Odiame O Amame

PARTE 04

 

KARIM

 

—¡Es ella, es ella! — Tomo del saco al Matthew para que me preste atención, es que estoy que no puedo creerlo, debería hacer que me cachetee para hacerme reaccionar como siempre ha alucinado.

 

—La princesita.

 

—¿Princesita?

 

Sin perderla de vista, parece literalmente un ángel para sacarme del infierno. Como una princesita de verdad, su cabello rubio atado en un moño, su vestido pegado al cuerpo con un pequeño vuelo en la parte de la cintura hacia abajo. Debería ir hacia ella y … ¿Qué mierda le digo? Me cuestiono a mí mismo, con la frase repitiéndose en mi mente una y otra vez.

 

—¿Hombre, te has puesto pálido o no sabes cómo abordarla? Ni que fueras un niño chiquito, anda hombre usa el poder Barak.

 

Es que no puedo, no es como si fuera una chiquilla que encuentro en un bar y llego a ella con una sonrisa y listo, algo dentro de mí frena, mis pasos, no puedo avanzar, simplemente me siento congelado.

 

—Ya tranquilo, me estás asustando, pero yo, como tu mejor amigo, te voy a salvar de quedar en ridículo. Solo anda, límpiate la baba, que pareces un perro viendo un enorme hueso.

 

Lo veo avanzar y maldigo para mis adentros, estoy bastante grandecito para que me ande ayudando de esa manera, no sé de qué hablan, pero ella parece algo avergonzada, ahora quien ríe soy yo, lo dejo con la palabra en la boca prácticamente y se marchó, Matthew viene frunciendo el ceño.

 

—¿No que me ibas a ayudar? — Le indico.

 

—Mejor te la dejo a ti, le quise hacer conversación y me invento una excusa para irse, ni siquiera me dio tiempo de preguntarle con quién venía, me dejo ahí con la palabra en la boca.

 

—Es una mujer que se hace respetar, no cae con tipos como tú

 

—Tampoco eres una perita en dulce, así que veo difícil que logres algo— Le iba a contestar cuando mi flamante nuevo socio, levanta su copa y llama la atención de todos.

 

—Buenas noches, queridos amigos, muchas gracias por su atención, primero que todo para quien no conozca a mi familia se la presento, ella es mi amada esposa Elizabeth Del Olmo.

 

Lo único que esta mujer tiene de bueno, son las joyas que le adornan el cuello, es evidente su soberbia, mira a todos por arriba del hombro, el exceso del maquillaje no oculta sus imperfecciones, los años no pasan en vano para la señora Del Olmo. Ni siquiera puede sonreír de tanto botox que se ha puesto en la cara.

 

—Sean bienvenidos todos a este su humilde morada.

 

La risa de Matthew se oye y yo le doy un codazo sin dejar de mirar al frente, escucho algunos murmullos de mi nuevo círculo, veo que los tentáculos Del señor Del Olmo, llegan hasta la más alta cúspide de este mundo al que estoy a punto de entrar, si es que esta noche sale perfecta como he esperado, veo a dueños de televisoras, de diarios y radios, empresarios dueños de las grandes cadenas de retail, con los pesos pesados en las comunicaciones, tantos empresarios de renombre y uno que otro que he conocido en mi pasado, que ahora no pueden creer que esté aquí delante de sus ojos.

 

—Gracias, querida, también quisiera presentarles a mi orgullo, a mi querida princesa, mi tesoro, mi primogénita, no seas tímida hija mía, pasa adelante.

 

En ese momento mi corazón está a punto de salirme del pecho, casi escupo el trago, mi hermosa muñequita.

 

—Matthew, es ella.

 

—Es tu chica, amigo, tu chica es una Del Olmo, provecho con la situación, déjame decirte, que para nada te envidio.

 

Arreglo mi cabello como un tic nervioso, me siento con un maldito púber.

 

—Mi hija, Mariam Del Olmo.

 

—Buenas noches con todos, sean bienvenidos.

 

Ahí está su hermosa voz, mi ángel, mi muñeca hermosa, cuando la conocí aquella vez, pensé que nunca más la volvería a ver, que había sido parte de un espejismo, como si mi mente hubiera jugado conmigo, pero es tan real, tiene un nombre y apellido. De pronto su mirada se posa en la mía y sus mejillas toman un color carmesí que la hace ver aún más adorable, juro que comería esa boca en este instante, se ve tan apetecible y tierna, ese hermoso vestido que contrasta con color de piel tan brillante como el sol, esos hermosos ojos y esos hermosos labios, amenazan con hacer que mi cordura salga volando ahora mismo.

 

Su padre está a punto de hablar, supongo que me toca entrar en papel. En cuanto sepa ella quién soy, seguramente llamaré por completo su atención. Hasta ahora ha sostenido la mirada no más de cinco segundos, o me ha esquivado. Es muy buena jugando esto.  La veo decirle algo a su padre, quien puso cara de disgusto por un segundo y giró sobre sus pies, como una ardilla huyendo de la escena.

 

—Esta noche, no es una noche cualquiera, hoy les quiero presentar por todo lo alto y como se merece a mi nuevo mejor amigo, el señor Karim Barak.

 

No tengo tiempo a pensar, ni ver por dónde exactamente se fue, ya que este hombre me presenta como su mejor amigo. El dinero hace que las personas vendan hasta su alma.

 

—Buenas noches, es un gusto conocer a tan distinguidos personajes, es un honor para mí, ser parte de esta sociedad por así decirlo ¿Verdad, amigo?

 

Tengo que fingir sonreír, así como también aguantar algunas caras de disgusto, pero cuando sepan cuanto fui capaz de invertir en esta sociedad, les voy a cerrar las bocas y hacer que sus malditas palabras se las traguen. Pero mi mirada y atención está en todos lados, menos donde debería, quiero hallarla, no me voy a ir de este lugar sin hablar, aunque sea unas palabras con ella, es una necesidad extraña que desconozco, es una tontería, es como debiera hacerlo.

 

MARIAM



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En el texto hay: secreto, amor

Editado: 05.02.2024

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