Capítulo 38
Emily
Antes de entrar al auto, Derek vuelve a hablar.
– ¿A tu casa? – cuestiona entrando a su coche.
Estoy por abrir la puerta, pero logro visualizar a Luca del otro lado mirándome fijamente.
Está con el semblante serio e inmóvil.
Lo miro por unos minutos antes de que Derek me vuelva a interrumpir.
– ¿Emily? – indaga mirándome por debajo de la ventana que se encuentra medio abierta.
– Sí, a mi casa – exclamo entrando al auto, colocándome de inmediato el cinturón de seguridad.
Suelto un suspiro.
¿Por qué es un alivio dejar de mirarlo? Si apenas unos días estaba esperando volver a verlo.
No lo sé.
– ¿Qué pasó entre ustedes? – espeta poniendo en marcha su coche.
Se refiere a Luca, lo sé.
– ¿Qué? – exclamo como si no entendiera su pregunta.
– Luca y tú ¿Acaso…? – empieza a hablar, pero lo interrumpo al instante.
– No pasó nada entre él y yo – aseguro haciendo una pausa manteniendo la vista al trayecto, tratando de convencerme a mí misma.
En realidad, no paso nada o eso es lo que quiero creer.
– No hay nada fuera de lo normal – vuelvo a decir, está ves hablo con la verdad.
Observo de reojo que él voltea a mirarme, pero yo no lo hago.
– No es normal las miraditas que se echan – habla poniéndole volumen a la canción que acaba de empezar en la radio. Lo hizo para que la conversación no continuara y eso es justo lo que quería. No quiero hablar con él acerca de esto.
Tatarea la canción y empieza a cantarla, reconozco muy bien la letra…
I want to know you.
I want to see.
I want to say, hello…
Cierro los ojos recostando la cabeza por el asiento.
¿Cómo le digo a mi mejor amigo que creí haber estado enamorada de él?
¿Cómo le digo que me equivoque con mis sentimientos y en realidad sólo lo quiero como lo que es, un gran amigo?
¿Cómo le digo que confundí obsesión con otro sentimiento?
¿Y cómo confío en el nuevamente?
¿Cómo le digo que me estoy enamorando, sin decirle de quien se trata?
Mejor no le digo nada.
– Oye, llegamos – exclama Derek sacándome de mis pensamientos. Ha bajado el volumen de la emisora…
– Oh, gracias – hablo desabrochando el cinturón.
– Nos vemos mañana – aviso regalándole una media sonrisa.
– Nos vemos mañana – repite lo mismo que había dicho, pero con una sonrisa de boca cerrada.
No me había tomado el tiempo de pensar en lo que mi madre me había dicho, porque estaba pensando en otra cosa.
“Cariño, debemos hablar”
El tono de voz con el que me habló me dejó sorprendida, pero no sé de qué quisiera hablar.
Derek ya se marchó y yo aún estoy parada en frente de mi casa.
¡Vamos Emily!
No creo que sea tan grave, no recuerdo haber hecho nada malo para que se enfade conmigo.
Río en voz alta y me dirijo a la puerta.
Abro y a simple vista no logro ver a nadie.
– Madre… – exclamo desde la sala.
– Ya estás aquí, hola – saluda llegando hasta donde me encuentro, dejando unos besos en mis mejillas.
Pero, si está tan tranquila.
– ¿Está todo bien? – pregunto sentándome en uno de los sofás que se hallan en la sala.
– Sí – habla con una sonrisa de oreja a oreja. – No, ya no lo puedo ocultar – vuelve a decir, cambiando totalmente su expresión.
La miro confundida.
– Hay cosas que debes saber – exclama sentándose a lado mío.
– Te escucho – hablo con mucha serenidad.
Pero, por dentro estoy imaginando miles de cosas que puede llegar a decirme.
– Hace tiempo yo decidí no decirte muchas cosas- habla cuidando de cada palabra que va a pronunciar. – Nunca dudes de que todo fue por tu seguridad – sigue hablando y yo sigo sin entenderla. – Él quiere formar parte de tu vida y sé que es muy tarde para eso, pero tienes el derecho de saber quién es – termina de hablar, su expresión sería sigue intacta.
¿Por mi seguridad? ¿A qué se refiere?
¿Él?
¿Formar parte de mi vida?
¡Claro!
Se refiere a mi padre
Abro la boca para hablar y ella asiente con la cabeza como si estuviera en mis pensamientos.
– Tu padre – afirma bajando la cabeza, como si no quisiera mencionarlo.
– ¿Por qué ahora? ¿Por qué después de tantos años? – cuestiono con un poco de enfado y rabia a la vez.
Tantos años sin saber quién es, sin buscarlo y se aparece justo ahora.
– Entiendo que te estarás haciendo muchas preguntas, solo debes darle una oportunidad – exclama tomando mi mano.
– Vendrá esta noche – habla nuevamente.
¿Qué?
¿Cómo que esta noche?
Por un momento ninguna de las dos dice nada.
– No olvides que todo lo hice para protegerte de él, de su mundo – exclama besando mi mano.
¿Protegerme de su mundo?
Eso no suena a que sea un hombre común y corriente.
– Oh mamá – exclamo lanzándome a sus brazos, envolviéndola en un fuerte abrazo.
Ella siempre decía que me estaba protegiendo y nunca lo tomé tanto en cuenta como ahora, creí que solo era sobreprotectora conmigo al igual que todas las mamás. Pero ahora estoy dudando de eso.
Puedo ver que está sufriendo a causa de esto.
A él no le bastó hacerla daño con su ausencia, al contrario, ahora vuelve como si nada desordenando todo lo que le costado tanto construir a mi madre.
– Debo ir a la cafetería – hablo soltándola suavemente.
– Nos vemos a las ocho, trata de no llegar tarde – exclama besando mi frente.
Me levanto para marcharme, pero antes vuelvo a mirar a mi madre que se encuentra aún sentada.
– Te amo mami – exclamo con una sonrisa de boca cerrada.
– Sabes que yo a ti también Emi – habla de la misma forma en que yo lo hice.