Capítulo 48
Emily
Sin darme cuenta me jala de la cintura acercándome a él plantándome un beso, no puedo corresponder a ese beso.
– ¡No! – espeto separándolo bruscamente de mí. Por mi cabeza nunca se cruzó vivir esta situación o al menos no en este momento de mi vida. Esto no es mutuo, a él lo quiero y mucho, pero no de la manera en que él lo está viendo ahora.
Se queda mirándome con una sonrisa en su rostro.
– Eres como un herm... – no logro continuar porque me interrumpe. – Lo sé, solo quería aclarar mis dudas – exclama comiendo sus papas con normalidad.
Realmente no me lo creo.
He estado mucho tiempo atrás de él y no logro entender porque está haciendo esto ahora, me alegra haberme dado cuenta de que mis sentimientos por Derek no van más allá de una gran amistad. Esta situación hace que una extraña sensación recorra todo mi cuerpo y es incómodo para mí.
Espere por esto mucho tiempo y ahora siento que no puedo mirarlo a la cara.
– No hagas que esto se vuelva incómodo para ambos – sugiero mirando en cualquier otra parte para no verlo a él.
– Yo... lo que menos quiero es que las cosas vuelvan a cambiar entre nosotros – suelta poniéndose en frente de mí con una triste sonrisa.
– Supongo que, estamos bien – menciono desviando nuevamente mi mirada hacia otro lado, recuerdo las veces que dejó de lado nuestra amistad para salir con Sandy y eso me hacía sentir mal, en ese entonces solo lo tenía a él. De algún modo duele ver como elijen amor antes que amistad.
– Fue algo muy difícil, pero... – empieza a hablar Erik acercándose a nosotros, se detiene al vernos. – Te la robo un momento – habla mirando a Derek.
– ¡Claro! Adelante – es lo último que dice antes de que Erik me arrastre llevándome hacia el otro lado de la tienda.
– ¿Qué se supone que estás haciendo? – exclama con una mirada acusadora. Volteo para mirar a Derek, pero ya no está.
Miro esta vez a Erik y no sé qué decir. Aún estoy estupefacta.
– Va a dejarla – hablo procesando lo que había pasado hace un momento. – ¿Qué dices? – cuestiona el chico que tengo en frente.
– Derek va a terminar con Sandy – mi mirada se pierde entre tantas telas.
– ¿Cómo? – exclama con la misma expresión que puse yo al enterarme. – ¿Nada mas así? – vuelve a preguntar. Asiento con la cabeza para dejar de hablar del tema.
– ¿Si conseguiste algo? – indago mirando los disfraces que se los había dado.
– Si, pero no te lo voy a mostrar – habla mostrándome un semblante serio.
Erikson eres tan bipolar.
Antes de pueda ver lo que está llevando, me coloca unas botas de color rojo en frente de mis narices. – Están hechas para caperucita, así que te lo compras o te los compro yo – menciona bajando las botitas tipo Slouchy en frente de la joven que se encarga de la caja.
No puedo resistirme, esta precioso.
– Claro que me lo llevo – sonrío imaginándome con el disfraz que aun ni me los probé. Creo que todavía me va a quedar, solo lo use una vez el año pasado para Halloween.
Hace un año...
Hemos recorrido demasiados lugares en busca de algún regalo, pero no sé qué podría llevar, no tengo tanto conocimiento acerca de las cosas que le gusta a Sandy. Erik no se preocupa porque ya tiene lo que va a llevar de regalo.
Después de tanto caminar, paramos a comer algo. La hora paso volando el día de hoy.
Cruzando la calle se logra ver a través de la vidriera varios estilos de trajes de baño, aunque Sandy haya dicho que no era necesario llevar regalo, siento que debo hacerlo y esto le va a gustar. A diferencia de mí, ella si usa muchos trajes de baño, en cada posteo tiene uno diferente.
Salgo contenta como si lo que compre fue para usarlo yo.
– ¿Podemos irnos ya? – habla un cansado Erik sentado fuera de un comedor.
– Salida de chicas Erik, no puedes cansarte. Además, tu compraste más cosas que yo – exclamo con una mueca de tristeza. – Si, pero... – su expresión es como si hubiera visto un fantasma. Volteo para ver atrás de mí, pero no encuentro a nadie.
– ¿Erik? – hago unos gestos con mis manos en frente de su rostro. – No es nada, solo creí ver a alguien – menciona restándole importancia.
A veces este chico es muy raro.
– Ya vámonos, debo pasar por casa de Amy – menciona estirándome del brazo. – Oye... – hablo tomando de su mano en donde tiene la bolsa en que esta su disfraz. – Ya dime que llevas – estoy segura de que no lo hará, solo me gusta molestarlo. – No, Emily no – habla sin expresión en su rostro.
Encorvo mis labios fingiendo una mueca de tristeza, pero termino carcajeando al ver la cara de Erik.
– ¿Puedo ir contigo? – cuestiono esperando a que cambie de opinión, mi casa queda más lejos que la suya y quedamos que iríamos por separado. No hace falta que me responda, su mirada de desaprobación habla por sí sola.
Horas de estar sentada en esta silla en frente del espejo, ya no siento mi trasero.
Está cayendo la noche, las estrellas empiezan a asomarse y la vista que hay desde este salón es increíble.
La señora que está haciéndome el peinado es amiga de mamá. Venimos siempre aquí, su trabajo es muy bueno.
– ¡Listo! – exclama con una sonrisa de oreja a oreja. Me pongo de pie observándome en el espejo que tengo en frente.
Debo confesar que he crecido un poco más que el año pasado, tengo puesto la pollerita suelta de cintura alta color rojo con un Crop Top negro con encajes y no puede faltar la capa haciendo juego con la pollera y mis zapatos. Estoy completamente lista con mi negro cabello enrulado, mi maquillaje con sombras rojas y un labial del mismo color. Realmente tiene unas manos increíbles.