Odiando las tardes de otoño

Capítulo 4

★- Y dale que te pego con la puñetera sudadera -★

Jake llegó a mi casa a las diez en punto, mientras yo desayuno y voy en pijama, basado en una sudadera y unos pantalones cortos, la sudadera es de Harry y viendo cómo Jake repasa la sudadera, tiemblo, está más concentrado en la sudadera que en cualquier otra cosa.

— ¿Pasa algo? —pregunto, con una galleta en la boca, llevando las piezas de algunos muebles a mi habitación, ya limpiada.

— No nada —él me mira una última vez y me ayuda a llevar las piezas.
Al llegar a la habitación le sonrió.

— ¿Música? —le pregunto y él pone su música, porque no me deja llegar al altavoz, lo tiene agarrado con la mano y lo ha subido lo más alto que puede, en donde no llego.

Capullo

Yo le miré mal y él sonríe, poniendo no sé cómo... Pero pone Morat, y si, habéis leído bien, M-O-R-A-T y no sé cómo, acabo cantando en vez de montando el mueble, más que nada porque sé mejor la canción que las instrucciones.

— ¿Quién te dijo esa mentira? ¿Qué eras fácil de olvidar? —Canto, mirándole con una sonrisa.

— No hagas caso a tus amigos, solo son testigos de la otra mitad —me sonríe.

— Dos besos son demasiado.

— Un beso no bastará.

— Y aunque adviertan a soldados, si está enamorado en guerra morirá —decimos a la vez y sonrió.

— Ya no tienes que cuidarme por qué yo... —Digo y él sonríe.

— ¡SIEMPRE HE SABIDO QUE TUS BESOS MATAN! —Dice él.

— ¡QUÉ TUS PROMESAS RIMAN CON DOLOR! —Grito yo.

— ¡QUE ERES EXPERTA EN ROBARLE LATIDOS A MI CORAZÓN! —Decimos a la vez, después de esa hermosa sesión de Karaoke entre Jake y yo, seguimos montando el mueble, fastidiando nos entre nosotros.

— Pásame el destornillador —le digo y él me mira.

— ¿Qué dices? —Dice, haciéndose el sordo y yo le miró mal.

— El destornillador —le respondo, intentando no enfadarme.

— ¿Qué? —Dice él, mientras juega con el destornillador, ya está, ya no tengo paciencia, así que salto hacia él.

— Dame el maldito destornillador —Le digo mientras me pongo a forcejear y al final ganó la pelea por el destornillador.

— ¿De quién es la sudadera? —pregunta al cabo de un rato, yo me quedo callada y le miró a los ojos— ¿De... ¿Tú novio? —dice extrañado, hasta un poco triste diría.

— A ver... No es mi novio, pero tampoco somos amigos como tal... —le digo, no me salen las palabras y decido acabar el mueble.

A ver... Harry y yo no somos novios pero tampoco somos amigos como tal, yo creo que los dos diríamos que somos amigos con derechos. Más o menos, nuestra relación es un poco rara... Es.. o sea... Rara, muy rara, nunca he sabido describirla, la verdad.
Jake me mira extrañado, parece...¿celoso?, no sé, se me hace raro verle celoso, es la última persona del mundo que pensaba ver celosa.

— ¿Qué sois? —pregunta con su tono celoso y yo sonrió, divertida y un poco egoísta.

— ¿Qué pasa? ¿Tienes celos? ¿Acaso estás celoso de alguien? –digo para molestarle y lo logro, por qué por la cara que pone, está enfadado, no mucho, pero sí un poco, eso significa que he logrado mi cometido.

— ¿Y qué si lo estoy?

— Que me has conocido hace menos de un mes, querido Stedward —Le digo con un tono muy molesto, y él me mira mal.

— No me jodas Blackwood... —Dice él y yo sonrió orgullosa.

— ¿Y si quiero joderte? —le respondo y me mira fastidiado.

— Hazlo en una cama —me sonrojo, me callo y le miró.

— ¿Acaso estás coqueteando conmigo Stedward? —él sonríe y me mira, divertido.

— ¿Y qué si lo hago?

— Capullo. —le respondí y él sonríe.

— Engreída —me dice divertido.

— Idiota —Le respondo, molesta.

— Egoísta

— Cabrón

— Tonta

— Gilipollas —digo acercándome a él.

— Estúpida —Dice acercándose.

— Imbécil —Le digo y le doy con el puño, suavemente.

— Al menos no estoy solo en eso de ser imbécil, por qué me haces la competencia —me dice el muy cabrón y le miró enfadada, no me ha molestado mucho, pero bueno, nunca está de más hacer un poco de drama.

— ¿Qué pasa? ¿Acaso estás muy mal siendo soltero y tienes que ir detrás de mí? —le respondo, con el mismo tono que él.

— Bueno... Con las tetas que tienes me lo pienso y todo —dice el imbécil este y le miro mal, nadie nunca me había dicho algo así.

— ¿Sabes? Creo que sé montar una cama yo sola, la puerta está por ahí, gracias por venir —le digo señalando la puerta y él niega con la cabeza, divertido.

— No, no me iré, no sin ti. —Dice, sosteniéndome la mirada.

— Pues qué pena... ¿acaso quieres vivir aquí o qué? —le digo yo, sonriente.

— Contigo siempre —dice el capullo este.

Le miró, me mira y yo me levanté y me pongo en la otra punta de la habitación.

— ¡LORENA! ¡ME DA MIEDO ESTE TIPO! —grito de golpe y ella aparece ahí, con la escoba.

— ¿Le doy en la cabeza? —Jake pasmado, nos mira ofendido.

— ¡Oye! —Grita él y Loren le da en la cabeza con la escoba.

— ¡Deja a Lara! —le pega con la escoba y yo me rio un poco.

— Ni un solo grito más ¿Entendido? —dice, amenazado nos a los y los dos asentimos con la cabeza, cagados de miedo.

Cuando Loren se va, Stedward/Capullo/Champiñón con patas/Jake me mira.

— ¿De quién es la sudadera? —me pregunta de nuevo y yo suspiro, pero un suspiro largo.

— De mi bestie con derechos —le digo y su expresión pasa a ser de una feliz a una celosa, de esas de las que matan con la mirada y yo me empiezo a reír.

— No jodas Jake, ¿Estás celoso de que tenga un amigo con derechos? —le digo y él me mira.

— Pues es que tiene más que yo —susurra y yo me rio.

— Por algo se dice amigos con derechos, idiota. —él me mira mal y yo sonrió— Acabemos ya de montar la puñetera cama, anda —Digo y sigo montando la cama, con Morat de fondo, 506 en concreto.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.