31. La conversación II

Capítulo 31

Luca

Digo lo que tenía atorado hace mucho tiempo y veo lo sorprendida que está Emily.

Tal vez mis palabras no fueron las más buenas, pero al menos lo intente, tampoco quiero que piense que estoy siendo duro con ella, cuando fui yo quien tuvo una mala actitud con todos.

– No tienes idea de lo que estás hablando – habla con aire de tranquilidad.

– Se de lo que hablo – exclamo de inmediato.

– ¡No sabes! – me interrumpe. – No sabes nada, no después de haber desaparecido por un mes entero, estaría mejor si no me enterara de todo esto – habla con el tono de voz casi inaudible.

Esto me sorprende.

Entonces lo del aquel día no fue sólo mi imaginación.

No sé qué pensar después de todo lo que ha dicho.

Ella está decidida a marcharse, pero se detiene mirándome fijamente.

– Nada te justifica para actuar como lo estás haciendo – exclama sin desviar la mirada de la mía.

– Hay personas que se preocupan por ti ¿No pensaste en eso verdad? – habla haciéndose a un lado, dejándome sin expresión alguna.

Estoy por responderla, pero me interrumpe.

-No me corresponde cuidarte de lo que está bien o mal – es lo que dice esta vez sin mirarme, fijando la vista a la salida.

– Emily ¡Espera! – hablo tratando de que vuelva a mirarme, necesito comprobar si esto es real.

No vuelve a mirarme, pero antes de salir habla por última vez.

– Eres todo lo que alguna vez llegaste a odiar – exclama al irse.

Quedo paralizado un momento viendo como Emily se marcha cerrando la puerta.

No reacciono.

Cada una de sus palabras me dolieron como nunca, porque sé que tiene razón, aunque no lo quiera ver. Es así.

No voy atrás de ella, sólo quedo inmóvil, analizando todo lo que había pasado.

Sé a lo que se refiere y no estoy orgulloso de esto.

Mierda.

Cada palabra suya hace eco en mi cabeza y no lo puedo evitar.

Ella sabe demasiado, pero ¿En qué momento?

Me pregunto ¿Qué más sabe acerca de esto?

Dicen que las cosas pasan por algo, pero a veces no hay justificación para lo que pasa o lo que no.

Estuve tan cerca de confesarle todo lo que sentía, de hablar acerca de esto, pero creo que no era el mejor momento.

Siento vibrar el móvil en el bolsillo de mi pantalón. Lo saco y veo que es un mensaje de Santos con la dirección en donde debía llevar el siguiente paquete.

Dudo que esto sea lo que hubiera querido Meli para mí.

De lo único que estoy seguro es que voy a volver a la Universidad, en realidad ya volví, la cosa es que tratare de hacer lo correcto como me lo dejo escrito en aquella carta.

Realmente estaba bien antes de que todo se cayera, no será fácil volver a la normalidad, pero al menos lo voy a intentar.

Mi vida ha cambiado demasiado en tan poco tiempo que extraño lo que era.

Pero, valdrá la pena.

Estoy convencido de eso.