Oculta Verdad

51. ¿No estas feliz?

Capítulo 51

Emily

Ya perdí la cuenta de cuantos tragos me he tomado y no, aun no estoy borracha. El ambiente se volvió muy divertido y las personas a mi alrededor contagian alegría.

Pero no puedo sacarme de la cabeza lo que paso esta tarde con Derek, cuando esa situación pasa por mi cabeza lo veo salir apresurado y Sandy sale corriendo atrás de él.

¿Se abran peleado?

Mientras me tomo otro trago de mi bebida que no sé cómo se llama, pero sabe bien, veo salir a Joshua del mismo lugar de donde salió una Sandy desesperada.

¿Acaso... Derek se enteró de lo que pasaba entre ellos?

No lo sé y no pienso desperdiciar la noche tratando de entenderlos.

Observo a mi alrededor y me pongo de pie en dirección a las personas que están bailando, el alcohol siempre hace que se te salga ese lado atrevido. Y aunque no esté tan borracha, admito que tengo un poco de alcohol en el sistema.

Firme y decidida me dirijo a la pista de baile, pero no logro avanzar ni un paso más, porque una figura se pone en frente mío.

Sonrió al ver de quien se trata.

– ¿No piensas ir a bailar en ese estado y con ese zapato... o sí? – cuestiona sujetando un hacha, en vez de flechar creo que cupido quiere asesinar.

¿Ya dije que no estoy borracha?

– No estoy borracha – aseguro sin desviar mi mirada de la suya, pero como el universo o lo que sea juega siempre en mi contra, me tambaleo y me sostengo del hombro de Luca.

Una sonrisa de burla se dibuja en su rostro.

– ¿Qué decías? – espeta rodeando mi cintura con unos de sus brazos. Lo observo por un momento admirando cada parte de su rostro, el color blanco le queda muy bien.

– Mejor si te quedas aquí, ya has tomado bastante – habla llevándome en donde me encontraba hace un momento, al lado de la barra de tragos.

– Solo he tomado un poco – pronuncio agarrando otro vaso de bebida, esta vez de color celeste.

– No, no es buena idea que te quedes aquí – exclama señalando los tragos que están en frente.

– ¿Quieres? – estiro el vaso hacia él y me lo acepta bebiéndolo todo de una vez. – ¡Oye! – me quejo al ver lo que acaba de hacer, tomo otro vaso con la misma bebida y Luca me saca arrastras hacia afuera estirándome del brazo. Dejo que sus pasos me guíen hasta llegar a unos bancos que están debajo de un árbol, dejando atrás la fiesta que ya se estaba poniendo buena, aunque la música se sigue oyendo.

Con mi última bebida en la mano me siento a su lado, no sé en qué momento soltó su arma asesina, pero ya no lo tiene, solo tiene unas flechas hacia su espalda y aunque no sea su estilo le queda muy bien. Ahora que lo veo mejor, está usando el mismo disfraz que le había ofrecido a Derek esta tarde. Sonrío pensando en lo diferentes que son y en como llegue a confundir lo que sentía por mi mejor amigo, quien diría que iba a terminar enamorándome de Luca.

Estoy enamorada de Luca...

– Deja de sonreír de esa manera – habla mirando el vaso que tengo en la mano.

– ¿Tu no estas feliz? – cuestiono tomando de mi amarga bebida celeste, este ya no sabe tan bien como los otros.

– Lo estoy – menciona quitándome nuevamente el vaso y bebiéndose todo lo que quedaba.

– ¿Ahora donde consigo otro? – hablo mirando el vaso vacío. – Esa es la idea, que se te baje un poco el alcohol – exclama fijando la mirada hacia el frente.

– Solo déjate llevar esta noche, han pasado cosas y nos merecemos al menos por hoy olvidarlas – hablo con toda la sabiduría que me da el alcohol. Voltea mirándome por unos segundos con una sonrisa de boca cerrada.

– No te muevas de aquí – se pone de pie sin dejar de mirarme. – Ey ¿A dónde vas? – cuestiono, pero se va. – Ya vuelvo – habla sin voltear hacia mí.

Con el vaso vacío a un costado me quedo esperando a Luca.

¿Qué se le habrá ocurrido ahora?

– ¿Andas perdida Caperucita? – escucho alguien acercarse, pero no reconozco la voz, hasta que llega a mi lado sentándose en donde estaba Luca hace un rato.

Este chico aparece en todas partes.

– ¿Qué estás haciendo? – cuestiono esperando una respuesta válida para esta situación.

– Primero, hola ¿No? Y segundo, no lo dejes – habla mirando en dirección hacia donde se había ido Luca.

– No podría hacerlo – menciono sin mirarlo, siempre me ha causado un poco de miedo.

Santos y yo nunca tuvimos una conversación decente en las pocas veces que lo he visto, pero ahora está tratando de hacerlo o eso es lo que parece.

– Las cosas que hizo no fue por voluntad propia sabes, Luca tiene los huevos que yo no tuve para acabar con todo esto – hace una pausa sacando un sobre de su bolsillo, agarro el papel que tiene escrito lo siguiente...

Sr. Hollinson

– Solo él puede terminar con esto, dáselo a Luca o si quieres entrégalo a tu padre... – menciona recostando la cabeza por el banco.

Es media noche y el ambiente se puso más fresco de lo habitual.

Mi padre...

Él no es mi padre.

– No lo entiendo – espeto mirando nuevamente el sobre.

– No hace falta que lo entiendas – se pone de pie con las manos en el bolsillo, su ropa toda negra se camufla con la noche. Sin decir nada más se marcha. Miro hacia donde se fue Luca, pero aún no vuelve.

Y de un momento a otro la noche se volvió confusa para mí.

 




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