Ocurrió en Nochebuena

Una posibilidad en Nochebuena

Victoria miró a su exnovio Marcos. Era casi medianoche, y la luz de las luces de navidad iluminaban la habitación. Se giró y vio a su exnovio sentado en el sillón, con la mirada clavada en el televisor.  

Victoria tomó la iniciativa de hablar.  

“No sabía que venías aquí a las reuniones navideñas”. 

“He venido a visitar a mis padres cada año”, respondió.  

Luego, la conversación en susurros fluyó, enterándose de lo que les había sucedido en los años. La hora y media se les hizo corta, porque no se podía poner al día. Todo era tan natural.  

“¿Te sientes resentido conmigo?”, preguntó con suavidad, cuando comenzaron a retomar el tema de su separación.  

Marcos se giró para mirarla. 

“Si, te lo reconozco”, dijo con melancolía. “Me sentí devastado cuando me terminaste por teléfono. Pero también soy consciente de que nuestra relación ya estaba desgastada”. 

Victoria lo miró con tristeza. Se acercó a él y se sentó a su lado. 

“Pero de alguna manera”, continuó él mientras cogía su mano. “Estoy orgulloso de ti. Has logrado cosas increíbles”. 

Victoria sonrió. 

“Gracias. Aún recuerdo cuando empecé mi primera empresa. Estaba tan nerviosa y ansiosa, pero también emocionada. Y luego supe que tenía éxito”. 

Marcos asintió. 

“Yo también he logrado muchas cosas”, dijo con orgullo. “Me siento muy afortunado”. 

Los dos se miraron con una sonrisa nostálgica. Victoria recordó los buenos tiempos que habían pasado juntos. 

“Sí”, dijo al fin. “Durante todos esos años en los que estuve contigo, me sentí feliz. Y cuando te fuiste, me volví obsesiva con el trabajo para no pensar en ti. Y luego me encantó”. 

Marcos asintió de nuevo. 

“Yo también tuve que adaptarme a la ausencia de tu presencia. España es un país distinto a aquí, la gente era distinta. Pero al menos ahora podemos mirar atrás y sonreír”. 

Victoria asintió. 

En ese momento la película navideña en la televisión terminó. Los dos se quedaron un rato en silencio, recordando los buenos tiempos que compartieron. Finalmente, Victoria se levantó. 

“Ya terminamos la película”, dijo Marcos.  

Victoria sonrió y se volteó a verlo. 

“Vaya, ha pasado el tiempo volando ¿verdad?” 

“Así es”. 

“Es increíble”, dijo ella. “Cómo ahora que nos hemos vuelto a ver, parece que no han pasado años”. 

Marcos asintió con la cabeza. 

 “Me alegra que hayas venido”, dijo. “Me ha hecho feliz verte de nuevo”. 

Victoria sonrió y se acercó un poco más a él. 

“Yo también me alegro”, y la abrazó suavemente mientras el resto seguía en las suyas.  

En ese momento, ella se dio cuenta que él llevaba el collar que le había regalado hace años. Estaba tan cerca que podía ver cada detalle. El collar estaba en su lugar. Su corazón se aceleró por un momento y todos los recuerdos volvieron a su mente.  

“¿Sigues llevando el collar?”, preguntó ella sorprendida. 

“Sí”, dijo Marcos. “Es mi amuleto de la suerte”.  

Ambos se quedaron callados por un momento, por toda una eternidad, hasta que terminó la reunión. Sus compañeros ya se habían ido y Lucía estaba en otras.  

Victoria se despidió de Marcos con una sonrisa, mientras se abrazaban en la entrada de la casa. Los dos miraron al cielo azul y estrellas brillantes, que los bañaba con su luz fría. 

"¡Buena suerte, Marcos!" -dijo Victoria, mientras se separaban. 

"Gracias, Victoria. Te mando saludos a ti y a tu familia", contestó Marcos, con una sonrisa. 

Victoria se dio la vuelta y comenzó a caminar por la calle, con los recuerdos de todos los momentos que habían compartido. Su corazón se aceleró al pensar en que, tal vez, no volvería a verlo. Otra vez. 

"¿Por qué tengo que dejarlo ir?"  

En ese momento, Marcos le gritó desde atrás.  

"¡Oye, Victoria!" 

Victoria se dio la vuelta y se topó con una sonrisa en su rostro. 

"¿Sí?", preguntó ella. 

"¿Te acuerdas de que me hablaste de tu proyecto de abrir una sucursal en España? ¿Ya lo has hecho?" 

Victoria le miró con sorpresa. 

"¡Sí! ¡Abriremos la sucursal pronto!", contestó ella. 

"Entonces, ¿cuándo me verás otra vez?", preguntó Marcos. 

Victoria sabía que esto significaba algo más que una pregunta. El destino se estaba abriendo una puerta para ellos. 

"No lo sé. Pero, tal vez, pronto estaremos juntos de nuevo."  

Los dos se miraron a los ojos por un momento. Una sensación de felicidad y tristeza se mezclaron en la calle decorada con luces navideñas. 




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