Capítulo 47
Derek
Desperté muy temprano hoy, luego de desayunar salí a buscar el regalo para Sandy, ya le había felicitado cuando me levanté.
Llevo manejando unos 20 minutos cuando de repente veo a Emily con el chico de la cafetería, olvide su nombre. Están entrando en una tienda donde venden disfraces, estaciono a un lado, adentrándome en la misma tienda.
Observo todo lo que hay, el lugar es enorme y los estilos son muy variados. Desde disfraces infantiles hasta disfraces para Halloween.
– ¿Erik, esta bueno este no? – pregunta sosteniendo un disfraz de Gatúbela en sus manos. Ya recuerdo su nombre. Erik se encuentra del otro del pasillo. – Si esta bueno – hablo apareciendo en frente de ella. Sonríe arrugando las cejas.
Últimamente me parece muy lindo cada gesto que hace.
Eso es un problema.
– ¿Buscas algún disfraz, Elvis? – bromea dejando la ropa en donde estaba. – Emm, tú puedes ser cupido – exclama pasándome dicho disfraz. Tiene unas alas hacia atrás y un pantalón blanco, se supone que se usa sin remera. Pero a un costado tiene una remera del mismo color que el pantalón y para completar tiene las flechas de corazones.
– No usaría eso jamás – hablo soltando una carcajada, en realidad si lo usaría.
– Oye, Emi... – comienza a hablar el chico que la acompañaba a la vez que se acerca a nosotros.
– ¡Hola! – exclama con ánimo.
– ¿Creen que este esto bien? – indaga con una máscara de payaso en su cara. – Déjame ver, llévate esto y... – Emily empieza a elegir varios disfraces para Erik. – También puedes probar este y estos – termina de hacer una elección de lo que se va a probar su amigo que lo mira con sorpresa.
– ¿Todos? – cuestiona espantado. Esto me causa gracia.
Emily asiente con la cabeza dándole unas palmadas en su hombro, como si estuviera animándolo. Lo que ellos son ahora, era exactamente lo que éramos ella y yo.
– ¿Quieres comer algo? Me temo que esto va a tardar un poco – exclamo, al lado hay un pequeño bar donde también venden cosas para comer. – Por favor – habla divertida.
Hay solo un banco, así que lo compartiremos, es justamente para dos personas.
Ella se acerca a la joven que está atendiendo el lugar y le pide dos paquetes de papas fritas.
– Yo invito – menciona tirándome la bolsa de papas.
Se acerca con un refresco grande en sus manos.
– Dos por uno – anuncia dejando el refresco en un costado
Eso nunca falla, siempre que salíamos ella pedía un refresco grande para tomarlo juntos.
– Oye – hablo viendo cómo se prepara para comer las papas. – Yo... Voy a terminar con ella – pronuncio lentamente cada palabra. Ella toce levemente.
– ¿Por qué? – le da un sorbo a su refresco luego de hablar.
– ¿Por qué? – repito lo que ella había dicho. – Porque ya no puedo estar con alguien si ya no siento lo mismo que sentía antes – confieso lo que quería decirlo desde hace un tiempo, no podía hablar con nadie más de esto.
– No entiendo... – hace una pausa metiéndose otra papa en la boca. – Se veían bien, se veían enamorados – otra vez bebe de su refresco.
Debo decirlo.
– Creo que... me gusta alguien más – ya está, lo dije. – No hablas en serio ¿Verdad? – espeta abriendo los ojos exageradamente.
Sonrío quitándole el refresco de su mano, me lo bebo.
– ¿La conozco? – cuestiona sacándome el vaso.
No sé qué decir, pienso en que no debí hacer esto, pero no hay vuelta atrás.
Me mira esperando una respuesta, me mira con ganas de saber quién es...
¿Cómo le digo que es ella?
Y lo peor de todo, es que no sé cómo paso, yo estaba bien hasta que la vi sonreír con alguien más y sentí que yo podía ser esa persona que estaba con ella en ese momento.
– Lo siento, sé que no tengo derecho a reclamarte nada, pero verte tan bien con otras personas y tan distante de mí, hizo darme cuenta de que... – hablo enredándome aún más, pero ella me interrumpe antes de seguir.
– No lo digas – su mirada fijamente en la mía.
¿Qué no lo diga?
Ya lo estoy haciendo.
No espero que ella sienta lo mismo, no me lo merezco, porque se supone que estoy saliendo con Sandy, no se supone, realmente es así.
Pero al menos tiene que saber lo que siento...
No sé si este confundiendo las cosas o realmente sería capaz de dejar todo por la persona que siempre ha estado para mí.
Ella.
Emily.
Es más que una amiga, siempre va a ser así.
De un momento a otro dejo de pensar en lo que debo decir y solo me dejo llevar por lo que me grita el corazón desde hace tiempo, me acerco lentamente a ella acariciando suavemente su mejilla con mi pulgar. Emily esta inmóvil, no reacciona.
Es una malísima idea e igual tengo que hacerlo.
– No lo hagas, esto no funciona así. No voy a dejar que me confundas nuevamente... – expresa tomando aire. – No ahora... – ni siquiera me está mirando.
¿Nuevamente?
Me separo poniéndome de pie mirándola, evita el contacto visual y eso de alguna manera me hace sentir mal.
¿Así es como se sentía conmigo...
...Confundida?
Y yo que ni en mis pensamientos más descabellados, imagine el hecho de que ella sienta algo más por mí.
– No sabes lo que dices, claramente estas confundido – habla poniéndose de pie al igual que yo.
Tal vez ella llego a sentir algo por más mínimo que sea y en su momento no lo vi.
Y sé que soy un idiota a veces.
– Créeme que si lo sé – susurro, visualiza hacia donde había dejado a Erik, pero aún no volvió. Entonces aprovecho el hecho de que esta distraída y la tomo de la cintura, antes de que pueda reaccionar junto mis labios con los suyos.