Capítulo 43
Emily
– ¿Bueno? – hablo al ver que no tengo registrado el número. – Soy yo ¿Dónde estás, cariño? – exclama mi madre desde el otro lado de la línea.
– Estoy con Luca, salimos a desayudar – informo esperando su respuesta. – ¿Estas bien? – cuestiona.
– Estoy bien, no te preocupes – aseguro, observo a Erik volver con una bandeja plateada en sus manos. – Te veo en casa – anuncia cortando la llamada.
Se que mi madre no tiene la culpa, pero solo necesito un poco de espacio.
– Disfrútenlo, me retiro para seguir con mi labor – comenta Erikson volviendo a la cocina, lo desconozco, él no es así.
¿Quién es y que hizo con el Erikson que yo conocí?
Observo la bandeja que tengo en frente y a Luca que sonríe, me percato de que unas de las servilletas tienen escrito algo.
"Tus ojos brillan aún más estando cerca de él"
Erikson...
Se que fue el, no pudo haber sido otra persona.
Un pastel en forma de corazón y dos tazas de café a sus costados adornan la bandeja plateada, lo más simpático es que desde que entre a trabajar aquí, nunca hubo promociones para parejas.
– Podría quedarme toda la vida así y no me quejaría – confiesa colocando sus codos sobre la mesa. No sé qué responder. – Pero, debo comenzar a devorar este pastel que se ve tan bien – exclama llevando una cachara llena de pastel a su boca. Solo Luca puede ser tierno y luego actuar normal como si no hubiera dicho nada. Es lo que siempre ha hecho.
Y es lo que más me gusta de él.
Su manera sutil de decir las cosas.
– Esta... Mmm buenísimo – habla con la boca aun llena de pastel, hasta me dieron ganas de probarlo. Tomo la otra cuchara y lo saboreo, realmente está muy bueno.
Luca me mira por un momento y acerca sus manos a mi rostro.
– Tienes un poco aquí... – pronuncia limpiando mi labio inferior con su pulgar. Su cálida piel me da un cosquilleo.
No hagas eso.
– Gracias – exclamo pasándome el dedo por el mismo lugar. Esta situación aún no me perece del todo real, es como si estuviera esperando este momento y cuando ya sucede, no me lo creo.
Lo bueno de todo esto es que estoy aclarando mis sentimientos y es justo lo que quería.
– ¿En qué piensas que no me estas escuchando? – indaga moviendo sus manos en frente de mi cara.
En ti Luca, pienso en ti.
– En nada... ¿Qué decías? – pronuncio mirándolo. – ¿Ya no vas a volver? – cuestiona, sé que se refiere a la cafetería, pero no sabría por dónde empezar a contarle.
– Solo esta semana – afirmo, me pregunto tantas cosas y no se quien pueda respondérmelas todas.
¿El Sr. Louis sabía quién era yo?
Yo tengo el apellido de mi madre, no hay manera de que sepa quién es mi familia, a no ser que supiera también de ella.
Ahora empieza a cuadrarme muchas cosas.
– Emily... – interrumpe mis pensamientos por segunda vez. – Lo siento – me disculpo y lo miro con las cejas arrugadas al ver que se ha acabado el pastel.
Luca se da cuenta y suelta una carcajada. – Tu estabas distraída – se excusa cambiando su expresión divertida a una seria.
– No voltees – ordena mirando por encima de mis hombros.
– ¿Por qué? – espeto, pero él no dice nada. Una figura aparece en mi campo de visión acercando una silla a nuestra mesa.
Santos.
Buena manera de arruinar un gran día. Me dirige una mirada rápida sentándose en medio de Luca y yo.
– ¿Podemos hablar? – exclama mirando a Luca. El me mira como si estuviera esperando una mirada de aprobación de mi parte. Mis labios se encorvan en una leve sonrisa. – Solo será un momento – habla nuevamente el joven que acaba de llegar.
Luca se levanta, Santos hace lo mismo siguiéndolo hasta la salida, volteo para observarlo, no puedo descifrar lo que dicen.
– Te tiene mal... – opina Erikson, haciendo que dé un pequeño brinco en mi asiento.
– Me asustaste – murmuro, viendo cómo se sienta en el lugar en donde se encontraba Luca anteriormente. – Esto estuvo muy lindo – habla tapándose la boca inmediatamente.
– ¿Promoción para parejas? – indago arqueando una ceja. Se levanta sin responderme. – ¿A dónde vas Erikson? – cuestiono y se va sin voltear a mirarme.
No podrás evitarme por mucho tiempo.
Luca se había ido solo por unos minutos y aún no ha vuelto, ya paso una hora.
Me quedo observando a Erikson como viene y va con los pedidos, pero en ningún momento volvió por esta mesa.
Me levanto a buscar mi uniforme al casillero de empleados y en unos minutos salgo dirigiéndome a la cocina.
– Quisiera pagar la cuenta – exclamo a otro compañero ya que Erikson salió a comprar comida.
El reloj que se encuentra en medio de la cocina marca las 12 del medio día, observo a Erik entrar con unas cuantas bolsas. – Te traje comida – exclama con una sonrisa, colocando las bolsas en la mesada. – Esto es solo porque ya no vendrás, aprovéchalo – menciona, sé que es así, Erik no es de las personas que demuestra algún tipo de afecto hacia los demás y valoro todo lo que ha hecho por mí en todo el tiempo que estuve aquí.
No quiero sacar conclusiones precipitadas, pero desde que empezó haber una buena amistad entre él y yo, supuse que no les gustaban las chicas. La forma en que actúa con los hombres es totalmente diferente. No estoy asegurando nada, solo digo lo que me parece.
Me inspecciona como si estuviera pensando en cochinadas, lo conozco demasiado.
– ¿Por qué me miras de esa manera? – cuestiono probando la comida que trajo.
– ¿Cómo te estoy mirando? – indaga haciendo como sí no entendiera lo que digo. – Así, lo estás haciendo de nuevo – exclamo a la vez que un golpe se escucha y alguien se adentra a la cocina.
– ¿No has visto el cartel de "Solo personal autorizado" ? – espeta Erikson con seriedad. Me sorprende la rapidez con la que cambia la expresión que tenía hace un momento. Debería adicionar para algún casting, pero eso no es lo que más me sorprende, lo que me deja sin palabras es verlo acá.