conozcan, pero fue lo primero que vino a mi cabeza.

– ¿Cuándo cambiaste tanto? – vuelvo a preguntar y Luca no dice absolutamente nada.

El silencio de su parte me desespera.

¡Habla!

Al ver que no reacciona hablo nuevamente.

– Me siento tan mal de ver en lo que te has convertido, te empeñaste en alejarte de los demás y quisiste superar todo esto solo ¿Lo lograste? – exclamo levantándome.

No soporto el ambiente, además ni siquiera está siendo sincero y eso es lo que más me molesta.

– Eras la única que no se daba cuenta – espeta Luca soltando una risa sarcástica. Yo lo miro sin entender a qué se refiere.

– ¿De qué hablas? – cuestiono confundida.

– Hablo de la obsesión que sientes por tu mejor amigo – exclama haciendo una pausa. – La obsesión hace que no te des cuenta de muchas cosas – termina de hablar, bajando el tono de voz, pero sin desviar la mirada de la mía.

En parte tiene un poco de razón.

Pero no digo absolutamente.

Lo que acaba de decir me deja sin palabras, es justo de lo que me había dado cuenta días atrás, él no tiene idea de nada.

No le voy a demostrar que tiene razón, este chico ya no es el mismo, creí que lo conocía, pero es totalmente diferente ahora.

¿En qué se había convertido?

Puedo ver que sus ojos celestes cambian de color a un celeste intenso, solo ocurre eso cuando la situación es mucho más de lo que él puede controlar.




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