Oculta Verdad

45. Leonard Hollinson

Capítulo 45

Emily

Después de mucho tiempo volví hablar con él de esa manera, a pesar de todo nuestra amistad sigue intacta como años atrás y que bien se siente saber que nada ha cambiado, es reconfortante poder charlar nuevamente con alguien tan cercano como lo es Derek.

Toco la puerta de la oficina del gerente. – Adelante – se escucha del otro lado al instante.

No sé porque me siento tan nerviosa, literalmente me tiemblas las manos.

Calma Emily.

Calm...

Mi mente se queda en blanco al verlo aquí nuevamente.

¿No le quedo claro lo de ayer?

– Yo... puedo volver después – afirmo volteando para retirarme. – Por favor, quédate – indica el gerente Louis levantándose de su asiento, llega hasta a mí. – Damos por finalizado tu estadía en Wady Café – sonríe saliendo de su oficina.

¿A dónde va?

No me deje a solas con este señor.

Me quedo inmóvil cerca de la puerta. – No dormiste en tu casa – habla serenamente sin voltear hacia a mí.

Una irónica sonrisa se escapa de mis labios.

– Entiende que es un desconocido para mí y prácticamente sabe absolutamente todo lo que hago ¿Cómo cree que me siento? – la seguridad con la que hablo me sorprende, me acerco hasta quedar a lado de la silla que está a su lado, pero no me siento.

– Escucha, debía saber de ti, debía asegurarme de que no te metieras con malas personas – lo interrumpo antes de que siga. – Yo no quiero saber de usted – exclamo, sé que suena cruel y hasta a mí me dolerían mis propias palabras, pero siento que he vivido engañada todo el tiempo.

Aun sigo parada, estiro el sillón y me siento manteniendo una gran distancia entre ambos.

No sé qué es lo que sabe de mí y eso me tiene inquieta.

– Hice todo lo posible para que estés cerca de tu mejor amigo, pero tu insistes en estar cerca de él ¿No te das cuenta de que el chico ese... Luca no es bueno para ti? – termina de hablar mirándome por primera vez desde que entre por esa puerta.

Cada palabra que sale de su boca me sorprende más que la anterior. Si me conoce tanto, también conoce a Luca y sabe que él puede hablar de las cosas turbias que pasan aquí.

Otra sonrisa se dibuja en mi rostro, esta es vez es sincera.

– Tú no estás aquí por mí – afirmo haciendo una pausa para luego continuar. – ¿Acaso tienes miedo de que Luca ponga en duda tu prestigiosa imagen Señor Hollinson? – indago cruzándome de brazos. Tampoco soy una tonta, me tome el tiempo de investigar quien es mi padre y Erik me ayudo con eso. Es un hombre intachable, pero con un pequeño detalle, limpia los desastres ajenos como buen abogado.

Los nervios que sentía hace un rato se esfumaron en el aire.

– No hables de lo que no sabes – comenta moviéndose incomodo en su lugar. – No eres el único que lo sabe todo – afirmo entrando en confianza, es obvio que no lo esperaba.

Me pongo de pie, esperando algo más de su parte, pero nada, no dice absolutamente nada.

Es momento de irme, dejar este lugar.

Una sonrisa se dibuja en mi rostro, perdí la cuenta de las veces que me ha causado satisfacción esta conversación.

– No te preocupes por Luca, puedo asegurarte de que yo lo conozco mejor y tu imagen está segura – informo saliendo de la oficina, me quedo mirando la puerta, es la última vez que estaré aquí.

La sensación que recorre mi cuerpo es tan agradable.

No puedo creer que apareció solo por eso, no le guardo rencor, pero tampoco lo quiero cerca.

Luca no es capaz de hacer nada, es demasiado bueno.

– ¿Te vas? – pregunta Erik apareciendo en mi campo de visión. Asiento con una triste sonrisa en mis labios. – Te voy a extrañar – exclamo acercándome para darle un abrazo. – Lo sé, lo sé – habla dándome unas palmadas en la espalda.

Es tan presumido.

– Me tengo que ir – habla acomodándose la gorrita. – Cuídate – advierte antes de irse.

Lo bueno que rescato de haber estado aquí, fue conocer a Erik.

Salgo del establecimiento recordando el día que, entre aquí. Debió parecerme raro el hecho de que me contrataron sin hacerme tantas preguntas y...

¿Para qué? Si ya sabían de mí.

Todo cobra sentido ahora.

Camino en dirección a mi casa, observo a cada una de las personas con las cuales me cruzo, unos van riendo entre ellos y otros simplemente se enfocan en su trayecto. La brisa de otoño se hace presente y sin darme cuenta estoy en frente de mi casa. No tengo llaves, espero este abierto.

Abro la puerta de la entrada y casualmente no tiene seguro.

¿Mama estará en casa?

Me adentro y si, mi madre se encuentra en la sala.

– Cariño, ven aquí – voltea mirándome. – Hola... ¿No fuiste a trabajar? – hablo a la vez que me acerco para dejar un beso en sus mejillas.

– Pedí que me dieran la tarde libre – comenta, aun esta angustiada. – ¿Estás bien? – indaga, asiento con la cabeza.

– Me inquieta saber que Leonard está cerca – expresa recostándose en el sofá.

Leonard Hollinson, mi padre. Derek tenía razón. No importa quien sea o que es lo que haga, él no me define y no formara parte de vida, eso lo dejó claro, no quiere cambiar su vida por una familia y esa es justamente la razón por la cual nos dejó.

– Esta bien, no hace falta hablar de él – menciono, hacer como que nunca lo conocí, no servirá de nada, solo me queda aceptar que nadie es perfecto y que todos cometemos errores, no esperaba conocerlo y tampoco esperaba enamorarme e igual sucedió. Las cosas pasan porque deben pasar y está bien.

Necesito darme una ducha. – Lo hiciste bien – hablo poniéndome de pie. – ¿El que? – cuestiona mi madre entre cerrando los ojos. – Supiste continuar sin él y formaste una familia muy bonita – ella entiende a que me refiero, lo que soy ahora es gracias a ella.

– Lo hicimos bien – afirma con una gran sonrisa en su rostro, eso es lo quiero ver siempre en ella. Quiero que este bien, que estemos bien como siempre ha sido.




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