Ocultos

La señora

- Muy bien señorita, tiene su cama y un baño a su izquierda, si necesita algo solo presione el botón metálico que se encuentra en la pared. Creo que no hace falta decirle que sin autorización no puede salir de aquí.

Me indica una criada.

- Lo sé, gracias.

Ella se retira dejándome sola. Miro detenidamente la habitación, una cama matrimonial junto a un enorme ventanal con vista al patio desde el segundo piso, paredes blancas y el piso de madera, a mi izquierda hay una puerta que me lleva al baño tal como dijo la señorita, y a mi derecha hay un armario vacío. En la pared yace colgada una televisión. Que consideración. Y el botón metálico brilla desde la pared derecha.

Es más de lo que puedo pedir estando secuestrada. Se escucha la manilla de la puerta, como si la estuvieran abriendo con unas llaves.

- Disculpe señorita Amy, el señor Abraham le trajo esto para que pueda cambiarse si usted lo desea- Deja prendas de ropa doblada perfectamente por en cima de la cama - Y si usted desea lavar la ropa que trae puesta solo la puede dejar en el cesto y nosotras vendremos por ella más tarde.

- Gracias...de verdad.

Ella sonríe y cierra la puerta con llave nuevamente dejándome en total soledad, otra vez.

Una lágrima cae sin previo aviso sobre mis mejillas. ¿Qué está pasando? ¿Por qué a mí? ¿A caso mi vida no era suficientemente miserable como para que me suceda algo así?. Seco mis lágrimas y me adentro al baño para tomar una larga ducha.

30 minutos de una ducha caliente no son suficientes para mí, pero solo quiero dormir y despertar en casa con mamá, cuando era feliz.

La primera noche fue mi primera pesadilla, me encontraba en el cementerio buscando la tumba de mi madre pero no la encontraba y después de buscar desesperadamente me encontré todo lo contrario, en la lápida yacía el nombre de mi padre en vez de la mujer que más amé, seguido de aquella sorpresa una mano tocaba mi hombro y reconocí de inmediato ese tacto cálido, desesperadamente me volteé para ver el rostro de mi madre pero me aterró la escena de ver a Christobal apuntando a mi madre con un arma y ahí fue cuando desperté gritando y sudando. No pude pegar ojo en toda la madrugada y así con los siguientes días. Mis ojeras son notables y hasta el cabello se me está cayendo.

- Amy...¿Puedo entrar? - Seguido de un adelante la puerta se abre dejando ver a Abraham con unas bolsas.- ¿Cómo te encuentras?

- Dentro de todo, creo que bien, ¿Y tú? ¿Cómo te encuentras?.

Me siento en los pies de la cama y el imita mi acción.

- Excelente, estaba a las afueras por eso mi ausencia esta semana y pensé en ti, me imagino que ni Christobal ni Fel se han asomado por estos lados- Niego - Así que como te tienen aquí injustamente estuve suponiendo que quizás puedas hacer algo que adoras mientras dure tu estadía.

Eleva las bolsas y las deposita sobre la cama, saca pinceles de distintos tamaños, pinturas óleos, paletas, diluyentes y aceites.

- Abraham...

- No es todo princesa, dame un segundo.

Se levanta y abre la puerta para traer lienzos de distintos tamaños y un soporte.

- ¿Es para mí?

- Todo esto es tuyo, espero que sea de tu agrado y lo siento si te incomoda este presente.

- Yo no sé que decirte... Muchísimas gracias Abraham, de verdad.

- De nada princesa.

- ¿Y que tal esa búsqueda de tu cuadro?

- Me he sido obligado a pausarla, esta semana he ido a visitar a jazmín por lo que he dejado la investigación de lado.

- Y ¿Cómo está ella?

-¿Jazmín? de maravilla, Pronto llegará para pasar sus vacaciones aquí.

Abraham sonríe como un niño, se nota que ama a su hermanita.

Se escuchan voces detrás de la puerta y la manilla da vueltas abriendo la puerta dejando ver a Christobal, Fel, Sierra, a un hombre que nunca he visto y a la criada que viene siempre a dejarme cosas.

- Abraham...¿Debería preguntarte que es todo esto?¿Y qué se supone que haces aquí?

El rubio se levanta de mi lado arreglando las arrugas de su traje - Solo le traje un regalo a Amy, por ayudarme con mi investigación hermano, no te pongas celoso- Abraham le da unas palmaditas en el hombro al pelinegro y se va por el pasillo.

- ¿Por qué lo ayudas?

Creo que es primera vez que veo a Christobal tan calmado.

- Porque es amable conmigo.

Él da un suspiro y se acerca a mí. Observa las cosas que me trajo Abraham y suelta una sonrisa.

- Sierra, ahora.

Sierra se acerca a mí con una sonrisa y cubre mi cabeza con una bolsa negra.

- ¿Qué hacen? ¿Po-Por qué hacen esto?

El miedo recorre cada esquina de mi cuerpo, mi cuerpo no reacciona y caigo sobre mis rodillas.

- Arriba.

Ordena Christobal y siento dos brazos levantándome.

- ¡No! ¡No! ¡No! Por favor, Suéltenme.

Trato de zafarme pero ambos hombres que me sujetan son muy fuertes, comienzan a caminar llevándome a rastras con ellos. El trayecto no es tan largo, sin embargo lo sentí como si fueran horas, toda mi vida pasando como imágenes en mi mente. Si ponen una bolsa en mi cabeza solo significa una cosa; van a eliminarme.

Me dejan en el suelo, arrodillada y sacan la bolsa de mi cabeza, a través de mi cabello sobre mi cara puedo ver que estamos en un patio de concreto, el sol pega fuerte sobre mi piel y el viento suspira en mis oídos. Miro a mi alrededor y hay cerca de diez hombres, sin contar a Christobal, Fel y Sierra.

- Lo siento Amy, aunque seas la persona más inocente de este caso me temo que no puedo dejarte ir, sabes mucho.

- No, No yo-yo no hablaré con nadie sobre esto, lo prometo- digo entre gritos y llanto - déjame vivir, por favor...

- No, No puedo.

El mismo Christobal se pone frente a mí y saca un arma de su pantalón para apuntarme entre mis cejas, además de todo el miedo que recorre mi cuerpo siento un leve cosquilleo en mi frente por el tacto del arma.




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